Cine
Amores yerros
Con un inexplicable atraso de dos años llega las carteleras de México una cinta con la consabida fórmula de historias hiladas que distingue los trabajos de Guillermo Arriaga. Quienes esperan algo similar a Babel quizá queden decepcionados, pero aquellos que se asomen a este peculiar modo de contar historias quedarán satisfechos, si bien esta vez se perciben algunos trozos predecibles
The Burning Plain
Charlize Theron, Kim Basinger, John Corbett, José María Yazpik
Dirigida por Guillermo Arriaga
2929 Productions/2008
SEPTIEMBRE,. 2010. Una de las más grandes sorpresas fílmicas de hace 10 años fue
Amores Perros, escrita por un novelista que siempre se ha distinguido por su
estilo ácido de contar historias y por desarrollarlas no de modo lineal sino en
flashbacks que lo mismo forman el presente que juntan piezas del pasado. En ese año Guillermo Arriaga unió su talento con el de Alejandro González Iñárritu, ex locutor de la capitalina WFM. La combinación fue explosiva y esparció por todo el mundo la categoría y alto nivel de los cineastas mexicanos y guionistas, la mayoría de ellos despreciados en su propio país donde el cine lleva años hundido en la burocracia, el compadrazgo y las historias
igualmente pretenciosas y mediocres.
Tan productiva colaboración terminó abruptamente poco antes del estreno de
Babel (2006) cuando Arriaga e Iñárritu se enemistaron de fea manera, por lo que puede decirse que en
esta película el primero navega sin su ex compañero, quien desde entonces se ha estancado relativamente. Los más curtidos en es las cintas realizadas por este dúo
rápido percibirán la ausencia de Iñárritu dado que la cámara ya no toma su ritmo frenético y la violencia física es menos gráfica. En vez de ello, las imágenes llevan siempre un aire retrospectivo, se enfocan a paisajes como forma de descifrar lo que piensan sus personajes (pararse frente a un acantilado con
las olas altas) al tiempo que combinan en forma intermitente la humedad con las zonas desérticas. La cámara ya no gira tanto; más bien en momentos se mueve en forma lineal.
Lo que nada tiene de lineal es el argumento, Arriaga mantiene intacta su estrategia de contar historias en forma de laberinto donde todas ellas nos son presentadas sin
que en apariencia tengan una conexión directa entre sí. De nueva cuenta, como en
Babel, parte de la trama se ubica en la frontera entre México y Estados Unidos e indistintamente cruza la línea de los dos países. Sin embargo todo empieza en Portland, Oregon, donde vemos a Sylvia (Theron) quien acaba de pasar una noche ocasional con el cocinero del restaurant donde ambos trabajan y a quien no le importa asomarse desnuda por la ventana del hotel. Sin saberlo, Sylvia ha sido seguida varios días por Carlos (Yazpik). Suponemos que se trata de un interés romántico, pero cuando finalmente se conocen y ella se le ofrece desnuda tras invitarlo a su departamento él se retira sin mediar palabra.
Cambio de escena: dos hermanos y un amigo llegan al sitio donde hay un remolque completamente incendiado. Tras el diálogo nos enteramos que ahí murió el padre de ambos y su amante, esposa de un camionero. Tras el entierro éste aparece con sus hijos y tras injuriarlos se
aleja del cementerio. Pero Cristóbal (Diego Torres) busca y finalmente consigue sacarle plática a Mariana, hija de Gina (Kim Basinger), quien era la amante de su padre. Siempre a escondidas --y
tras realizar un pacto a través de una cicatriz hecha con quemadura con
un encendedor-- los dos terminan enamorándose.
Flashback: dos amigos trabajan como pilotos fumigadores en México, y cuando es hora de trabajar se llevan a la pequeña Laura (Robin Tunney) para que prepare el almuerzo mientras su padre
está en la nave. Pero en una de esas la avioneta se estrella y él debe ser hospitalizado, a riesgo de perder una pierna. Es entonces cuando pide a su amigo un favor especial, que busque a su madre, quien vive al norte de Estados Unidos.
Otro flashback: Gina y su amante Nick Martínez (Joaquim de Almeida) por fin consiguen un lugar para sus encuentros ilícitos pues ambos están casados, El lugar es un
remolque destartalado que poco a poco irán decorando a su gusto y al que incluso le colocarán un par de tanques de gas para cocinar y para bañarse. Sin embargo la hija de ella se entera de sus escapadas y encuentra el escondite. Finalmente era urdirá un plan que hará estallar el remolque, y con ello no revelamos nada de la historia: es una imagen representada en el cartel promocional.
Hasta aquí las piezas no parecen tener hilación, y tratar de hacerlo aquí tampoco sería justo ya que estaríamos regalando algo que el espectador deberá descubrir en el cine o en su DVD. Lo que sí podemos decir es que las piezas van encajando perfectamente aunque una de ellas es sumamente predecible cuando uno de los personajes anuncia su embarazo y por carambola se anticipa el final antes de tiempo.
Por lo demás (y en uno de los mayores logros de Arriaga), es que deja al espectador que se haga un juicio de sus personajes: ¿Obró bien Sylvia, la
hostess del restaurante de lujo, quien recibe 500 dólares de propina de un senador cada vez que pide su platillo preferido? ¿Es correcto lo que hizo Gina, esto es, buscarse un amante ante un esposo que sufre disfunción eréctil? ¿Estaba consciente Cristóbal de que todo iba a terminar mal cuando empezó a cortejar a la hija de quien fuera amante de su padre? La mayoría de estas preguntas encierran una encrucijada argumental, y bastante humana, por lo que en
The Burning Plan no existen villanos elaborados exprofeso; corresponde a quienes vemos la película colgarles tales epítetos.
Por último, y seguramente por cuestión de derechos de autor, lo que en español debió haberse llamado en traducción literal
El llano en llamas --la novela de Juan Rulfo y con la cual esta historia ostenta claras ligas-- terminó con un nombre bastante convencional. Y por último ¿qué razón hubo para que esta cinta llegara a México con dos años de retraso?
En suma, y aunque tarde, tenemos una cinta con el toque característico de Arriaga muy bien lograda,
en ciertos lapsos se hace lenta. Quizá este director e Iñárritu en el futuro volverán a necesitarse. Mientras tanto tenemos aquí una cinta de méritos que refleja un drama difícil de digerir al principio. Los espectadores exigentes dirán que no alcanza el mismo nivel de Babel, lo cual claramente no era la intención del director. Pero por lo demás su ritmo es excepcional. En suma, un rompecabezas contado magistralmente y con un elenco de actores tanto nuevos como veteranos en una película donde el tiempo es relativizado hasta que se estira y se pierde de nuestra vista.
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