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Candidaturas por la libre, ai les vamos. Atentamente: resentidos y distanciados con la partidocracia

Un gran acierto lo constituyó la posibilidad que alguien aspire a un puesto de elección popular sin necesariamente estar atado a un partido político. Pero por lo que se ve, el éxodo de políticos tradicionales a esa modalidad se ve como inevitable para los comicios del 2018, lo que avizora más de la misma sopa

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OCTUBRE, 2017. El pasado martes 10, la esposa del ex presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala, oficializó su salida como miembro del Partido Acción Nacional una organización en el que, dijo en un comunicado oficial, "no tengo más que agradecimiento y me lo llevo en el corazón". Los meses siguientes, agregó Zavala, los dedicará a "preparar mi candidatura independiente rumbo a la presidencia de la República" (y a quien le salga una bolita por preguntón, Felipillo también ya anunció su renuncia al partido que lo convirtió en el segundo mandatario salido de la oposición).

La razón es clara: Margarita Zavala y el líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, se llevan igual o peor que Donald Trump con los medios de comunicación. Otra causa es el (surrealista y otrora impensable) acercamiento que el blanquiazul está teniendo con el Partido de la Revolución Democrática donde también hay huestes que asimismo rehúyen a los coqueteos con al dirigencia panista y, dado el caso, podrían ir a encenderle velitas al pejetabajqueño.

Con todo, en el fondo semejante romance PAN-PRD, por lo menos de aquí al día de las elecciones, no es tan descabellado: buena parte del electorado comparte una combinación de las plataformas de ambos partidos, por un lado, el no abandonar los principios de la libre empresa y la creación de empleos y, por la otra, una política enfocada a las necesidades sociales, algo así como la "tercera vía" de Tony Blair. Parece extraño, pero éste se un sector de la sociedad que se encuentra flotando entre ambos partidos y que ya no desea más incompetencia priísta ni pejemesianismo ni tampoco persignados panistas (¿ya se nos olvidó cómo hace algunos años se pusieron a prohibir el uso de minifaldas en varias ciudades?) o bien metidas de pata perredistas.

Pero por otro lado no debemos hacer a un lado que la salida de Margarita Zavala se enfoca más a un mero diferendo personal, de ahí a eso de que "me llevó al PAN en el corazón", un berrinche parecido al de El Bronco cuando no le hicieron caso en el PRI y se lanzó a lo parece ser se convertirá el año próximo en el escaparate de los resentidos, esto es, la candidatura independiente en la cual, por cierto, el Bronco también ya anda apuntándose sin importar que deje a medias su (mediocre) gestión como gobernador neoleonés.

Y es que así como hasta hace poco en que no se permitían las candidaturas independientes, los precandidatos chillones a quienes no les habían repartido hueso brincaban a otros partidos, esta vez el recipiente son las candidaturas independientes que, como se ve, se están llenando rápidamente de políticos que gran parte de su carrera no han sido independientes, es decir, ciudadanos como usted y como yo. Es comprensible que en aquellos tiempos tuvieran que acogerse a un logo partidistas dado que no había de otra sopa para destacar en ese campo. ¿Pero qué no habíamos quedado que el cambio para que se dieran las candidaturas independientes era con el fin de que en ella participaran ciudadanos, es decir, no políticos con cierto callo y colmillo?

Una de esas candidaturas probables es la del comentarista radial Pedro Ferriz de Con, quien desde hace rato dejó sus emisiones matutinas para emitir breves puntos de vista en su página de facebook y twitter. Francamente se ve muy difícil, complicado, que Ferriz de Con, por lo demás una personalidad inteligente y de gran carisma, se llegue alguna vez a asomar a Los Pinos con la tricolor (la banda, no la selección) al pecho. Primero porque tiene una enorme lista de enemigos detrás suyo, desde los brodys Moreira de Coahuila hasta de todo aquél que se autodiga priísta distinguido. Pero quién sabe; lo mismo se decía del Bronco neoleonés y ya ven.

Las candidaturas independientes, hay que ponerlo en claro, son un cambio positivo en la legislación electoral. ¿Cuántos de nosotros no estamos hasta salva sea la máuser de que las postulaciones sean repartidas entre las mismas momias de siempre, primero como senadores, luego como senadores, ora como alcaldes, ora como hermanos, cuñados o hijos del alcalde y cuando esas momías mueren, sus hijos, momitos y momitas, siguen explotando la veda del presupuesto público sin hacer nada? (Igualmente bueno ha sido el cambio, esperamos, de la reelección de legisladores).

Lo que le faltó a esa legislación es que, para aspirar a la independiente, pase por lo menos un año de que haber abandonado cualquier cargo partidario para que aprendan lo que es ganarse la vida como civiles y les sirva como forma de compartir la misma experiencia de sus electores potenciales. De otro modo lo que vamos a ver conforme se aproxime la elección presidencial, es un desaforado chapulinismo que terminará por atomizar el voto y hará más complicado el ya de por sí conteo de sufragios.

Ahora bien, para ser candidato independiente hay que tener simpatía, mucha de la cual carecen o han carecido muchos candidatos que en su momento fueron favorecidos por el gran dedo presidencial y que tenían menos carisma que Mike Tyson (¿verdad, Manuel Bartlett? ¿verdad, Ernesto Villanueva?).

De otro modo las candidaturas independientes servirán como forma de desquite para políticos chipiles o, como en el caso de Margarita Zavala, que lo utilizan luego de haber tenido diferendos personales con las altas dirigencias.

El Bronco nos demuestra cómo los independientes están lejos de ser remedios o panaceas ante los partidos políticos totalmente podridos que tenemos.

 

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1 opiniones

felipillovox escribe 20.1017

El problema que yo veo con tantas candidaturas independientes no es tanto que Margarita Zavala o el Bronco le entren sino que al dispersarse tantos votos le darán más oportunidades al nefasto pejelagarto de que pueda ganar la elección del 2018, la mejor manera de derrotar a ese sujeto es mediante una coalición de partidos, no me gusta mucho esa opción pero en este momento la veo como la mejor

 

 

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