Otros textos de Cine
Obituario 2018: Milos Forman
Los 10 fiascos fílmicos más
vergonzosos del 2018
Bohemian Rhapsody
El estruendoso fracaso de
Michael Moore con su nueva película solo para
masoquistas
Johnny English Strikes Back
Jurasssic World: Fallen
Kingdom
Archivo
|
|
CINE
Le faltó el título a la Jennifer
La también bailarina y cantante regresa al género de
las comedias de enredos con una historia donde la
falta de estudios universitarios parece truncar una
aspiración personal... y nada más. Comentémosla de
todos modos
Versión impresión
Second Act
Jennifer Lopez, Vanessa Hudgens, Leah Remini, Treat
Williams
Dirigida por Peter Segal
STX Entertainment/2018
ENERO, 2O18.
Quizá sorprenda saber que
Bill Gates, el
hombre más rico del mundo, no se graduó en Harvard,
o que
Henry Ford jamás
llegó ala universidad, o que
Steve Jobs tampoco
terminó su carrera. El éxito profesional no
necesariamente queda garantizado con la obtención de
un titulo, aunque indudablemente quienes cuentan con
él pueden obtener ventajas laborales y mejores
sueldos. ¿Entonces por qué los personajes antes
referidos lograron triunfar sin tener un diploma
universitario a la mano? La respuesta es sencilla:
vendieron una buena idea en el momento indicado. Y
esa esa una materia que no se imparte en las
universidades.
En ocasiones una buena idea se topa de frente con el
requerimiento de un título profesional. Es
entendible: ese documento es el mejor respaldo con
que cuenta una empresa para comprobar que no se
contrata a un improvisado que pudiera poner en
riesgo a la compañía. Y de eso se trata precisamente
Second Act, que marca el regreso de Jennifer
López al terreno de las alicaídas comedias
románticas. Esta es una historia llena de clichés,
ultrapredecible, pero que suele resultar
comercialmente efectiva. Veremos si la fórmula se
repite en esta ocasión, máxime porque en el elenco
--y con el obvio fin de atraer a los millennials
al género-- se incluye la presencia de Vanessa
Hudgens, ex chica Disney y ex del higadito Justin
Bieber.
Maya Vargas (Lopez) es una chica neoyorquina hija de
inmigrantes latinos de Queens. Como asistente en una
tienda de abarrotes donde ha trabajado los últimos
15 años y cuyas propuestas han resultado en mayores
utilidades, entre ellas una promoción para las mamás
que vayan de compras los lunes. Desde hace rato Maya
tiene la mira puesta en la gerencia general aunque
ésta finalmente se la dan a un tipo llamado Arthur
(Dan Bucatinsky), a quien trajeron de otra empresa
pero quien sí cuenta con un título universitario.
Ello deprime a Maya, sobre todo cuando en su fiesta
de su cumpleaños 40 se da cuenta que su edad
laboral se agota, lo mismo que sus expectativas para
una vida mejor. Y es que desde la adolescencia todo
en su existencia han sido las limitantes; incluso
optó por dar un bebé en adopción producto de una
relación adolescente. Cuando Maya le cuenta a su
ahijado Dilly (Dalton Harrod) que como regalo de
cumpleaños le gustaría soñar con haber ido a la
universidad y haber sacado su título, Dilly, quien
es un mago de las computadoras, le prepara un
impresionante historial profesional que incluye un
título de Harvard, Wharton y los Cuerpos de Paz.
Ello impresiona a Anderson Clarke (Treat Williams),
copropietario de una cadena competidora, quien le
llama para una entrevista de trabajo. Los choques
con su nuevo jefe Arthur son constantes por lo que
Maya toma el empleo que la están ofreciendo aunque
sabe que ese currículum es inventado.
Zoe, la hija de Clarke, entró a trabajar a la
empresa, forzándola a interrumpir sus estudios de
diseño en Europa. Zoe es hija adoptiva de Clarke y
decide apoyar a Maya para el lanzamiento de un nuevo
producto, algo que a éste comenzará a
consumirle buena parte de su tiempo, lo que
eventualmente llegará al rompimiento con su novio
Trey, ansioso por formar una familia.
Las cosas empiezan a caminar como maquinita aceitada
hasta que durante una entrevista con un distribuidor
chino, Maya, que se supone estudió mandarín, apenas
y se salva del ridículo gracias a la ayuda de
alguien que le va traduciendo al oído. El incidente
llevará a Ron (Freddie Stroma), un compañero de
trabajo y envidioso del frenético ascenso de Maya) a
entrar en sospechas.
Las cosas seguirán enredándose al mismo tiempo que
el producto orgánico promovido por Maya está en vías
de convertirse en un gigantesco éxito comercial que
será presentado en TV nacional. Sin embargo ahí
ocurrirá algo inesperado que echará por tierra las
aspiraciones de Maya. ¿Qué ocurrirá entonces en la
compañía, máxime porque Maya y Zoe comparten algo
que, viéndolo bien, no es tan sorpresivo para el
espectador? ¿Qué ocurrirá si se sabe Maya es un
polizón en la oficina?
Y aunque está bien lograda, Top Act es una
cinta donde los espectadores juegan al
"te-apuesto-que-esto-va-a-pasar", y si bien muestra
que casi con 49 años de edad encima, Jennifer Lopez
sigue siendo un auténtico cuero. Por fortuna y pese
a algunos giros pseudofeministas del guión --"¿por
qué los hombres siempre dominan los puestos de
mando?", se pregunta Maya en cierto momento-- esta
es una película que puede servir de inspiración a
los inmigrantes, conminándolos a que la mejor forma
de ascender es preparándose académicamente y
obtenerlo que Gabriel Zaid llama "el pase
indispensable para ingresar a una piscina exclusiva".
Película palomera que busca resucitar al género de
comedias románticas. Eso es bueno, sobre todo porque
ya nos estamos hartando de precuelas, superhéroes
reciclados ad nauseaum y politiquería
aberrante por parte de Hollywood.
Textos
relacionados
¿Desea
opinar sobre este texto?
[email protected]
[email protected]
0
opiniones |