Cine
Nominada
Quiere ser amigo del Óscar
Para Hollywood, los pioneros de los supersitios de Internet se mueven más por la avaricia y por las traiciones que por el mero deseo de innovar y esta película es claro ejemplo de ello. Por ello ya puede usted anotar a The Social Network como fuerte contendiente a Mejor Película. Pese a ello, es recomendable
The Social Network
Jesse Eisenberg, Bryan Barter, Justin Timberlake
Dirigida por David Fincher
Columbia Pictures/2010
NOVIEMBRE, 2010. Hasta hace apenas un decenio, la palabra
facebook denominaba en inglés a esos álbumes con fotografías cubiertas por un celofán. Hoy ese término nos refiere automáticamente a la red social más grande del mundo, con un estimado de 500 millones de personas, es decir, el 10 por ciento de la humanidad ha abierto su "página" en este sitio que
además incluye sitios análogos como "mafia wars". Apenas hace seis años se pensaba que MySpace se convertiría en el sitio indispensable para comunicarse entre los grupos ansiosos de formar amigos virtuales; hoy los desertores de sitio suman igual o mayor cantidad de quienes alguna vez apoyaron a Barack Obama.
Sin duda su vecino, su compañero de trabajo, de clases o de parrandas ya lo invitó a hacerse su
"amigo" en Facebook (aquí en fasenlinea también estamos ahí, por si el lector se lo pregunta). Otros fenómenos de la red que no existían al ocurrir los atentados del 2001 como Twitter y YouTube recibirán pronto su respectiva película de modo que hoy nos concentraremos en
The Social Network, la cinta más reciente de David Fincher, quien estuvo detrás de cámaras en
The Fight Club y El curioso caso de Benjamin Button.
Pero no hay qué preocuparse: a diferencia de esta última película, que como ya habíamos referido anteriormente es una burda copia de
Forrest Gump, en The Social Network abundan los diálogos inteligentes y bien armados así como todos esos elementos
de drama bien logrados aunque al final el mensaje que se nos quiere transmitir es que para ser empresario en Estados Unidos hay que traicionar lealtades, un mal inherente del capitalismo. Por esta razón podemos apostar que esta película será nominada a varios Óscares y chanza y se lleve hasta el más codiciado de ellos pues contiene todos los elementos que tanto gustan a la Academia.
Curiosamente, esta es una historia que surge en Harvard, una universidad "progresista" donde, por si hacía falta recordarlo, estudió Barack Obama. Pero eso es
secundario: The Social Network se enfoca en lo que ocurre dentro de los dormitorios y no de las aulas, aunque cuando hablamos de dormitorios difícilmente nos estamos refiriendo a escenas calenturientas. De hecho, lo que vemos como protagonistas son varios adolescentes que no logran conectarse con su ambiente pero encuentran en la red todo lo que necesitan para sentirse importantes frente a los jóvenes atléticos que se acuestan con las chicas más guapas. Hablamos de esos
nerds que, tras el boom del Internet, acumularon enormes fortunas mucho más allá de toda mesura.
Uno de esos jóvenes es Mark Zuckerberg, estudiante regular que pasa muchas noches en vela. Es un tipo raro, un
weirdo obsesionado por todo lo que ofrece la red. Estamos en 2003, los negocios
start up que alguna vez inundaron la red han desaparecido y dejado a sus creadores en la quiebra mientras que Napster, el otrora icono de la rebeldía
online, ha sido dominado y sometido al sistema. Zuckerberg comprende que la gente difícilmente va a
sustituir sus compras de supermercado y aplica un concepto a la inversa: quienes querían hacerse millonarios en la red vendiendo productos eran unos ególatras, ¿por qué mejor no verlo desde la perspectiva de que los ególatras o quienes quieren ser famosos son quienes navegan por la red?
Y como buen nerd, Zuckerberg quiere conquistar a la chica con una plática que él supone inteligente. Pero lo único que consigue al abordar a Erica Albright es que ella lo mandé por un tubo. "Sólo podemos
ser amigos", le dice ella, una mentira piadosa a la que él responde "¡Yo no necesito amigos!", comentario irónico que luego haría prender el foco al incomprendido genio, utilizar la red para hacer amigos. ¿Para qué molestarse con
vivir en la vida real y enfrentar el rechazo en la cara si con un click
del mouse se puede bloquear a una persona indeseada?
Así y luego de varias desveladas, Zuckerberg consigue configurar Facebook, una red en la cual cualquier puede tener los amigos que se le pegue la gana y compartir con ellos sus experiencias, fotografías, viajes, aventuras sexuales y aun chatear con ellos. El programa se difunde primero en Harvard con apenas 5 mil usuarios pero de allí crece hasta tener, menos de seis meses después, arriba del medio millón. Los estudiantes de todo el mundo que estudian en Estados Unidos comunican del nuevo invento a sus amigos y es así como Facebook salta, cuando está a punto de cumplir el año de vida, en 20 millones. Y lo mejor de todo, es gratis y sin banners, anuncios comerciales y demás.
Uno de los principales socios de Zuckerberg en el proyecto es Sean Parker (Justin Timberlake... sí, ese mismo) cuyo nombre quizá nos diga poco y es que fue cambiado, suponemos que por derechos de autor, por
Shawn Fanning, quien es el verdadero creador de Napster. Parker, quien con apenas 17 años puso a las gigantescas compañías disqueras en los más graves apuros de su existencia, sabe lo que significa la tremenda presión que representa ser un cybergenio. Es él quien logra levantar el interés de
Silicon Valley, con la oleada de dólares que ello representa. Zuckerberg está encaminado, ya sin límite alguno,
a convertirse en multimillonario, el más joven en la historia
norteamericana.
El rector de Harvard, con razón, expresa su preocupación porque sus alumnos se ven más interesados en hacerse millonarios velozmente en vez de aportar sus conocimientos y poner la ética del trabajo en primer lugar, pero reconoce que Facebook, "dignifica a estudiantes como Zuckerberg y los puentes de comunicación que tratan de establecer".
Lo que el rector no sabe es que Zuckerberg ha traicionado varias lealtades, incluida la idea misma de Facebook. Uno de
las primeras víctimas es Eduardo Saverin (Andrew Garfield), su íntimo amigo que juntó el dinero para financiar la página así como los gemelos Cameron y Tyler Winklevoss (interpretados ambos por Joseph Mazzello), y quienes acusan a Zuckerberg de haberles birlado la idea, hasta en el último detalle. Quizá ya sea demasiado tarde: Éste ya es la celebridad, el que se llava los aplausos... y el dinero cuando
Silicon Valley le compra la idea en casi medio billón de dólares.
Desde el boom mismo de la red Hollywood ha puesto a sus principales impulsores como los villanos de la historia, desde
The Net (1998), The Pirates of Silicon Valley (2000) y Start Up (2003), donde indefectiblemente se narran prácticas desleales y traiciones, suponemos que porque ellas representan, al desnudo, el espíritu inherente del capitalismo o bien la iniciativa propia. Por supuesto que aquí también podríamos incluir al Hollywood mismo que innumerables veces ha hecho lo mismo con sus actores, sus directores y sus guionistas, los cuales le han armado tres huelgas en menos de 10 años. Y sin embargo, con la máxima de las ironías, tanto Facebook como Tweeter se han convertido en parte indispensable para la
industria hollywoodense.
De cualquier manera, con seguridad aquí tenemos enfrente la mejor película del director Fincher, como una musicalización de primera y, ya lo decíamos, diálogos bien hechos. Una buena cinta, sin duda, y que explora hasta qué grado los negocios como los conocíamos han sido alterados por la aparición del Internet. En tal sentido
The Social Network ha hecho muy bien su trabajo por lo que merece verse aunque no se esté totalmente de acuerdo con su planteamiento.
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