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Si echamos cuentas, lo bueno de este sexenio cuenta muy poco

Con motivo del Informe presidencial hemos visto varios mensajes donde la imagen presidencial reaparece y nos recuerda que lo bueno de este sexenio también cuenta. Pero ahora sí que, echando cuentas, las cuentas nomás no salen. Son mayoría las malas cuentas que las buenas

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Por Roberto Rojas P.

SEPTIEMBRE, 2016. En los días previos al cuarto Informe de Gobierno del presidente Peña Nieto apareció una serie de spots que nos avisaban a todos, quizá no con el circo, maroma y lloriqueos de otros tiempos, de lo que el mandatario tiene qué decir a la Nación. Bien. Es parte de su chamba y un deber constitucional que le suelte cuentas a Congreso y al Senado.

Sin embargo en esos spots es visible (y es algo no recuerdo haber visto recientemente) el rostro del presidente. Felipe Calderón jamás apareció en ningún mensaje gubernamental durante su sexenio, según esto porque se lo prohibía la Ley Electoral ¿Acaso ésta ya cambió de nuevo y ahora se permite que la imagen de Peña Nieto salga en la tele promocionando sus logros? Como sea, lo que atrajo la atención no fueron los spots en sí sino su contenido. Repasemos dos de ellos:

En el primero una mujer aparece hablando en un parque, aparentemente sola, y nos relata todo el trámite para que le aplicaran su examen y finalmente fuera aceptada como maestra de escuela. De repente la cámara voltea hacia la izquierda y se ve al presidente Peña extendiendo su brazo sobre la mujer y nos dice "también hay que contar lo bueno". En el segundo, otra mujer, igualmente sola, se muestra orgullosa de que el gobierno federal no la ha olvidado y que cada mes le envía a casa su despensita. En eso aparece el mandatario (esta vez del lado derecho de la pantalla) y nos pide a todos recordar que "lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho" que ha habido en los cuatro años de su sexenio.

Me da gusto por esas dos damas, esto en caso que su relato sea real y no parte de un guión. Pero usted coincidirá, amigo lector, en que esos logros fueron buenas noticias únicamente para ellas. ¿Qué beneficio inmenso puede tener para nuestro bienestar que una maestra haya obtenido su plaza? La verdad, nos representará a los contribuyentes un gasto extra, que quizá tendrá más provecho que si se destinara a pagar el sueldo a un burócrata güevón --perdóneseme el pleonasmo--, pero sus aportaciones son pequeñas en comparación con las tantas necesidades que tiene este país.

Igualmente, la segunda mujer tampoco pasará tanta hambre gracias a las despensitas que Progresa le entrega cada mes. ¿Pero a usted, estimado lector que no recibe despensa, le representa buenas noticias a su economía doméstica? De nuevo, las despensas vienen a ser una carga extra al erario, traducido esto en mayor gasto gubernamental, es decir, más alzas a los insumos que proporciona el Estado, y que son los que más han subido durante el sexenio de Peña Nieto.

Por el contrario, para la gente productiva de este país, las buenas cuentas son apenas perceptibles en el gobierno de Peña Nieto. Decía mi finada abuelita que lo que se ve no se pregona, y creo que tenía razón. Y la verdad, a menos que sea uno secretario de Estado, familiar de éste o haya obtenido una chambita burocrática, las cuentas malas abruman con su presencia.

Y es que, en concordancia con otra sabia frase de mi ausente abuela, ella decía que "quien carece de algo se pasa pregonándolo" y ese es precisamente la echada de cabeza que los spots del cuarto Informe lleva implícita. Es psicología elemental. Imaginemos por un momento a la agencia de publicidad a la que se le encarga crear los spots que resalten los logros de este sexenio. Tras un repaso concluyeron, como ya lo hicimos nosotros, que no había "buenas cuentas" traducidas en un mayor bienestar.

¿Acaso pondrían como un "logro" la promesa hecha el año pasado de que "ya no habría alzas en el precio de la energía y las gasolinas" para recetarnos brutales alzas, incluidos esos aumentos mensuales a la gasolina que el PRI tanto criticó mientras fue oposición en los años de Fox y de Calderón? ¿Habría que propagar como gran "buena cuenta" un caserón que costó millones de pesos adquirido mediante un prestanombres? (quizá los autores de esos spots consideraron como "logro" el que Peña Nieto pidiera perdón por esa acción pero al final desistieron hacerlo) ¿Y qué tal las "buenas cuentas" de que su gobierno haya contribuido, con su inestabilidad económica a la gradual pérdida de confianza, al "logro" de que el peso se devaluara de 13.50 hace cuatro años a los casi 20 pesos en que se cotiza hoy?

¿Y qué tal incluir como "buenas cuentas" que el presidente de una nación, conformada por alrededor de 125 millones de personas, plagió su tesis para recibirse como abogado? Una "buena cuenta" más que irónica por parte de un presidente incapaz de nombrar cuatro libros que lo hayan influenciado.

Y si de "buenas cuentas" se trata, quizá los autores del spot pudieron haber considerado la ruinosa reforma fiscal del 2014 que le quitó competitividad a la economía y ha llevado, según cifras del diario El Economista, al cierre de alrededor de 45 mil pequeños negocios. Cuentas que definitivamente no pueden ser buenas.

Los actos de corrupción, los "desaparecidos", el haber refrendado a Alfredo Castillo al frente de la Conade pese a haber rendido pésimas cuentas en los pasados Olímpicos --ahí contó, como se verá, ser cuate del señor presidente--, la inflación que comienza a despuntar peligrosamente... todas estas cuentas preocupan más que una maestra que obtuvo la plaza y una ama de casa a la que puntualmente le llega a casa su despensita de Progresa. Ninguno de nosotros llevamos cuenta de todo eso; son cuentas que nos interesan poco o nada.

Ni siquiera la cacareada Secretaría de Cultura, en el poco más del año que lleva de creada, ha rendido buenas cuentas: su máximo logro es haber ofrecido al Palacio de Bellas Artes para homenajear los restos del cantante Juan Gabriel. Esas cuentas no justifican el enorme presupuesto con el que cuenta esa secretaría.

Así pues y si echamos cuentas, resulta que las malas cuentas superan a las buenas cuentas en este sexenio. Y es que, a riesgo de invocar a Perogrullo, las cosas que según el mandatario cuentan, en realidad cuentan poco para la mayoría de los mexicanos.

 

 

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1 opiniones

pedrojaviercortez73 escribe 04.11.16

Peña Nieto es un corrupto y un inepto, de eso casi no se cuenta en los medios, pero cuenta mucho

 

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