Encabezó la representación política de su país, al frente de las embajadas de Chile en la India, Yugoslavia y Austria, y en la actualidad es uno de los mayores ideólogos del movimiento neonazi en todo el mundo. Es de sobra conocida su íntima amistad con el actual Dalai-Lama y con personalidades ya fallecidas como los escritores Hermann Hesse y Carl Jung, el poeta Ezra Pound y el general de las Waffen SS León Degrelle.
No pocos prejuicios envuelven la figura de
Miguel Serrano. De porte distinguido y penetrantes ojos azules,
mantiene, absolutamente intacta, su incondicional adhesión al
nazismo,
asumida hace ya casi seis décadas. Esto, junto a sus intrincadas
teorías esotéricas -donde misticismo, magia y realidad
confunden sus
límites- y una original interpretación de la historia, lo
han
convertido en todo un personaje: polémico en sus opiniones,
atípico
como escritor.
Descendiente de una tradicional familia chilena, entre cuyos antepasados se cuentan arzobispos, religiosas y hasta una santa, Miguel Serrano Fernández -sobrino, a la vez, de Vicente Huidobro- asumió su propio camino en busca y defensa del Yo, una lucha por la "individualización", a la manera propuesta por Jung.
Ferviente defensor de su país y del territorio chileno -del cual dice extraer toda su fuerza- se desempeñó durante dos décadas como embajador: entre 1953 y 1962 en India; los tres años siguientes en Yugoslavia, y hasta 1970 en Austria. Diez años en Suiza le permitieron ahondar en sus conocimientos y reflexiones.
Serrano es un "nazista" declarado y convencido. Según sus propias declaraciones, la "masacre del Seguro Obrero", vergonzoso y horrendo crímen ocurrido en Chile en 1938, en el que medio centener de "nazistas" (como se llama en Chile a los hitlerianos) fueron ejecutados por fuerzas policiales, le hizo inclinarse por el nacionalsocialismo. Su fidelidad al hitlerismo se ha mantenido siempre, como si fuera suyo el lema de las SS "Mi Honor se llama Fidelidad". En su casa de Chile tiene una bandera nazi, un retrato de Hitler y una espada.
Miguel Serrano fue además uno de los primeros civiles en visitar la Antártica, en 1948, habiendo escrito intensamente sobre los "oasis con vegetación" y las "aguas termales" en la Antártida. El ejército chileno dio su nombre a una montaña en la Antártida, a modo de reconocimiento a su figura. No es ningún secreto que Serrano ha intentado varias veces encontrar la entrada al "mundo interior", de cuya existencia está absolutamente convencido.
Hoy, a sus 86 años, con el pelo blanco y
conservando
toda su cabellera, ha escrito ya sus memorias. Los medios de
comunicación controlados ignoran sistemáticamente a este
gran personaje
chileno. A pesar de ser uno de los escritores más destacados de
Suramérica (muy por encima por ejemplo de Vargas Llosa y otros
de los
que tanto se habla), cuando muera con toda seguridad la prensa
mantendrá absoluto mutismo. Y es que no les interesa hablar de
este
"nazista", todo un caballero chileno.
Descripción extraida de "Neuschwabenland"