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A lo mejor se acuerda: La Isla de la Fantasía

Las series televisivas de los 70 aún son ampliamente recordadas, y entre ellas destaca una de ellas que surgió a raíz de un comentario ocasional. Recordemos al señor Roarke y a  Tacto, ambos actores ya fallecidos, y dejemos de lado por un rato a Game of Thrones

JUNIO, 2016. En su infancia sufrió lo que hoy llamaríamos bullying y burlas, entre otras cosas, por ser judío. Pero para mediados de los setenta Aaron Spelling era el productor más exitoso de la televisión norteamericana. Tras el descenso de su rival Quinn Martin (suyas eran series como Las Calles de San Francisco, Cannon, Barnaby Jones y Columbo), Spelling logró consolidarse produciendo series de la talla de Starsky and Hutch, Los Ángeles de Charlie y El Crucero del Amor. Pero ninguna de ellas tuvo un nacimiento tan casual, e increíblemente exitoso, como La Isla de la Fantasía.

Esta emisión nació en una reunión de ejecutivos el otoño de 1976. Todos ellos presentaron sus proyectos pero al final venían a ser calcas de otros programas --sobre la mesa alguien tenía la propuesta de crear una serie semanal donde un grupo de sacerdotes se dedicaban a aplicar exorcismos-- pero al final la lluvia de ideas, o lo que los norteamericanos llaman brainstorm, no daba resultado alguno. Gene Levitt, uno de los ejecutivos y creador de varias series legendarias, entre ellas Combate, se levantó, molesto porque la reunión no llegaba a ningún lado.

"¡Tenemos que trabajar en grupo! Siento que muchos de ustedes lo que quisieran es irse a una isla desierta donde todos sus deseos se hicieran realidad! ¡Así no funciona este negocio...!", dijo.

"¡Eso, Gene, hagamos eso!", dijo Spelling, entusiasmado. "¡Una isla de la fantasía...!"

Levitt evidentemente no hablaba en serio. La idea de una isla donde ocurren cosas extraordinarias estaba lejos de ser una historia original. Ahí estaban La Isla del Tesoro de Robert Louis Stevenson, el País del Nunca Jamás de Peter Pan, la isla de Pinocho donde los niños que no estudiaban terminaban convertidos en borricos, e incluso La Isla de Gilligan; más aún, en los 50 en La Dimensión Desconocida un episodio abordaba la existencia de una isla mágica donde todos los deseos del visitante se hacían realidad. Sin embargo las posibilidades comerciales sonaban bastante buenas. 

Durante las siguientes semanas el guión se fue perfeccionando: el anfitrión sería un personaje misterioso, aparentemente inmortal y poseedor de poderes especiales que atendería a sus invitados en una isla cuya ubicación era secreta. También le acompañaría un coanfitrión con el cual iba a interactuar y ayudar a desarrollar el argumento. Asimismo se seguiría la misma fórmula que estaba teniendo éxito en El Crucero del Amor, otra de las series de Spelling: cada semana habría actores invitados, la mayoría de ellos entre los más populares del momento.

Para el protagonista se barajaron varios nombres, entre ellos Marlon Brando (sus exigencias salariales eran astronómicas), Roger Moore (estaba ocupado con su personaje James Bond), Vincent Price (simplemente rechazó), Peter O'Toole (no tenía ánimos para instalarse en California) e incluso Hugh Hefner, quien de hecho ya vivía en su propia isla de la fantasía. Finalmente Spelling recordó a su amigo Ricardo Montalbán, un actor mexicano conocidísimo en California por sus comerciales en televisión y quien ya había trabajado en otras series del productor. "Ricardo poseía la elegancia, el carisma y el misterio que requería el personaje principal", dijo Spelling, "además es todo un caballero dentro y fuera del set".

Para el papel de su acompañante se había pensado en gente como James Caan y aún Donny 0smond. Finalmente el rol recayó en Hervé Villachaize, un actor parisino de origen polinesio conocido por su participación en el filme Vive y Deja Morir de James Bond. Aquí Villechaize dejaba de ser el villano al tiempo que su personaje sería el "puente" entre el enigmático señor Roarke (Montalbán) y los visitantes a la isla.

Contrario a lo que se cree, únicamente las escenas aéreas de la presentación fueron filmadas en Hawaii; el resto se rodó en una península cercana a Los Ángeles que en su tiempo fue área de descanso para las grandes figuras del cine mudo (durante los 40 fue cuartel y puesto de vigilancia ante una posible invasión japonesa). También se piensa que cada semana un hidroavión traía a los visitantes a la isla: de hecho el lago es tan pequeño que ninguna nave puede amarizar ahí de modo que la que veían los televidentes fue un avión armado exprofeso en el lago y que no podía despegar a ningún lado.

El formato de La Isla de la Fantasía: Al llegar el avión, Tattoo hacía sonar una campana, se asomaba el señor Roarke y salía de su cottage (casa campestre) a recibir a los visitantes. Ambos tomaban un auto y se dirigían al lago, que en realidad se encontraba a unos metros a un lado de la casa campestre. Ahí el señor Roarke le narraba a Tattoo (y a los televidentes) cuál era la fantasía de los invitados de esa semana, a lo que siempre el anfitrión cerraba con un comentario misterioso en el sentido de que la fantasía les traería sorpresas no siempre agradables. "Esa esa la esencia del programa", dijo Spelling en alguna ocasión, "si las fantasías no tuvieran complicaciones la serie carecería de todo interés".

Otro aspecto igualmente interesante eran los invitados. Hasta entonces las "estrellas" que participaban en las series de televisión setenteras en realidad eran mayormente desconocidos o tenían carreras incipientes. Spelling cambió las reglas de modo que los invitados eran los actores más populares del momento o, mejor aún, sus carreras eran legendarias. A ello se sumaba la curiosidad de verlos en roles diferentes a los que nos tenían acostumbrados. En ocasiones estas celebridades actuaban como ellas mismas.

Se estima que unas 149 celebridades aparecieron en La Isla de la Fantasía, entre ellas Bill "David Banner" Bixby, de la serie Hulk, lo mismo que Lou Ferrigno, quien encarnaba al monstruo. También aparecieron en el programa Larry Wilcox, el rubio de Patrulla Motorizada, el ex mánager de los Dódgers Tom Lasorda, Priscilla Presley, Sammy Davis Jr., los Harlem Globetrotters, Don Adams (Súper Agente 86), Randolph Mantooth (uno de los paramédicos en Emergencia!) y decenas más, incluida Dorothy Stratten, la playmate 1980 quien fuera brutalmente asesinada un par de semanas después de haber actuado en un episodio.

"El secreto de La Isla de la Fantasía es el mismo de El Crucero del Amor", escribió el columnista Bill Ackensett del TV Guide en 1978, "los protagonistas tienen también sus propias historias y dramas que contar". Adicional a eso se encontraba el papel de Roarke que, agregó Ackensett, "en otro actor se habría convertido en un personaje siniestro, incluso antipático. Ricardo Montalbán logró transformarlo en un personaje carismático y esencialmente bueno pese al tenebroso pasado que pudiera haber tenido".

En varios episodios eso queda en claro, sobre todo la ocasión en que deberá enfrentarse al diablo que viene a cobrarle una vieja afrenta.

Por lo que toca a Villechaize, el actor nunca supo asimilar la fama. A mitad de la segunda temporada su comportamiento se hizo mas extravagante y sus exigencias desmesuradas, entre ellas que se le llevara a Francia los fines de semana cuando los actores descansaban; también comenzó a tomar drogas por lo que su actuar se hizo errático y hubo que rescindirle el contrato. Se le sustituyó con por Wendy Schaal y Kimberly Beck, dos actrices que no pudieron reencender la química que Tattoo tenía con los televidentes.

En 1984 Montalbán pidió su salida de la serie cuyos índices de audiencia ya iban en picada. Spelling se la concedió y La Isla de la Fantasía fue cancelada. "Nunca habrá otro señor Roarke aparte de Ricardo", aseguró el productor aunque años después se intentó resucitar la serie con el actor inglés Malcolm McDowell en el papel de Roarke. Sin embargo se cumplió la máxima de Ascenkett: su caracterización le daba un toque siniestro al personaje y despojado de casi todo su carisma. Ese experimento terminó a la primera temporada.

 

 

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1 comentarios

felipillovox escribe 09.06.16

Cuando era niño me gustaba mucho ver la Isla de la Fantasía que transmitía el canal 5 los miércoles a las 8 de la noche, qué diferencia estas series llenas de ingenio con la vulgaridad de Game of Thrones. También me gustaba verla porque me daba orgullo que el protagonista fuera el actor mexicano Ricardo Montalbán. La frase el avión, el avión! de Tattoo ya es inmortal, gracias por este reportaje que me trajo tantos recuerdos

 

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