Cine
Buena,
aunque difícilmente le quitará el sueño
La vida es
sueño, dijo Calderón de la Barca. Pero cuando en esta pelíula se
propone como método para robar secretos industriales, nos topamos ante
otra cinta (¡otra!) donde los malos son los entes corporativos. Fuera de
eso, tenemos aquí un producto interesante, aunque de mucho alucine
Inception
Leonardo DiCaprio, Joseph Gordon-Levitt, Ellen Page, Tom Hardy, Ken Watanabe
Dirigida por Ken Nolan
Warner Bros/2010
AGOSTO, 2010. Desde que el hombre supo que experimentaba la capacidad de soñar ha quedado intrigado,
desde Aristóteles, que los consideraba consejos del alma, hasta Freud, que escribió un libro lleno de
descripciones arquetípicas. Y aunque los más escépticos consideran que son meros botes llenos de desechos "como cuando se camina por un callejón", lo cierto es que los sueños aun nos siguen
provocando preguntas. ¿Por qué los ha habido premonitorios, los que nos llevan al pasado, nos permiten hablar con parientes ya fallecidos o nos permiten vivir fantasías sexuales innombrables en nuestra existencia real?
Muchos críticos han aplaudido a Inception, pues opinan que es un filme "inteligente"; Antonio Martínez, de
El Mercurio, de Chile, va más allá y le llama un "parteaguas" en el modo de hacer
cine. pero lo cierto es que no nos encontramos ante una propuesta nueva: Inception es una nueva versión, si no es que copia, de
Dreamscape, protagonizada por Dennis Quaid en 1984. Hay cambios, por supuesto. En aquellos años el presidente era Ronald Reagan, por lo que el mandatario de aquel entonces es el villano, pero
en este 2010 con Obama en la Casa Blanca, los chicos malos son ¡adivine usted y se llevará un gansito marinela! Si dijo usted que los entes
corporativos, le enviaremos su golosina vía correo certificado siempre y cuando nos pague el flete.
Lo innegable en esta nueva película son los efectos especiales cortesía de Nolan. muchos de ellos bastante alucinantes y que provocaron, mientras estaba en la sala, que al menos tres espectadores abandonaran
sus butacas y ya no regresaran. Y es que del robo de tecnología, de propuestas --algo que hizo Nolan, quien por cierto se asume como autor de la historia-- y de innovaciones, lo que aquí se nos presenta es el robo desde el origen mismo de ideas, es decir, el subconsciente. Es ahí donde nada se puede esconder, maquillar ni alterar. Un experto en tal sentido es alguien a quien únicamente conocemos como
Cobb (DiCaprio), quien por varios años ha robado en sueños infinidad de ideas de la mente de muchas personas antes que sean materializadas y, mucho mejor, patentadas. Por tal motivo ha recibido miles de dólares de varios entes corporativos, todos ellos, podemos asumirlo sin que nos lo digan, en prácticas desleales del capitalismo más salvaje.
Pero Cobb comete un error y es capturado, y como si se tratara del mismo Snake Plissken --el inolvidable personaje de
Escape From New York-- las autoridades federales le ofrecen una disyuntiva a la cual no podrá negarse. Deberá "inocular" una idea en sueño de uno estos atracadores del subconsciente pues se sospecha que ha participado en actividades deshonestas. Y no, el malvado no se llama Pierre Nodoyuna ni es el Coyote de El Correcaminos: es un alto ejecutivo (¡mago, mago!)
Cobb deberá cooperar con el gobierno, donde aparentemente en estos años de Obama vuelven ahí a trabajar los buenos. Si consigue su propósito podrá ver a sus tres hijos y de paso volver a ser libre; de lo contrario corre peligro de alguien
"inocule" sus sueños y que nunca despierte. Hay otros peligros, entre ellos que el cazador y su presa deben estar dormidos al mismo tiempo pues su uno despierta el otro puede quedar "colgado", con riesgo para su vida.
El máximo logro que consigue Nolan aquí es crear un mundo donde en momentos no sabemos si todo ocurre en realidad o si se trata solamente de un sueño, con conexiones tan hiladas que convierten a éste en uno de los
thrillers mejores elaborados de nuestra incipiente década, y seguramente con el tiempo pasará a convertirse en película de culto, como recientemente ha sucedido con todas aquellas producciones (véase
The Matrix) que juegan con la realidad-confusión virtual desarrollada por mentes inconfesables. En
cualquier sentido, el talento de Nolan sobrepasa en Inception lo excepcional.
Lo recomendable, por último, sería que Hollywood ya fuera buscándose otros villanos. Ya chole con los corporativos, la verdad.
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