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Fuera máscaras pejistas: empieza el adoctrinamiento castro-canelista en México
En vez de cambiar la estrategia para combatir el déficit de médicos especialistas, el presidente López anunció que importará de Cuba a 500 doctores para llenar el hueco sin que hasta ahora el sindicato del IMSS haya protestado por este claro desplazamiento de empleo. Y no lo hará por una razón sencilla: la misión de este contingente es atizar el odio entre clases en nombre de la revolución. Pregúntenle a Venezuela
MAYO, 2022. Ante la escasez de médicos especializados en México, el presidente Vicente Fox decide importar temporalmente a 500 facultativos procedentes de Chile, Perú y Colombia. Y pese a que la nota aún se está transmitiendo en todos los medios, comienzan a formarse protestas a las afueras de Los Pinos, del Zócalo, del Ángel de la Independencia y de otros tantos puntos de reunión en todo el territorio mexicano. A las protestas seguirán discursos incendiarios, locales quemados donde no queda un solo vidrio sano.
Los líderes sindicales del ISSSTE y del IMSS lanzarán al día siguiente veladas amenazas de detener sus actividades si el mandatario mantiene la intención de importar a esos médicos especialistas, todo dentro del argumento de que "se está desplazando a los profesionistas mexicanos", eso sin contar las innumerables manifestaciones de "solidaridad" por parte de otros gremios laborales hasta que, finalmente, el presidente Fox terminará por desistir y dejar el asunto en paz, como ocurrió con su propuesta del aeropuerto, igualmente descarrilada.
Pues bien, con López Obrador no solo se tiene aeropuerto, un gasto inútil que apenas comienza a reflejarse, sino que también anunció su intención de "importar" a "500 médicos especialistas cubanos" quienes, agregó el comunicado "cubrirán el déficit de profesionistas en la medicina que actualmente se tiene en México". Pero como López Obrador no es Fox, a nadie le pareció indignante la construcción de una nueva central aérea "en vez de emplear los recursos en asuntos menos elitistas", como llegó a decir Gerardo Fernández Noroña, ni tampoco hasta hoy nadie ha puesto el cohete en cielo por la oleada de estos profesionistas cubanos.
No es la primera vez que tenemos la visita de "profesionistas" isleños para trabajar en México. Andrés Oppenheimer reportó cómo a mediados de los 90 una troupé de bailarinas cubanas pasaron una temporada en Mérida, lo cual provocó un mayúsculo escándalo, sobre todo entre los caballeros locales, cautivados por la belleza física de esas mulatas "que incluso llevó al rompimiento de varios matrimonios", escribió Oppenheimer. La diferencia es que en aquel momento todas ellas llegaron contratadas por un club nocturno privado y esta vez llegan con gastos-todo-cubierto por parte del gobierno mexicano.
Según datos del mismo Inegi, la tasa de desocupación en México es de un 3.5 por cuento y la ocupación en el sector informal es del 29 por ciento, cifras altísimas para un país del que a diario el señor López habla maravillas y para quien hoy la inflación no le parece tan criticable como en los años de Fox y de Calderón (o como dice un amigo ¿por qué los panchovillas, el Superbarrio y demás agitadores decidieron tomarse unas vacaciones de seis años desde el 2018, como si los problemas que los hacían brincar a la calle hubieran desaparecido de súbito?)
Naturalmente, el pejegobierno utilizó el manoseado (y falso) argumento acerca del "altísimo nivel" del servicio médico cubano, fantasía que solo se creen los lopejobradoristas y el cineasta Michael Moore. Aquello fue verdad todavía a mediados de los años70 pero desde entonces la corrupción gubernamental ha hecho metástasis, el sistema médico nunca resultó sustentable y entró en un monstruoso déficit que dio al traste con la calidad del servicio al punto que los pacientes tienen que llevar sus propias sábanas, hilo y agujas por las que tienen que pagar extra para que sean esterilizadas.
La hipocresía pesa más que las mismas declaraciones. Si el servicio médico cubano "es maravilloso y mejor que el norteamericano", según dijo Moore, ¿cómo es que nunca se ha internado en los excepcionales nosocomios de La Habana? O para no ir tan lejos ¿como fue que el mismo Fidel Castro decidió ser atendido por médicos españoles una vez que su salud comenzó a empeorar?
La respuesta a esa pregunta, por supuesto retórica, la dio hace muchos años un gran escritor español de nombre Enrique Jardiel Poncela: "aquí todo apesta a política".
Veamos: el que el sindicato del IMSS no haya externado opinión alguna en torno a este claro desplazamiento de personal indica que sus empleados no son tan importantes como el objetivo político que tiene en mente el gobierno federal al traer a lo que ese estima serán 500 "profesionales de la salud", repartidos en todo el territorio nacional, en especial regiones apartadas. Y no que sea una decisión original por parte del lopezobradorismo: en el 2004 casi medio millar de "especialistas" llegaron a Venezuela procedentes de La Habana no solo con el fin de realizar labores medicas sino también para adoctrinar a sus pacientes y hacerles ver su condición de explotados, no por parte del gobierno federal sino por los dueños del dinero (los cuales, por cierto, también son el gobierno federal).
A eso es a lo que vienen estos "profesionales de la salud" procedentes de Cuba, como bien lo señala el médico isleño Alexander Raúl Pupo Casas en un video que circula en las redes: "Deben tener cuidado con esta delegación, su propósito es adoctrinar a los mexicanos con la ideología marxista comunista".
Sin embargo, hay un punto que aparentemente los pejistas no han tomando en cuenta y que trajo a referencia el magistrado José Ramón Cosío: los "médicos especialistas" cubanos primero deberán revalidar sus estudios profesionales para poder trabajar en México, por cierro una legislación aprobada durante el sexenio de Adolfo López Mateos y que tenía como propósito proteger la planta laboral de profesionistas mexicanos. Y quizá lo más importante, según el magistrado Cosío: el aval y el permiso para que estos médicos laboren en territorio mexicano deberán otorgados por el Congreso; es una facultad de la que no goza ningún secretario ni mucho menos el presidente de la República. Y el siguiente punto que enfatiza el magistrado Cosío: este contingente necesitará una visa de trabajo y para recibir percepciones deberán darse de alta ante Hacienda.
Dado que el Congreso mexicano podría presentar un importante valladar, la presencia de estos "médicos especialistas" cubanos aún no es un hecho. De cualquier manera el mensaje es claro: aunque lo negaran durante tantos años y evadieran sus ligas con el chavismo, el evomoralismo o el castrismo-canelismo, el gobierno de la 4T busca reproducir acá los devastadores ejemplos que ya se tuvieron allá. Quizá el objetivo no sea conseguirlo durante el sexenio del pejidente al que le quedan menos de dos años, pero si la coalición Morena conquista de nuevo el poder federal en el 2024, cada día que pase nos iremos sintiendo más venezolanos, y no precisamente cantando el Arauco vibrador.
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