Cine
Hipo, el cazadragones
Excelente película familiar y con tecnología tridimensional que nos quita el aliento, esta película puede ya marcarse entre lo mejor del
repertorio de Dreamworks, y aunque su mensaje nos reconviene a entender al enemigo, evita caer en el sermoneo y resulta entretenida al máximo. Gran platillo para abrir la Pascua
How To Train Your Dragon
Voces en inglés de Hay Baruchel, Gerard Butler, Craig Ferguson, America Ferrara
Dirigida por Dean DeBlois y Chris Sanders
Dreamworks/2010
ABRIL, 2010. Mientras llega
Shrek, la apuesta más grande que Dreamworks tiene este año, nos ofrece un aperitivo que bajo ninguna manera conviene desdeñar, tanto así que si las nuevas aventuras del ogro verde terminan por desilusionarnos tendremos en este filme una nota aprobatoria en el sentido que los estudios que Spielberg construyó son capaces de mantener su alto estándar de calidad.
How To Train Your Dragon juega con los elementos tradicionales de Dreamworks pero al mismo tiempo muestra frescura con una historia redonda que no necesita del chiste vulgar ni trozos de hits de hace algunos años para que los padres no se aburran.
Y es que esta película, dirigida por Dean de Blois y Chris Sanders --el primero estuvo involucrado en
Lilo & Stitch, cuyo mensaje familiar queda refrendado aquí-- presenta puntos novedosos con dos elementos que ya hemos visto muchas veces en el cine, los vikingos y los dragones, aparentes enemigos
irreconciliables. Nuestro protagonista, llamado Hiccups (Hipo) es un adolescente que vive en una pequeña aldea vikinga pero desde niño se ha sentido extraño, rechazado por el resto de
la tribu pues es un enclenque comparado con su padre, un hombrón de barba tupida y músculos de miedo. Por más que lo intenta Hiccups no ha podido enfrentar a los dragones que constantemente atacan a la aldea por lo que no lo bajan de cobarde. En una de esas noches logra pegarle a un dragón en la oscuridad lo que sirve de poco para elevarle la autoestima.
Su padre, avergonzado porque Hiccups se ha convertido en el hazmerreír de la comunidad, antes de partir a cazar dragones pide al herrero que enseñe a su hijo a cazar dragones junto con otros prospectos. Pero en medio de esas
desastrosas sesiones Hiccups se topa con un dragón al que derribó
y al que le falta una parte de la cola por lo que no puede volar y al que le pone el nombre de Toothless (Chimuelo). Tras ofrecerle pescado y medio ganarse su confianza descubre varios secretos para dominar a los dragones, en especial
de éste, una de las especies más raras y temidas que no aparece en los
catálogos que los vikingos tienen sobre el tema.
Es así como Hiccups logra neutralizar a los dragones, no mediante la violencia sino el entendimiento, algo que lo convierten héroe local y sorprende a su padre al regresar de su cacería, finalmente orgulloso de que su hijo sea capaz de destripar dragones. Astrid, una de sus compañeras (con la voz de
América Ferrara, quien fuera Betty la Fea en la versión gringa) descubre el porqué y termina viajando en el lomo del dragón. Ahora ambos deberán evitar que
ese dragón sea liquidado con el fin de mantener la tradición. Cabe añadir que los otros aspirantes a guerreros en realidad son chicos que podrían encontrarse comiendo pizza en cualquier ciudad de Estados Unidos.
Hay segmentos divertidos, como cuando los chicos entran al sitio donde será la sesión de entrenamiento y que recrea totalmente la escena de
Gladiador cuando entran por primera vez al Coliseo, o los pequeños dragones que comen pescado y pelan desorbitadamente los ojos. También vemos muchos elementos de
Harry Potter y esos vuelos que van precipitadamente al vacío que abundaban en
Avatar y que en tercera dimensión se ven espectaculares, la ventaja es que aquí el argumento es bueno y mucho mejor estructurado.
Y aunque How To Train Your Dragon está tomado de una serie de libros de Cressida Cowell, el guión pega directamente hacia dos lados. Uno, la relación donde los padres
consideran esencial el "mantener la tradición" de sus ancestros sin antes
pensar que este es un mundo distinto y, segundo, a nivel países, en especial Estados Unidos, representado aquí en los vikingos y con enemigos a los cuales, como refiere Hiccups, "todo lo que sabemos de ellos está equivocado". La razón por la cual los dragones actúan violentamente es clave en la historia por lo que nos abstendremos de contarla aquí. Pero de cualquier manera, y dentro del paralelismo Estado Unidos-mundo islámico ¿Alguna vez los dragones habrán tratado de entender a los vikingos o, peor aún, los atacaban porque los entendían bastante bien (ante lo cual la sarta de prejuicios sería recíproca)?
Otro punto a destacar de la película es que pese a sentirse extraño en la aldea vikinga, Hiccups no reniega de los suyos, como ocurre con el protagonista de
Avatar, ni su padre se convierte en un villano que quiere aniquilar "como cucarachas" a los dragones; para él y su tropa, se trata de una cuestión de honor donde "si no nos liquidamos ellos nos liquidan a nosotros". Todos actúan dentro de un orden que ha existido por generaciones y donde siempre faltó el intermediador.
Por lo demás How to Train Your Dog es opción recomendabilísima para ir a ver una película sin enfrentarse a las flatulencias ni a los chistes de mal gusto que se suelen querer pasar por graciosos en este tipo de películas. Independientemente de los efectos tridimensionales que sorprenderán a más de un adulto,
How To Train Your Dragon puede ya ubicarse entre lo mejor que Hollywood nos ha dado este 2010. Cuando parecía que Dreamworks comenzaban a irse por el túnel de la decadencia, nos traen esta agradable sorpresa. Que se repita.
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