La Gnosis es la vida vivida de instante en instante, de momento en momento.
No como un “cliché” más, pues no estamos hablando
del famoso y actual “vivir a tope” o de que “vida no hay
más que una”, sino de algo más profundo, más transcendental.
Estamos hablando de algo que crea una realidad dentro de nosotros que no se
pierde con el paso del tiempo, que dura eternamente.
Hablamos de conocer nuestra Auténtica Realidad, de indagar por todos
los misterios que nos rodean, de participar del plan del Universo, de liberar
nuestras mentes de nuestra cárcel psicológica.
¿Quién de nosotros se conoce a sí mismo? ¿Nuestros
miedos? ¿Nuestras dudas? ¿Nuestra crueldad? ¿Nuestra
ignorancia? Y lo más importante: ¿NUESTRO POTENCIAL?
El Ser Humano posee un origen Divino. Nuestra Verdadera Naturaleza es inmortal.
Sin embargo, llevamos una vida como cualquier hijo de vecino y nuestra sociedad
no está planteada para crear una auténtica civilización.
Somos educados para vivir la misma vida de nuestros padres y abuelos, la misma
vida que legaremos a nuestros hijos.
Tanto en la Edad Media, como en épocas anteriores y más cercanas,
el Ser Humano ha sido educado para producir riquezas y poder para los más
fuertes. Éstos últimos vienen siendo los mismos desde hace siglos.
En los últimos años nos han vendido el cuento del “consume
y sé feliz” o, lo que es peor: “Consume todo lo que quieras.
Es barato. Lo hemos fabricado en un país de economía emergente.”
La verdad es que, de cierta forma, seguimos siendo esclavos, pues estos doscientos
y pico señores que juntos tienen más dinero que paises enteros,
se lo han montado muy bien. Han creado una parte del mundo adinerada que compra,
a bajo precio, los productos fabricados por la parte más pobre. Y ellos,
esos “señores”, se quedan con el dinero y el esfuerzo de
ambas partes y, de paso, contribuyen con su falso progreso al completo desastre
ambiental en el que vive nuestro planeta.
Muchas de esas pobres personas que trabajan para esos “señores”
son niños y mujeres que trabajan por poco más que un plato de
comida y que viven en condiciones infrahumanas.
Sí amigos, la esclavitud existe, aunque no la queramos ver, aunque
metamos nuestra cabeza en un agujero, como un pobre avestruz. Somos, en mayor
o menor grado, esclavos de la producción y del consumo.
¿Qué podemos decir de nuestro aspecto espiritual o psicológico?
Nuestro materialismo ha reducido nuestra psiquis a algo sin importancia. Ya
no nos interesan estas cuestiones. Hemos cambiado la posibilidad de conocernos
a nosotros mismos, de adquirir la Sabiduría por cuenta propia y de
contactar con nuestra Verdadera Naturaleza, por la falsa seguridad que nos
da el afiliarnos de forma más o menos comprometida a una religión
o escuela espiritual. Una vez en dichas religiones o escuelas, dejamos de
lado su aspecto esotérico y profundo, sus veladas enseñanzas
que nos exigen esfuerzo e inteligencia y nos conformamos con seguir sus ritos
exotéricos, sin ni siquiera saber, ni molestarnos en saber, cuáles
son sus causas u orígenes.
Por su parte la casi totalidad de las religiones exotéricas se ha dedicado
a esconder y a degenerar las enseñanzas dejadas por los Venerables
Maestros. Han cometido toda clase de barbaridades, han actuado contra Natura,
han matado, adulterado, etc… Han transformado los templos en mercados,
han hecho de sus doctrinas una serie de ritos supersticiosos que no conducen
a la liberación del Ser Humano, a su Autorealización. En fin
un desastre total y absoluto.
¿Y qué decir de nuestra ciencia oficial? Nuestra actual ciencia
hace tiempos se separó de la mística o religión. Hemos
pasado de una ciencia completamente fanatizada por conceptos impuestos por
la Iglesia a una ciencia completamente materialista. No se sabe quienes son
peores: si el clero o la comunidad científica. Tanto unos como otros
son esclavos de sus dogmas y teorías.
Los científicos, por ejemplo, encuentran unos huesos antiquísimos,
de hace millones de años, huesos que vivieron solamente una pequeñísima
parte dentro de esa gigantesca línea de tiempo que es la historia de
nuestro planeta y creen ya saber toda la evolución de las especies,
atribuyéndoles a dichas especies hábitos y costumbres que no
pueden ser verificados. Aquí no entramos a criticar si sus conclusiones
son correctas o equivocadas. Lo que denunciamos es que estos mal llamados
científicos caen en el mismo error que las religiones exotéricas,
pues ellos mismos no son capaces de reproducir sus experimentos más
de una vez, sencillamente porque no hay experimento ni experimentación.
En muchos campos de la “ciencia” lo que hay son dogmas y teorías,
puesto que la mente puede llegar a un raciocinio lógico sin que ese
raciocinio tenga que ver con la Realidad. Parecen olvidarse los científicos
de hoy que los grandes hombres de la ciencia del pasado, como Newton, Galileo
o Leonardo, pertenecieron a Sociedades Esotéricas y que su sabiduría
provenía de su interior, de su Real Ser.
Mientras tanto, hay que decir también, que los demás no demostramos
ningún interés por el conocimiento científico. La mayoría
de las personas que no somos científicos de profesión “pasamos
olímpicamente” de esas cuestiones, preferimos delegarlas en otros,
tal y como hacemos con las cuestiones religiosas cuya responsabilidad dejamos
en manos de “sacerdotes”, olvidándonos de que la Auténtica
Religión o Religare es una experiencia íntima y personal.
Es importante notar que en este mundo “globalizado” esta situación
no sólo se produce en Occidente, sino que en mayor o menor medida en
los cuatro puntos cardinales del planeta.
Las personas somos tan comodistas en la Índia, como en Rusia, Brasil
o Canadá. Devemos entender que ser materialista no es ser avaricioso
o buscar riquezas. Ser materialista es aceptar sin reservas la irrealidad
del Mundo Material.
Llegado a este punto, sería fácil hechar la culpa de nuestros
fracasos y limitaciones a terceros. Sería lógico y hasta comprensible
pensar que los culpables de esta situación son los políticos,
científicos, empresarios, clérigos, etc.
Nada más lejos de la Realidad. Somos nosotros los responsables de nuestras
vidas. Lo que nos ocurre a nosotros es el resultado de las decisiones que
hemos tomado tanto en la presente existencia, como en existencias anteriores.
Las personas no nacemos pobres, enfermos, incultos, por decisión de
nadie. No existen casualidades, sino causalidades. Pensar de otra forma solamente
es posible si desconocemos la Ley del Karma.
Cualquier persona más o menos seria consigo misma puede darse cuenta
de que el exterior es un reflejo de lo que cargamos en nuestro interior”.
Si la economía mundial nos conduce al materialismo, si la ciencia es
demasiado limitada y si las religiones se han alejado de sus principios primitivos,
la culpa es nuestra y de nadie más. El insensato busca encontrar la
culpa en los demás, el Sabio las busca en su interior.
Debemos aprender a reconocernos entre los agresores, los opresores, los injustos.
Solamente un hipócrita puede llegar a pensar que porque no tenemos
poder estamos libres de esos defectos.
¿Quién nunca abusó de su posición? ¿Con
un hijo, nuestra esposa o un empleado? “El que esté libre de
pecados que tire la primera piedra.”
Si nos diéramos cuenta de que los de abajo somos iguales o peores que
los de arriba y que nuestros pequeños defectos nos pueden conducir
a una conducta semejante o peor que la del mayor dictador del mundo entenderíamos
la necesidad del cambio psicológico.
El problema es que creemos que nuestros pequeños defectillos no hacen
demasiado daño y entonces no comprendemos la necesidad de cambiar.
En fin, para resumir en unas palabras nuestro actual estado psicológico,
debemos decir que NO sabemos quienes somos, NO sabemos dónde estamos,
No sabemos qué hacemos y no nos molestamos en saberlo.
VIVIMOS EL SUEÑO DE LA CONCIENCIA.
Para que entendamos mejor: si nos encontráramos con una persona en
la calle que no supiera respondernos convincentemente quién es, dónde
se encuentra y qué está haciendo y que no se dá cuenta
de lo que hace, seguramente pensaríamos que dicha persona había
perdido su Conciencia.
Comparándonos a esa supuesta persona, y teniendo bien entendido lo
que aqui se quiere decir, podemos afirmar, sin temor a dudas, y habiendo experimentado
en nosostros mismos a través de la práctica de la Auto-Observación
todo lo aqui expuesto, que nosotros somos seres Inconscientes, es decir, NO
somos Conscientes de nuestro actual estado psicológico.En realidad
lo que ocurre es que tenemos una idea básica equivocada de nosotros.
Pensamos que somos UNO.
Dado que este tema es de suma importancia debemos ponerle toda nuestra atención
y recibir la siguiente enseñanza con la mente tan receptiva como un
cuenco bocarriba: en realidad no poseemos una mente UNA o INDIVIDUALIZADA,
sino que nuestra mente es PLURALIZADA.
¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que cada una de nuestras
apetencias o cada uno de nuestros hábitos, sentimientos, emociones,
miedos, ansiedades, envidias, ira, etc son y funcionan como personas independientes
dentro de nuestro propio espacio psicológico, de tal manera que podemos
llegar a afirmar que a cada instante y dependiendo de la situación
física que estamos viviendo, somos una persona diferente, desde el
punto de vista psicológico.
Esto que se dice aqui puede ser comprobado por cada uno de nosotros en el
terreno de la vida práctica. Basta con que ahora y a partir de este
instante, tomemos autoconciencia de nosotros mismos y empecemos en este exato
momento a observar como reaccionamos ante las distintas situaciones de nuestra
vida.
Veremos y constataremos, con un método ciento por ciento científico,
es decir que se puede constatar ahora y mas adelante en el tiempo, que pensamos,
sentimos y actuamos de manera diferente, según las personas con quienes
estamos hablando, conviviendo, trabajando, etc. Veremos que nuestro comportamiento
no es el mismo con nuestra novia o marido o con nuestros hijos y hermanos,
no hablamos de la misma forma en presencia de nuestros jefes como cuando estamos
con nuestros padres, que hay personas que nos caen bien y otras que nos caen
mal, que hay sitios que nos gustan y otros que no, comidas que adoramos y
otras que no queremos ni probarlas.
También nos daremos cuenta de que estas reacciones son ciento por ciento
mecánicas, no responden a actos conscientes y que sin ceramente no
encontramos respuestas profundas de que porque, por ejemplo, hay personas
que nos gustan y otras que no. ¿A qué se debe esto? ¿Porque
esta persona nos cae bien y esta otra no? No vale con dar una respuesta inmediata
y superficial, carente de reflexión. Las cosas no son así porque
sí, sino que tienen una razón objetiva para que sean de una
forma o de otra.
Lo que pretendemos en las páginas de esta revista es invitar a todos
a partir en búsqueda de si mismos. A no conformarnos con lo establecido,
a cuestionarnos las cosas, sin ira, sin venganza, sin prejuicios, sin satisfacer
ningún deseo, simplemente descubrir la Verdad que existe en Nuestro
Interior.
Cada una de esas “personas” que vivien en nuestro interior piensan,
sienten y actúan. En la Bíblia se les conoce como los Siete
Pecados Capitales (Ira, Orgullo, Envidia, Vanidad, Codicia, Gula y Lujúria),
en el Tíbet como AGREGADOS PSICOLÓGICOS y en otras partes del
mundo como demonios, diablos, etc… Devemos entender que simplemente
son nombres que se le han dado a nuestros defectos psicológicos y que
obedecen a razones simbólicas. Todo esto hay que entenderlo psicológicamente.
Nuestros defectos psicológicos impiden que se manifiesten las VIRTUDES
de nuestro Real Ser, es decir, si somos impacientes no podemos ser pacientes,
si somos orgullosos, no podemos ser humildes, si odiamos, NO PODEMOS AMAR.
Nuestra Esencia Divina se encuentra atrapada entre estos defectos psicológicos
y se ve impedida de manifestarse y de esa manera lo que hoy por hoy entendemos
por PAZ, LIBERTAD Y FELICIDAD dista mucho de lo que experimentan las personas
que forman parte del CÍRCULO DE LA HUMANIDAD CONSCIENTE.
El Trabajo Psicológico se asemeja a la tarea del Caballero de rescatar
la Bella Doncella (la Esencia) de las garras del Dragón (el Ego) y
matar a dicho animal con su Lanza Esotérica (su Fuerza Creadora-Destructora).
Al enfretarse al Dragón, el Caballero se dá cuenta de que en
realidad no debe matarlo, sino dominarlo y utilizar sus alas y su poder para
volar (fabricar sus cuerpos solares: astral, mental y causal, la ALQUIMIA),
para alcanzar a la doncella que se encuentra cautiva en la torre de un castillo
(su Templo Interno). Todas las simbologías, mitos, leyendas y cuentos
de hadas del mundo se refieren de una forma u otra a estas cuestiones psicológicas.
La Revolución de la Conciencia es el acto más valiente que uno
pueda realizar, pues nos enfrentamos a nuestro peor enemigo: a nosotros mismos.
Es un trabajo necesario para que se produzca el cambio en nuestras vidas.
Hércules, Jesús, Buda, Krishna, Quetzal-coatl, Paracelso, Osiris
y sus correspondientes esposas-sacerdotizas entre otros, han realizado este
trabajo en el fondo de su Interior. Con ello no sólo consiguieron mejoramiento
psíquico y establecer contacto con las distintas regiones del Universo
y los Maestros de la Logia Blanca, sino que al mejorar su condición
humana, al hacerse DIVINOS, han contribuído para mejorar las vidas
de las personas que les rodean.
Si queremos cambiar nuestras vidas, si queremos conocer a las distintas Dimensiones,
entrar en contacto con los Venerables Maestros y mejorar la vida de los demás,
el camino es el Autoconocimiento: vivir de instante en instante en autoobservación,
receptivos a todo lo que pueda suceder sin emitir juicios. Simplemente observando
como actúa cada uno de esos agregados psicológicos para poder
así eliminarlos.
El Venerable Maestro Jesús dijo: no se puede conocer a Beth (la letra
B en hebreo), sin conocer a Aleph (la letra A), es decir:
¡HOMBRE CONÓCETE A TI MISMO Y CONOCERÁS AL UNIVERSO Y
A LOS DIOSES!
Alcanzar la paz mundial, erradicar el hambre, las enfermedades y la injusticia,
sólo es posible cuando eliminamos de nuestro interior los factores
psicológicos que los originan.
Somos Dioses en el exílio. Ha llegado el momento de recuperar nuestro
lugar entre las estrellas del Cosmo.
¡VIVA LA REVOLUCIÓN (PSICOLÓGICA)!
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