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Intervención Junta de Accionistas
de Telefónica 2004 de José Margalejo |
Sr. Alierta, Sr. Alonso, Sres.
Consejeros, Sres. Accionistas, Sres. representantes de los medios:
Hace un año, el 11 de abril de 2003, me presenté en este mismo acto ante
ustedes diciendo lo siguiente:
“Me llamo José Margalejo, desde enero de 2000 soy presidente de un Club de
Inversión registrado en la Bolsa de Valencia con el nombre de Grupo de
Estudios de Alto Rendimiento numero uno GEAR-1. Desde el comienzo de nuestra
andadura hemos participado en todos los foros que para la formación de los
clubes de inversión a diseñado la Bolsa de Valencia, hemos realizado cursos
de Análisis Técnico, del Mercado de Futuros, jornadas sobre Códigos de buen
Gobierno, Código Olivencia, etc...
En este momento estoy aquí porque 469 amigos me han confiado la
representación de sus 357.678 acciones, para que les haga llegar sus
inquietudes sobre la forma en que los sucesivos Consejos de Administración
han tenido de retribuir su aportación de capital y la pérdida de
credibilidad que está teniendo Telefónica en la sociedad, por incumplimiento
de promesas públicas y pérdida de calidad en la atención a sus clientes”
A continuación les exponía tres grandes líneas de acción referidas a la
Construcción de Confianza entre los Accionistas, Clientes y Empleados,
ofreciéndole en cada caso nuestra colaboración para mejorar los puntos de
desencuentro. Todo ello pueden ustedes leerlo en las páginas 166 a 169 del
Acta de la Junta General.
Lamentablemente, la presencia de ex - trabajadores de Sintel le crearon a
Vd., Sr. Alierta, un clima tal, que posibilitó (así quiero creerlo) que Vd.
o sus colaboradores más cercanos no prestaran suficiente atención a los
mensajes que yo pretendía trasladarle. Ello ocasionó una respuesta para
salir del paso, insuficiente, poco razonada e incluso sobre asuntos a los
que yo no había hecho referencia, englobándola con las respuestas a las
preguntas de otros accionistas, que pareciendo similares por su origen del
entorno laboral, eran sustancialmente distintas.
Lea usted, Sr. Alierta, en la página 88 del Acta de la Junta General la
respuesta que me dio y piense si el caso hubiera sido al contrario, si usted
hubiera quedado satisfecho con la misma. Le reitero pues, mis tres
cuestiones y preguntas:
1ª ¿Está usted dispuesto a crear un grupo de trabajo en el que los pequeños
accionistas estemos representados para convertir la flamante Oficina del
Accionista en un ente que facilite la relación entre ambas partes, genere
valor para la empresa, retribución y ahorro para el accionista? Básicamente
me refiero al coste de custodia que junto a los impuestos se comen gran
parte de los flamantes dividendos.
2ª Sin escudarse en una resolución del Ministerio de Trabajo, que es posible
haya sido forzada por su propia dirección, ¿estaría usted dispuesto a que se
creara un grupo de trabajo para buscar soluciones selectivas a aquellas
personas que con mas de 70 años se encuentran ahora con verdaderos problemas
asistenciales, tras la desaparición de la Empresa Colaboradora?
3ª ¿Está usted dispuesto a entablar cauces de relación con la Directiva de
la Confederación de Asociaciones de Prejubilados de Telefónica, admitiendo
que es la forma idónea de convertir a sus 18.000 afiliados en los mejores
representantes de Telefónica en la sociedad?
Sobre este último punto, creo que es mi obligación extenderme un poco para
que los Sres. accionistas y medios de comunicación aquí presentes puedan
valorar lo que puede significar que dicho colectivo esté integrado en la
actividad y proyectos de Telefónica o se encuentre radical y visceralmente
en contra de la empresa que lo ha expulsado del ámbito laboral y que lo
ignora de forma despreciativa y reiterada.
Los ex-empleados de Telefónica, sobre todo los que también somos
accionistas, somos los primeros interesados en que la marcha de la empresa
sea la adecuada, manteniendo su nivel de implantación y negocio en la
sociedad. Queremos lo mejor para la misma y lo seguiremos queriendo si
observamos una reciprocidad en las actitudes de los Consejos de
Administración.
Los empleados de Telefónica hemos sido tradicionalmente consultados por
nuestros convecinos sobre la conveniencia de aceptar este o aquel producto
que la empresa ofrecía, sobre la utilización de determinado soporte de
telefonía fija o móvil, sobre las tarifas aplicadas, etc. etc. ¿qué creen
ustedes que yo puedo contestar si me consultan sobre la bondad de preasignar
llamadas a través de Jazztel, darse de alta en Internet a través de ONO, o
cambiar de empresa de móviles gracias a la portabilidad del número?
Si me siento identificado con Telefónica, defenderé a ultranza sus opciones,
pero si me siento maltratado por ella, ........... valoren ustedes mismos
cual seria su reacción.
Concluyo Sr. Alierta, recientemente ha manifestado Vd. públicamente que se
sentía muy a gusto en la dirección de Telefónica, demuéstrenos que nosotros
también podemos sentirnos muy a gusto con usted como presidente,
perteneciendo a esta gran familia de accionistas, trabajadores y
ex-trabajadores.
Este año, viendo la escasa atención que prestó usted y el anterior al hecho
de haber recogido y tramitado las delegaciones de asistencia y voto de 469
accionistas con 357.678 acciones, me he limitado a tramitar las de unas
pocas, aproximadamente 134.000, que me permitieran hacer uso de la palabra.
Pero me he encontrado con la sorpresa de que sin haber hecho ningún tipo de
campaña de recogida, cuando salí ayer de mi domicilio en Valencia, había
recibido por correo, procedentes de toda España, documentación de mas de mil
accionistas, que me instaban en gran número a crear una sindicación de
acciones.
Le ruego que valore el espíritu de colaboración y dialogo que nos impulsa en
esta comparecencia, que ponga en cuarentena los mensajes que en este acto le
puedan enviar sus colaboradores mas directos minusvalorando mi presencia y
nos dé respuestas a nuestras tres preguntas que tiendan puentes de
entendimiento en lugar de romper los lazos que aún nos unen.
En Madrid a 30 de Abril de 2004
José Margalejo.
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