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El último, antológico round

Una batalla entre dos generaciones, o la última subida al ring de un icono fílmico. Como se vea, Rocky es la película que Sylvester Stallone nos debía, fácil, desde hace dos décadas

Rocky Balboa
Sylvester Stallone, Burt Young, Millo Ventimiglia
Dirigida por Sylvester Stallone
Columbia/2006

ENERO, 2007. Para horror de los críticos, Rocky se ha vuelto un icono norteamericano. Al llegar al cine en un momento exacto, a pocos meses de la derrota norteamericana en Vietnam y de Watergate, el público estaba ansioso de creer otra vez, de modo que, a 30 años que Sylvester Stallone lo diera a conocer para, de paso, llevarse a casa algunos Óscares, este pugilista de Filadelfia tenía una batalla pendiente con sus fans luego del tremendo fiasco que significo Rocky V hace ya cinco años.

Para quienes han seguido la saga, Rocky no ha terminado una pelea sin haberse sobrepuesto a la humillación. Esta vez las cosas pueden ser distintas. Pero antes de eso tenemos que ubicar, en el presente, a un Rocky Balboa que atiende un pequeño restaurante de los llamados deli --los hemos visto en infinidad de películas: son largos, tienen una barra larga y al frente, asientos dobles-- donde, aparte de la memorabilia, los comensales pueden escuchar sabrosas historias de quien ya es una leyenda, de Draco, de su amigo Apollo Creed, de su fallecida esposa Adrien (Talia Shire)... El futuro parece ser el de una vejez tranquila, con los guantes y la bata acumulando polvo en un lejano clóset de la casa.

Es entonces cuando el canal deportivo ESPN realiza una "pelea computarizada" entre boxeadores de diferentes eras. La de Rocky y Mason "The Line" Dixon, un tipo que está a punto de quedarse sin retadores serios, da como ganador a Rocky, quien con 60 años encima no podría pensar más allá que verse en el ring como un mero holograma. Pero el pugilismo es adictivo.

Poco a poco la idea germina en la cabeza de Rocky y de paso hace que la cinta empiece a despegar. Éste busca a Pauly (Burt Young) su mánager de siempre y poco a poco comienza su proceso de rehabilitación para regresar a la arena. "Tu no necesitas esto, papá", le advierte uno de sus hijos. Pero la incredulidad, y aun las burlas, sólo fortalecen su obsesión.

Una vez que Stallone regresa y comienza a despacharse a muchos jóvenes que incluso podrían ser sus hijos, los promotores de Dixon aceptan la oferta, sobre todo porque su reputación ha caído debido a sus frecuentes escándalos (¿notó alguien la similitud entre "Dixon" y "Tyson"?, ahi se las dejamos) y porque tienen pensado dejar a Rocky, literalmente, en la lona, y si queda sin capacidad de buscar otro combate, mejor.

La música de Bill Conti está de vuelta con la grandeza de la cinta original, la que, por cierto, es referida varias veces; las escalinatas, el ejercicio en un clima bajo cero... los fans de Rocky que salieron de la sala moviendo la cabeza y murmurando obscenidades quedarán satisfechos con esta entrega.

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carlos_yakuza escribe 22.01.07:

Después de la primera película de Rocky, esta es la mejor de todas las entregas que ha habido simplemente porque retoma la idea de que se trata de la lucha del protagonista contra él mismo. En la primera se enfrentó contra Apollo Creed, pero a lo largo de la historia vemos como Rocky terminó por convencerse él mismo de que podía luego de luchar contra sus demonios internos. Las siguientes partes fueron pura mercadotecniam y lucimiento de Stallone de modo que ni para que las comentamos.

 

 

 

 

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