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Cuatro años después: estaríamos mejor con Anaya o con Meade
Durante la campaña presidencial del 2018, los spots televisivos de la coalición que hoy está en el poder nos advertía que "estaríamos mejor con López Obrador". Pues bien, cuatro años más tarde la promesa resultó totalmente falsa, y difícilmente cambiará de aquí al 2024... por el contrario, hasta podríamos estar peor
JUNIO, 2022. La imagen que acompaña este artículo, en caso que el lector no lo recuerde, corresponde a uno de los spots que la coalición que llevó al poder al actual presidente se nos administró forzosamente decenas de veces al día cada vez que sintonizabámos el televisor. Quizá recuerdan el spot: un grupo de clasemedieros o mujeres dedicadas al hogar se quejan ante sus amigos y familiares que "cada día todo está más caro", "ya no se puede salir a la calle sin temor a que te asalten", "la política económica de este gobierno nos está haciendo cada vez más pobres" y después de tantos lastimeros lamentos, todos llegan a la misma conclusión:
"Estaríamos mejor con López Obrador".
No se nos olvide que, al igual que en el 2006, el peje rayito nuevamente chillaba alegando que "le habían robado la elección" pese a que en el 2012 Peña Nieto le ganó por más de 4 millones de votos de diferencia. Así pues, de acuerdo a estos supuestos clasemedieros --en realidad, actores de los que ya nunca se supo nada-- si el país estaba jodido en el 2018 se debía, indubitablemente, a que los gobiernos "neoliberales" de Fox, de Calderón y de Peña Nieto nos tenían hundidos en la desesperanza y sometidos a recibir salarios de hambre. Los ataques del tabasqueño nunca llegaron más atrás en el tiempo como, por ejemplo, señalar a los gobiernos de Echeverría y de López Portillo, el nefasto par que detonó la debacle que todavía padecemos hoy.
Y dado que "estaríamos mejor con López Obrador", los personajes del spot tenían la esperanza de que, en el 2018, finalmente caería sobre México una marejada de justicia y prosperidad con la llegada al poder de López Obrador. Y lamentablemente se les hizo: ese año el señor ganó la elección. Y, naturalmente, esa vez ya no hubo "chanchullos" del INE ni el tabasqueño tampoco exigió la cabeza de su titular; ahora sí la elección fue limpia y no había nada qué objetar. ¿No deja de ser curioso como el INE se "purificó" en esos años de gobiernos "neoliberales?
Pero al final esos clasemedieros que vimos en los spots y quienes aseguraban muy orondos que "estaríamos mejor con López Obrador", fueron traicionados y sería muy osado afirmar que hoy están mejor que hace cuatro años. En primer lugar, el tabasqueño les pagó el favor llamándoles "aspiracionistas", "egoístas" y que "quieren salir adelante a toda costa" y al final no ha hecho nada por ellos pese a que , sin su apoyo, ni de chiste habría ganado la elección.
La percepción, respaldada por las estadísticas y la frialdad de los números (como diría el brillante comentarista deportivo Pepe Segarra) indican claramente que no estamos mejor con López Obrador. Hace cuatro años no teníamos una inflación cercana al 10 por ciento --el INEGI indica que en el último año de Peña Nieto fue del 2.9 por ciento, y los pejeriodistas hicieron tremendo escándalo mediático-- ni los precios subían "un peso cada mes, para que no se sienta tan feo.
Desde el sexenio de Zedillo se echaron a andar las Pymes, acrónimo de un programa de apoyo dedicado a financiar al pequeño comercio, el mayor empleador de este país, por cierto. Las Pymes continuaron recibiendo apoyo por parte de Calderón y Peña pero éstas comenzaron a desaparecer, primero, con la pandemia del Covid que, no lo olvidemos, le tocó de lleno al gobierno lopezobradorista y, segundo, el apoyo federal a las Pymes se ha desplomado en lo que va del año de modo que, según El Financiero --periódico que le guardado distancia al tabasqueño-- da cuenta que en este 2022 han desaparecido casi el 80 por ciento de las Pymes que abrieron apenas el año pasado. Difícilmente los administradores de estas Pymes están mejor con López Obrador.
El pasado 2 de junio, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana reveló que de enero a noviembre del 2021 hubo 30,693 muertes ligadas a la lucha entre cárteles al tiempo que la Organización Justice in Mexico informó que en los dos primeros años del "rayito de esperanza" hubo más de 72 mil asesinatos. "Ninguno de los sucesores recientes del presidente se enfrentó a niveles tan altos y sostenidos de violencia. En comparación, hubo 33,635 asesinatos bajo (Fox), 30,572 bajo (Calderón) y 41,688 durante el presidente (Peña Nieto) en el mismo periodo".
El informe agregó que "actualmente la cifra se ubicó (sic) en 102,830 si se suman los 30,693 homicidios hasta noviembre del 2021, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública".
Ciertamente en algunas ciudades de México que estaban infestadas violencia al iniciar la década anterior han visto descender los niveles espeluznantes que no se veían desde los años de la revolución. Sin embargo la violencia no ha cesado y, antes bien, se agudizó en otras latitudes, específicamente Guanajuato --estado relativamente exento de la oleada de aquellos años-- Michoacán, el Estado de México y Baja California.
Señala el especialista Juan Carlos Domínguez: "en las plazas donde ha bajado la violencia es porque en este momento no está siendo disputada, pero eso no significa en sí un logro de la estrategia del gobierno federal. Sin embargo la violencia continúa, aunque más focalizada, cuando en los años de Calderón se encontraba más distribuida a lo largo del territorio nacional".
Faltan dos años para que termine ese sexenio y ya se rompió la cifra de muertes ligadas al crimen organizado de Fox, Calderón y Peña Nieto. Pero eso sí, estaríamos mejor con López Obrador.
Durante los sexenios anteriores los apagones eran esporádicos pero estos últimos cuatro años hemos experimentado por lo menos 10 megapagones, entre ellos en enero del 2021, en octubre del mismo año y el más reciente el pasado junio, y que afectó a prácticamente a toda la Península de Yucatán, lo que se tradujo en pérdidas multimillonarias. Pero el titular de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, sigue campante en su puesto como titular sin que sea citado a declarar por estos monumentales actos de irresponsabilidad e incompetencia (¿y ya olvidamos el tremendo daño económico que se avizora ahora que por ley que echó abajo la producción de energía eléctrica por parte de los particulares?).
Apagones constantes y un funcionario del cual su único conocimiento de la industria eléctrica hasta el 2018 era saber cómo se cambia un foco. Pero estaríamos mejor con López Obrador.
Medios lambiscones que tragedias como la explosión de un gasoducto huachicolero en Puebla lo pusieron en interiores cuando de haber ocurrido con un Meade o un Anaya presidentes habría sido la primera plana y aún hoy se estaría exigiendo castigo a los culpables. Y más recientemente, ese silencio también ha sido atronador, como escribió Mario vargas Llosa, tras la muerte de dos sacerotes jesuitas en la sierra de Chihuahua, algo que habría provocado gigantesca indignación en los medios y se exigiría, mínimo, la renuncia del secretario de Gobernación con un Meade o un Anaya en la presidencia.
¿Cómo olvidar el coraje enorme que hizo la izquierda en 1990 cuando en el entonces presidente Salinas anunció la venta de Telmex a Carlos Slim pero ahora esa misma izquierda guarda un silencio hipócrita cuando el tabasqueño llama a Carlos Slim "el empresario más austero, es nuestro orgullo"?
Por lo visto, algunos los empresarios sí están mejor con López Obrador. Ya no son los villanos del cuento.
Cada sexenio mexicano se distingue por su camada de periodista asesinados, y en el de la 4T sus números han sido de vértigo: 20 de ellos han sido asesinados en lo que va del año, el más reciente, el de una periodista en Puerto Vallarta. Pero el gremio no ha mostrado la misma indignación como ocurrió ante los números, igualmente negros, de periodistas asesinados en los sexenios de Fox, Calderón o Peña Nieto. Pero la reacción ha sido diferente: si el asesinato de la periodista de Puerto Vallarta hubiera ocurrido en aquellos años, las columnas de opinión estarían saturadas de indignación y exigiría el rápido esclarecimiento de lo que hoy llaman feminicidio. Sin embargo hasta el momento de publicar este texto, la reacción de sus colegas ha sido tibia: lo más fue una tibia reprimenda al presidente López por parte de la Sociedad Interamericana de Prensa.
¿20 asesinatos de periodistas en México en apenas seis meses? Definitivamente los periodistas no están mejor con López Obrador.
Cuando el Chapo se escapó de prisión en los años de Fox, el escándalo de la izquierda y los medios fue gigantesco, más todavía cuando el mismo personaje se fugó nuevamente, e incluso quienes hoy están en el poder acusaron de "confabulación" al gobierno federal por haber dejado escapar al capo. Pero cuando su hijo fue dejado ir por órdenes de López Obrador durante un operativo en Culiacán, nadie se escandalizó, mucho menos cuando el presidente saludó a la mamá del Chapo. ¿Imaginamos cuál habría sido la reacción de López Obrador y sus amigotes de la prensa si Calderón hubiera anunciado un operativo donde en vez de combatir a estos grupos se les ofrecieran abrazos?
Estos grupos, por lo visto, sí están mejor con López Obrador.
Es ingenuo suponer que con un José Antonio Meade o un Ricardo Anaya en la presidencia, México estaría hoy viviendo en el edén de las maravillas y a las puertas del primer mundo. Pero no lo es tanto suponer que estaríamos peor. López Obrador no cumplió su palabra, y en muchas casos la traicionó; hoy estamos pagando las consecuencias, quienes votaron y quienes no votamos por él.
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