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CINE
Mejor Actor de Reparto
El credo de Stallone
se anota un KO
Las ganas por
sobresalir, no tanto en lo monetario sino como espíritu humano mueven
cada segundo de esta película donde el legendario pugilista de
Filadelfia cede su espacio a otro actor que, tras un breve fiasco, se
aventura hacia grandes cosas. Con una interpretación magistral,
Sylvester Stallone es un candidato de peso para el Óscar. Por mientras,
disfrute usted Creed.
Creed
Adonis Johnson, Sylvester Stallone, Tessa Thompson, Phylicia Rashad, Tony Bellew
Dirigida por Ryan Coogler
MGM-New Line Cinema/2015
FEBRERO, 2016. Hace muchísimos años, cuando se encontraba en lo más alto con su personaje de
Harry el Sucio, alguien preguntó a Clint Eastwood cual consideraba era su mejor película a lo que el actor respondió "de las que me siento orgulloso, varias, de las que prefiero olvidar, varias también, pero de mi mejor película puedo decirle que todavía no la he filmado". La cita se aplica perfectamente a esos veteranos personajes de acción que hoy, ya en el ocaso de sus carreras, siguen demostrando en pantalla que son de excepcional madera.
Para toda opinión, Rocky Balboa es el personaje emblemático de Sylvester Stallone. Por obvias razones, hace años dejó de interpretarlo e intentó, infructuosamente, pasar la estafeta a su hijo. Luego vendría una tragedia familiar que parecía dar por aniquilado a un Stallone generalmente menospreciado por la crítica. Sin embargo las cosas llegan con una reivindicación para Stallone: por primera vez en 40 años lo vuelven a nominar para Mejor Actor, esta vez secundario ¿y saben qué? Las posibilidades que ésta vez gane se antojan enormes; esta es una de sus más grandes interpretaciones.
La clara intención que se presenta a los espectadores conforme avanza la película es que la estafeta del legendario pugilista está próxima a entregarse a un actor que se salvó de la horrible quema que representó la reciente versión de
Los 4 Fantásticos. Michael B. Jordan (sin relación con el legendario basquetbolista) tiene aquí un papel convincente al punto que entra a la liga entre los más
talentosos actores afroamericanos de su generación, estafeta que igualmente está a punto de recibir por parte de Samuel L. Jackson y Denzel Washington, figurones establecidos por méritos propios.
La historia comienza en una correccional. Adonis (Jordan) tuvo otra pelea pero esta vez Mary Anne (Phylicia Rashad) que se había hecho pasar por trabajadora social, le confiesa que es su madre y decide llevárselo a casa. Adonis, apenas un niño, responde con profundo rencor que "yo
nunca tuve un padre", sin saber que él fue fruto de una relación ocasional de Mary Anne con Apollo Creed, conexión que hará sentir como en casa a los fans de la cintas de
Rocky.
Pasan los años y Adonis es ahora un veinteañero que suele ganarse buen dinero como pugilista en Tijuana. Su vida ha transcurrido con éxito pues trabaja en un lujoso despacho de Los Ángeles pero opta por renunciar el mismo día en que lo ascienden de puesto. La sangre del
cuadrilátero es más fuerte que un estatus social y se lo confiesa a su madre: "Si me esperas en el ring yo no estaré ahí", le dice ella fríamente.
Pero la ciudad californiana para nada le es propicia a Adonis por lo que emigra a Filadelfia luego de estudiar cuidadosamente los videos de su padre con Rocky y de empaparse su vida. Rocky sigue atendiendo su restaurante italiano pero luego de mostrarse reacio opta por entrenar al muchacho. Y es que los boxeadores son como los toreros; nunca se retiran, solo salen temporalmente del ruedo, o del ring.
Lo que viene será una secuencia de entrenamientos, consejos, exhaustivas sesiones y el romance de Adonis con Bianca (Thompson), una chica que paulatinamente está perdiendo el oído. Igualmente las cámaras nos llevarán a muchos sitios emblemáticos de las primeras películas de Rocky, el cementerio donde reposan su entrenador Pauly y su esposa
Adrien y el primer combate profesional de Adonis, quien se encontrará ante el dilema de adoptar también el apellido Creed o de hacerse de un nombre por su cuenta.
Hay una escena que omitiremos donde se nos deja en claro que, en primer lugar,
Creed está abriendo una nueva franquicia y, segundo, que Rocky Balboa saldrá definitivamente de escena, quizá el movimiento más difícil para mantener vigente la que ha sido una de las series de películas más exitosas de los últimos 40 años.
Adonis deberá enfrentar a "El Lindo" Conlan (Tony Bellew), un boxeador de Liverpool que va imbatido y que también fue rescatado de la calle cuando era niño. El desenlace no resultará tan previsible, por cierto.
En suma, Creed viene a ser un trabajo excepcional de Sylvester Stallone, por parte del elenco de veteranos, y de Michael B. Jordan por lo que toca a la sangre nueva de Hollywood. También mantiene el espíritu de la mayoría de las películas de Rocky que es el de la autosuperación de las minorías
raciales; Creed es ciertamente una película violenta, pero aquí las disputas se arreglan con los guantes y a puño limpio mientras los actores, afroamericanos en su mayoría, aparecen como gente luchona, dedicada a lo suyo, todos ellos con el objetivo de salir adelante, incluidos los pandilleros en uno de los barrios más duros de Filadelfia.
Entretenimiento total y recomendable que seguramente lo pondrá, como ocurre con la madre de Adonis, a comerse las uñas de los puros nervios. Vaya a verla y concluirá que este Rocky en su ocaso merece ser recompensado con un Oscarín.
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