El Ser Humano, desde pequeño, demuestra una inclinación natural por adquirir Conocimiento. En su búsqueda, normalmente, toma una dirección que para la Gnosis está equivocada, pues se centra en el estudio del mundo Físico/Fenomenal o Exterior y se olvida o ignora la existencia del Mundo Interno o Espiritual que es dónde se encuentran las causas que originan los fenómenos o hechos. Muy pocos sabios son capaces de encontrar la íntima relación que existe entre el Ser y el Saber, entre la Intuición y la Razón.

LOS DOS MUNDOS

Lo primero que uno debe entender es que somos esclavos del Mundo Exterior y que muy poca gente se da cuenta de que el mundo se divide en dos: Mundo Interno y Mundo Externo.

El Mundo Interno es el mundo de nuestras emociones, de nuestros pensamientos, miedos y ansiedades. El mundo Interno también es el mundo de las Conciencias Atómicas, de los Elementales, de los Genios de la Naturaleza y es donde se originan las CAUSAS DE LOS FENÓMENOS que luego vemos suceder aqui en el físico.

El Mundo Interno, por naturaleza, tiene tendencia a exteriorizarse, como el sentimiento de amor hacia una persona que se exterioriza a través de nuestras palabras de afecto, en las caricias y en los poemas.

Por otro lado, podemos ver también que los sentimientos negativos pueden expresarse por medio del insulto, la mala educación, la agresión física o de las enfermedades.

Muy pocas son las personas capaces de reconocer o de entender la existencia del mundo Interno. Sin embargo, es posible empezar a percibir dicho mundo aqui y ahora, en cada momento, en cada instante. La práctica de la auto-observación, de la concentración o de la meditación nos ayudan a reestablecer el contacto con dicho mundo. Dichas prácticas son como puentes tendidos desde fuera hacia dentro, hacen de hilos conductores entre los fenómenos y las causas.

Reestablecer dicho contacto es beneficioso en un ciento por ciento, pues nos conduce al conocimiento de si mismos y tal conocimiento es la clave de toda Sabiduría.

El Ser Humano que no se conoce a si mismo, aunque quiera cambiar, no sabe ni siquiera por dónde empezar, le falta conocer de su "enemigo" aspectos tan importantes como cómo piensa, siente y actúa y lo más importante; quíen es dicho "enemigo".

No obstante, quien se conoce a si mismo está en condición de dominar su vida y de realizar hechos conscientes, profundos y transformadores para si mismo y, por ende, para la sociedad en la que vive.

Muchas personas intentan cambiar su vida. Generalmente, a estas personas también les gustaría ayudar a los demás y mejorar la vida de sus hermanos, pero no saben cómo. Saben lo que quieren cambiar, hasta puede que tengan localizados los hábitos, vicios o defectos que les gustaría eliminar de su vida, pero les falta este contacto directo con sus Mundos Internos, esa complicidad con su Íntimo que les permita manejar las herramientas necesárias para provocar dicho cambio.

Generalmente, los cambios que podamos conseguir son resultado de mudanzas temporales de pautas de comportamiento. Algunas de esas pautas de comportamiento duran días, otras llegan a durar meses o años y algunas incluso, pueden durar hasta nuestra muerte. Pero, no sin cierta
tristeza, debemos decir que si dichos cambios no son producto de una acción consciente en el sentido más completo y amplio de la palabra, si este cambio no se produjo en los 49 departamientos de la mente, si dicha eliminación no se materializó en lo más profundo de nuestro subconsciente, dicho defecto o aspecto psicológico sigue vivo en nuestro interior y volverá a cobrar fuerza en una nueva existencia o dentro de pocos meses.

Dicho esto, llegamos a la conclusión de que todo cambio o revolución que no tenga una base psicológica profunda está sujeto, tarde o temprano, al fracaso y que incluso la más grande de las revoluciones que uno pueda realizar en el mundo físico o externo será un día vencida por el paso del tiempo.

Debemos comprender que el tiempo no libera a nadie y que es nuestro esfuerzo por auto-conocernos el que nos dá el conocimiento necesario para operar y actuar en nuestro interior.

Necesitamos ser individuos enminentemente prácticos y revolucionarios e conocernos a nosotros mismos de una forma definitiva y profunda.

La vida práctica es revolucionária, pues nos dá el Conocimiento Directo, Real y Auténtico. La persona que es práctica se sale bien en todas las pruebas por las que tiene que pasar. Es capaz de compreender las cosas de forma intuitiva y natural, no necesita cuidados, se vale por si misma, adquiere individualidad psicológica y aprende a pensar en base a una experiencia real. La persona práctica desarolla un sentido altamente científico, profundamente místico, inequívocamente filosófico y extraordinariamente artístico. La persona que se conoce a sí misma está en el camino para convertirse en un Maestro.

Para ello, es necesario que los cambios que experimentamos sean conscientes, que hayamos estudiado profundamente el estado mental y emocional que queremos eliminar y que tengamos una relación fluída con aspectos de nuestro Ser, hoy por hoy, desconocidos.

Cuando esto ocurra, compreenderemos que la transformación interior es exigente y matemática. Que es un trabajo profundo, sincero, consciente y que obedece a una forma de actuar profundamente práctica que consiste en ser, durante todo el dia, consciente de nuestros pensamientos, emociones y hábitos.

La auto-observación es la única forma en la que podremos descubrir la manifestación de nuestros defectos o agregados psicológicos en nuestros pensamientos, emociones, acciones, instintos y sexualidad.

De todas formas, al hablar de nuestros defectos y de la necesidad de cambia, podemos llegar a pensar que tampoco somos personas tan dañinas y que nuestros defectillos son insignificantes si los comparamos con la codicia, la vanidad y el egoísmo de la mayoría de las personas que tienen alguna clase de poder en sus manos y no nos vemos capaces de caer en los mismos errores en los que muchos dictadores han caído.

Pensamos así porque desconocemos el verdadero poder de nuestro egoísmo.

Hermes Trimegisto, quien según la tradición fue el fundador del primero colegio iniciático, nos legó, entre muchos, un conocimiento muy importante: "TAL COMO ES ARRIBA, ES ABAJO."

Con ello quería decirnos que lo que existe en nuestro interior, en la mente, en los sentimientos, se refleja aqui en el mundo físico o fenomenal. O, lo que es lo mismo, lo que está en el Macrocosmos, está en el Microcosmos.

Esta enseñanza es facilmente verificable a través de la simple observación de nuestro propio interior. Constataremos que lo que pensamos y lo que sentimos tienen una tendencia a exteriorizarse, a manifestarse. Para ello, dichos pensamientos y emociones se valen de nuestra máquina humana o cuerpo físico.

Recorriendo caminos invisbles y manipulando resortes específicos, nuestros pensamientos, sentimientos y emociones se expresan o manifiestan através de nuestras palabras, miradas, gestos, hábitos, etc y ejercen una determinada influencia o impresión en el mundo externo. Asi pues, como medida práctica, debemos aprender a "dividirnos en dos". Para ello usaremos la técnica de la auto-observación a la que dedicaremos un tema entero en próximas entregas. De momento, lo que podemos ir haciendo, como una especie de toma de contacto, es intentar descubrir en nuestro dia a dia cuando hemos sido injustos con alguién, cuando nos hemos dejado dominar por la IRA, la ENVIDIA, LA CHISMOGRAFIA, etc. Con esa práctica iremos descubriendo auténtico esoterismo.

La mayoría de los charlatanes de la vida creen que el esoterismo es justo lo que no es. No puede existir un auténtico Mago que no se conozca a si mismo. La Verdade está en nuestro interior y hay que tener auténtico valor para encontrarla.

La experiencia práctica nos enseñará que también podemos hacer una lectura a la inversa de la enseñanza de Hermes y descubrir que: "tal como están las cosas abajo, así están las cosas arriba".

En definitiva, quién desee obtener conocimiento debe entender que se puede conocer al "TODO POR LAS PARTES", cómo cuando nos hacen un análisis de nuestra sangre.

Para tal fin no es necesario que nos extrayan toda la sangre para determinar si tenemos alguna infección o enfermedad, o que cantidad de glóbulos rojos poseemos. Simplemente con una muestra se puede llegar a obtener muy amplia información sobre nuestra sangre o sobre cualquier otro objeto de estudio.

Estudiando esas enseñanzas podemos deducir que somos un fiel reflejo del Universo. Nuestros átomos son pequeños sistemas estelares, con sus electrónes describiendo órbitas y nuestros órganos comportanse como mini-constelaciones.

Esta relación matéria/espíritu, mundo interior/mundo exterior puede ser observada en toda la creación llegando al punto de que podríamos llegar a comprender el Génesis o Creación simplemente meditando sobre la concepción y el periódo de gestación de la mujer.

Debemos comprender que el Hombre es el Microcosmos y que en nuestro cuerpo está representado todo el Universo y quién quiera conocer el Zodíaco, las Leyes de la Naturaleza, la Kábala y los Misterios de la Vida y la Muerte debe estudiarse a si mismo.

Es un absurdo querer conocer el mundo que nos rodea sin conocernos a nosotros mismos.

Cuando nos estudiamos a nossotros mismos empezamos a descubrir nuestra relación con el Universo y nuestra pertenecia al TODO. Nos encontramos con nuestra auténtica realidad, con nuestro Real Ser. El Ser Humano es un trio de matéria-conciencia-energía y el estudiarnos a nosotros mismos nos hace ser conscientes de esta realidad.

Cuando empezamos a descubrir y despertar nuestra Conciencia y establecemos con ella un vínculo más permanente, iremos recibiendo enseñanzas internas que indudablemente traen consigo el conocimiento sobre la relación que existe entre nosotros y el Cosmos.

Esa relación entre todas las cosas se deben a que ese MEDIADOR, esa energía-conciencia es la misma en todo lo creado. Es como una fuerza de coesión que anima lo creado y establece las leyes y propósitos de la Creación.

Lamentablemente, en nuestros dias, nuestra conciencia se encuentra adormecida (ver el texto la Revolución de la Conciencia) y las consecuencias de tal hecho es que practicamente todas nuestras capacidades cognoscitivas estaán atrofiadas. Así las cosas, el primer paso para adquirir el Conocimiento es el de reequilibrarnos, tanto a nivel físico, como espiritual y anímico.

Justamente, si hablamos de un primer paso, este consiste en darnos cuenta o hacernos conscientes, de forma real, de que estamos "dormidos" para esas realidades internas e invisibles, de que nuestra Conciencia está dormida.

Podemos constatar por nosotros que, hoy por hoy, tenemos una relación muy deficiente con nosotros mismos, que no conocemos a nuestros propios pensamientos y deseos o que nada sabemos de las funciones secretas de nuestros propios órganos, glándulas, etc.

Evidentemente, detrás de toda situación o circunstancia, sea ella positiva o negativa, existe un o unos responsables.

Precisamente, el objetivo del segundo paso que debemos tomar para adquirir el conocimiento de si mismos es identificar a los responsables de nuestro condicionamiento psicológico. A eso le llamamos auto-observación.

Normalmente, las personas hechamos la culpa de nuestros fracasos o problemas personales a factores ajenos a nosotros. Según esta postura es más fácil y lógico culpar a alguién de nuestros errores que asumir nuestra
responsabilidad.

A través de la práctica de la auto-observación, la gnosis nos permite ir descubriendo a nuestros defectos psicológicos que, como veremos, son el origen de nuestra inconsciencia y de nuestros padecimientos y problemas.

 

e-mail | quienes somos | novedades | monográficos | prácticas
curso auto-conocimiento | archivos de textos

vm v
1