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Ya no me cuentes otra de dinosaurios

Si por algo vale la pena esta nueva entrega de los dinos jurásicos es por sus efectos especiales y la actuación de un actor prometedor como Chris Pratt. Fuera de eso lo que tenemos es un elenco carente en lo absoluto de carisma así como una argumento predecible, descabellado... o descopetado. Vaya a verla únicamente si se es fan...

Versión impresión

Jurassic World: Fallen Kingdom
Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Rafe Spall, James Cromwell, Toby Jones
Dirigida por J.A. Bayona
Amblin Entertainment/2018

JULIO, 2018. "¡Esa mujer no me simpatiza en lo absoluto!", se queja uno de los personajes en cierto momento de Jurassic World: Fallen Kingdom, la más reciente entrega de estas películas surgidas a raíz de una serie de libros escritos por Michael Chrichton y publicados originalmente en 1990. El personaje, por cierto, es uno de los villanos, lo cual no impide que muchos de los espectadores coincidamos con su punto de vista. A excepción de Chris Pratt, un actor de ésos que atrapa el interés del espectador durante toda la película --y un responsable de que la taquilla salvara lo que de otro modo hubiera sido una catástrofe financiera-- el resto del elenco de esta pelicula es anodino, sin chiste, lo que incluye a uno de ellos que forzosmente busca hacerle al payasito bobalicón. En efecto, estos personajes no nos simpatizan en lo absoluto.

Quienes no nos defraudan, por supuesto, son los dinosaurios: su realismo mejora en cada entrega, y aunque se la pasan babeando, en ningún momento nos pasa la idea de que su presencia se debe a meros efectos especiales. En ese sentido Jurassic World nos asombra y, quizá, sea la otra razón para comprar boleto pues lo demás, empezando por el soso argumento, tenemos una historia mediocre, predecible y llena de clichés que no por ello dejan de ser absurdos, empezando por los villanos, uno de ellos clara, y burdamente, inspirado en Donald Trump.

En la última película de hace tres años, recordamos que un dinosaurio híbrido había escapado del santuario de Isla Nublar. En esta ocasión un grupo de mercenarios llegan al a la laguna Mosasaurus en busca de sus restos para sacar una muestra de DNA que les permitiría crear otra especie mucho más fuerte y agresiva. Sin embargo los mercenarios son atacados y solo unos pocos lograrán salvarse, lo que permitirá escapar al Tyranosaurus Rex que se encontraba en la laguna. Hay más malas noticias: se ha detectado la próxima erupción de un volcán en la isla por lo que todas las especies que habitan el santuario se encuentran en peligro. El asunto llega al Senado norteamericano donde tras una fuerte discusión donde participa el Dr. Malcolm (Jeff Goldblum) se inicia el debate: ¿debe permitirse que la naturaleza siga su propio rumbo para corregir un error humano o hay que rescatar a los dinosaurios que no tienen culpa alguna de esa pifia? Al final el Senado decide dejar a los dinosaurios a su suerte.

Sin embargo la ex gerente de operaciones del parque, Claire Manger (Bryce Dallas) miembro de un programa de protección a los dinosaurios es contratada por Ben Lockwood (Cromwell)un antiguo asociado del Dr. Hammond, quien, recordamos, fue autor del primer experimento de clonación. El plan de Lockwood es que ella y su ayudante Elli Mills (Rafe Spall) lleven a los animales a un nuevo santuario. El equipo queda complementado con Owen Grady (Pratt) quien ya tiene experiencia en el trato y manejo de los dinosaurios y se le requiere para que logre capturar al escurridizo Raptor Azul; también los acompañaran la paleoveterinaria Pineda (Zia Rodríguez) y su ayudante, el medroso Frank Web (Justice Smith).

Hay una subtrama que concierne a Maisie (Isabella Sermon) la nieta de Lockwood, quien se encuentra recluida y a cargo de la severa pero comprensiva Iris (Geraldine Chaplin). Mills la tiene retenida debido a un asunto que, hay que decirlo, es de las pocas cosas impredecibles de esta película, por lo que nos abstendremos de mencionarlo.

Al llegar a la isla, Grady se reencuentra con su viejo amigo el Raptor Azul pero de repente éste recibe un disparo adormecedor que la propinan los cómplices de Ken Weatherly (Ted Levine), un mercenario que gusta de quitar los colmillos de esos animale sy agregarlos a su colección. Weatherly, prácticamente un villano clon como el que vimos en Avatar le da un balazo al animal, que se desangra rápidamente, por ello se requerirá la ayuda forzosa de la veterinaria Pineda para salvar la vida del Raptor Azul, pues si éste muere, ella será la siguiente.

Y es que, amigos lectores --a menos que no quieran que le soltemos un predecible spoiler, valga la contradicción-- Weatherly se encuentra a las órdenes de no solo de Mills sino de Gunnar Eversol (el británico Toby Jones) un sujeto (¡adivina, adivinador!) multimillonario, con oscuras ligas con otros empresarios, así como varios dueños de multinacionales, sobre todo de la industria farmacéutica. Eversol lleva un copete a la Donald Trump, por lo que ya podemos intuir no solo su arrogancia y pedantería sino su maldad y desprecio por sus semejantes, según Hollywood. El objetivo de Eversol, en complicidad con Mills, es realizar una subasta donde venderán a los dinosaurios a altísimos precios, ya sea para usarlos como instrumentos de guerra --idea con la que Mills convence a Everol-- o ccn el fin traficarlos con coleccionistas. El más codiciado es una especie creada genéticamente por el Dr. Wu (BD Wong), un científico vendido a los nefandos intereses de Eversol y de Mills.

Massie escucha la conversación entre ambos y le dice a su abuelo de las aviesas intenciones de Mills, pero éste le responde que no se preocupe, que ya es tarde y debe irse a dormir, aunque el asunto le despierta sospechas. ¿En realidad Mills piensa traicionarlo?

La cacería de los dinosaurios en la isla que se está desbaratando a consecuencia de la erupción termina y éstos son conducidos al barco de Weatherly, aunque algunos de los dinosaurios no logran salvarse. Ya a bordo de la nave a donde entraron subrepticiamente, Web, la veterinaria Pineda, Menger y Grady, el propósito inmediato es salvar la vida del Raptor Azul pues si éste muere también la doctora será ejecutada. Una vez que la nave llega a su destino, un castillo propiedad de Mills --y donde Lockwood se encuentra recluido-- hay muchos invitados multimillonarios que llegan a la subasta en lujosas limosinas, subasta que se realiza en un local totalmente oscuro y tenebroso.¿Por qué no hacerlo a toda luz, como si fuera una pelea de box, con edecanes y toda la cosa? Ah, es que éstos son los malvados de la historia... perdón.

Pero Grady y Dearing logran escapar luego de ser descubiertos y terminan por arruinar la subasta. Pero eso ya lo intuían nuestros lectores ¿a poco no?

Para no hacer más largo un cuento tedioso, todos los villanos (naturalmente blancos) son devorados por los dinosaurios; el único que se salva de ese destino es el Dr. Wu, pues aparentemente muere de un golpe propinado por Web, quien de la nada se convierte en valiente de la lotería y lo deja inconsciente.

Es lamentable que la idea original de los libros de Crichton haya sido tergiversada hasta la desvergüenza absoluta. Este autor, que también escribió varios textos denunciando al calentamiento global "como una religión que busca imponerse sobre los demás y enviar a la hoguera a los herejes", tenía la idea original de denunciar que los seres humanos, al querer hacerle a Dios, alteramos la genética animal trayendo de vuelta a especies que ya no tenían razón alguna de continuar en el planeta. En vez de ello y ya al final de la película, el monólogo del doctor Malcolm enfatiza que estos experimentos se deben más bien a la avaricia de particulares y de gobiernos.

Una escena final muestra a los dinosaurios a punto de asfixiarse debido a una fuga de gas y de nuevo aparece la disyuntiva:; ¿hay que dejarlos morir de modo que la naturaleza corrija el asunto? Ya se imaginarán lo que sucede. Y es que tampoco se va a dejar a una franquicia tan jugosa morir así ¿cierto?

De hecho, es la gigantesca inercia de esta saga la que hizo que Jurassic World: Fallen Kingdom haya sido otro inmerecido éxíto taquillero; de otro modo el meteorito de la indiferencia y el hartazgo ante tramas cada vez más chafas habrían mandado esta franquicia a la extinción.

 

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