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Cine

Curioso y divertido

Se trata de otro libro hecho película. La diferencia es que Curious George de un personaje animado diferente e inolvidable. Hay que verlo en pantalla

Curious George
Voces en inglés de Will Farell, Drew Barrymore, Dick Van Dyke
Dirigida por Matthew O'Callaghan
Universal/2006

OCTUBRE, 2006. Este proyecto llevaba más de 10 años en preparación y sin duda valió la espera. Curious George, aunque fue estrenada en Estados Unidos el pasado febrero, acaba de proyectarse por acá y como conclusión diremos que se trata de una cinta animada extraordinaria que en nada desmerece a los libros que sobre el hipercurioso mono han circulado por décadas.

La versión cinematográfica de Curious George --y con ella un programa infantil que se transmitirá por la PBS-- se diferencia por varios factores. Mencionemos algunos: no incluye flatulencias ni chistes de mal gusto, el protagonista es capaz de deleitar a los niños y agradar a los adultos, se trata de una historia sana, sin riesgo de escenas desagradables inesperadas y, sobre todo, fue hecha por quienes realmente le tienen cariño al personaje. Y cómo no tenerlo, pues Curious George es simplemente singular.

Ted (con la voz de Farrell) es empleado de un aburrido museo donde lo único que rompe la rutina es la presencia cada jueves de Magguie Dunlop (Barrymore), una atractiva maestra de primaria de quien el ingenuo Ted no capta sus coqueteos. Cuando Mr. Blunberry, el curador del museo (con la voz del legendario Van Dyke) le avisa el cierre del museo para convertirlo en estacionamiento --algo en lo que su mediocre hijo está más que dispuesto a hacer-- Ted lo convence de que cumpla su sueño de juventud y vaya al África por un enorme ídolo milenario que salvaría al museo. Obvia decir que quien termina embarcado en la misión es Ted, vestido con un chillante traje amarillo y un sombrero, digamos, peculiar.

En la selva conoce a un mono huérfano quien luego de robarle el sombrero decide regresárselo y para ello lo persigue hasta Nueva York. El pobre Ted ve que por toda la ciudad hay carteles del ídolo milenario, que él logró encontrar aunque es, como dice "del tamaño de un pisapapel". A partir de ese momento se le complican los problemas pues su casero, que no admite mascotas, lo echa del departamento y a él lo despiden al saberse el fiasco del ídolo milenario. A su lado sólo queda el mono, al que luego pone de nombre George.

Es una historia tierna y conmovedora, sin duda, pero también didáctica. Recordemos que Curious George fue creado por Margret y A.H. Rey durante la segunda guerra mundial (el barco que lleva a Ted al África lleva sus nombres) y por generaciones ha enseñado a los niños a contar, a distinguir los colores y a pintar; de hecho, en la versión cinematográfica más bien parece un niño inquieto, aunque en los créditos finales vemos al mono original. Lo dicho: es evidente el cariño que los productores tienen al curioso George.

Una escena particularmente conmovedora ocurre cuando el mono es capturado y se le envía de regreso al África en el mismo barco que lo trajo de allá. Un cruel cliché habría sido meterlo a una prisión, máxime si no ha cometido crimen alguno.

Y no hace falta ser niño para disfrutar a Curious George. Es una opción excelente de entretenimiento de lo que deberíamos ver más seguido en Hollywood. Ojalá así sea y otros curiosos cineastas sigan el ejemplo de Curious George.