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CINE
Una noche en la ópera de Freddie Mercury
Tras una infancia con muchas carencias, este hijo de
inmigrantes alcanzó un éxito descomunal en todo el
mundo para de ahí saltar a una vida de excesos que
lo llevaría a un triste, tempranero final. En esta
recreación de la vida de Freddie Mercury hay cosas
interesantes para los fans del grupo y quienes no lo
son, aunque deja el sentimiento de que le faltó
punch. Pero es entretenida, y eso es lo que
cuenta
Versión impresión
Bohemian Rhapsody
Rami Malek, Lucy Boynton, Gwilym Lee, Ben Hardy,
Joseph Mazzello
Dirigida por Bryan Singer
Twentieth Centuryy Fox/2018
NOVIEMBRE, 2018. Uno era
astrofísico, el otro biólogo y un tercero había
estudiado diseño gráfico. A ellos después se les
unió un músico profesional con lo que se daría
nacimiento a uno de los grupos más importantes del
rock inglés en los años setenta, lo cual ya es
decir. Y aunque han seguido activos con dos
suplentes tras la muerte de su vocalista, para la
mayoría de los fans la historia de Queen cerró
oficialmente en 1991 cuando ese cantante
excepcional, de nombre artístico Freddie Mercury,
falleció a las pocas horas de reconocer ante la
prensa que padecía sida.
Las biografías fílmicas de grupos de rock no suelen
ser muy redituables por una razón muy sencilla. A la
mayoría de los fans interesa más la música que las
andanzas en la vida personal de sus ídolos, en
especial por la perenne presencial del cliché aquel
de sexo, drogas y rock and roll. La diferencia,
claro, radica en la estrambótica personalidad de
Freddie Mercury, un hijo de inmigrantes quien un día
descubre, casi por casualidad, que posee voz de
mezosoprano aunque también es capaz de manejar
diversos tonos a su completo antojo, y de tocar la
guitarra y el piano con soltura. Y siendo sinceros
¿a usted el interesaría ir al cine para ver la
biografía de
Jimmy Page? A
nosotros tampoco.
Dirigida por Bryan Singer, quien abandonó el
proyecto cuando surgieron acusaciones de pederastia
en su contra (otro director concluyó la cinta pero
lo hizo a tropezones), Bohemian Rhapsody es
una buena película biográfica, muy apegada a la
historia que conoce todo fan de Queen pero que
dejará defraudados a quienes busquen morbo, sobre
todo por la vida sexual de Mercury (aunque sí hay
ciertas escenas que, como decíamos arriba, carecen
de interés para los fans más curtidos de Queen).
La historia inicia cuando el pequeño Frederick
Bulsara (Malek, quien, se lo aseguramos, será fuerte
candidato a ser oscareado) es llevado de su natal
Zanzíbar a Londres tras una breve temporada en la
India. Es un adolescente retraído y un tanto
acomplejado por sus dientes superiores salidos que
le dan apariencia caballuna. Mientras estudia Diseño
Gráfico, Bulsara conocerá a Bryan May (Lee), un
auténtico soperdotado quien gusta de presumir a
quien lo escuche de haber construido él solo su
primera guitarra. Ambos harán migas con Roger Taylor
(Hardy), un tipo que suele echar fuera las
frustraciones de su vida aporreando los tambores.
Luego se les unirá John Deacon (Mazello), quien es
la opción final tras buscar a varios bajistas.
Completado el cuadro, el grupo se hace llamar Smile
pero su manager les sugiere cambiar de nombre a
Queen y el de su vocalista a Freddie Mercury, quien
se inspira al ver una fotografía de la Reina Isabel.
Una escena memorable se da durante la grabación de
la inmortal "Bohemian Rhapsody". La cinta recrea
cómo su elaboración, de una sencilla pero bella
pieza de piano compuesta por Mercury, hacia un
enramado que se va complicando más y más hasta que
Taylor, quien también posee una voz excepcional, se
exaspera por tener que repetir tantos "mama mias" y
pensando que el asunto ya es personal, a lo que
Mercury replica, "querido, ya con un desquiciado
como yo en este grupo tenemos suficiente".
Lo que viene será un desarrollo cronológico de la
historia donde el momento máximo es el concierto de
Live Aid en 1985, considerada la mejor presentación
en vivo de la historia. Para ese momento Mercury
--quien se dejó crecer el bigote tras una visita que
Queen realizó a México en 1980-- se ha enterado tras
un examen de rutina que ha contraído sida y que le
quedan unos años de vida; es la consecuencia de una
vida de excesos donde Mercury se propone probar de
todo; ya es multimillonario y puede darse el lujo de
hacer lo que quiera, en buena parte para compensar
las carencias de su infancia.
Asimismo, Bohemian Rhapsody rescata de la
historia de Queen a Mary Austin (Boynton) quien fue
novia de Mercury durante muchos años. La cinta
establece como arte del argumento la ayuda de Austin
para que el cantante pudiera alcanzar el estrellato,
de cómo se van distanciando, de la escapadillas de
Mercury con otros hombres, de la escandalosa fiesta
en 1978, una celebración decadente que se reflejará
en la progresiva decadencia musical de Queen el cual
para 1982 estaba grabando cosas realmente
cuestionables como "Radio Ga Ga" y "Body Language".
(Incluso su exitosísima "Another One Bites the Dust"
difícilmente se compara en calidad con "Love of my
Life" o "Killer Queen", ya no digamos "We Will Rock
You").
De hecho es Mary la primera en conocer el secreto de
Mercury, quien le asegura que él "es bisexual", ante
lo que ella responde, "no, Freddie, eres gay",
situación que el cantante trató de ocultar
prácticamente hasta el final de sus días.
Otro aspecto que destaca la película es que,
esencialmente, Queen era un grupo musical "para el
pueblo", obvia intención de equiparar a Mercury con
la Princesa Diana. Pero no: el rock británico
setentero fue un producto consumido esencialmente
por los jóvenes clasemedieros de la isla; quien
deseara un producto para las masas prefería
sintonizar el show de Benny Hill, muchas gracias. Asimismo el guión
enfatiza la importancia que inmigrantes como Mercury
pueden aportar al país donde llegan, lo que
evidentemente es un espaldarazo a quienes se oponen
al Brexit en Gran Bretaña.
¿Pero no sería mejor preguntarnos por qué Mercury
tuvo que salir de su país para mostrar su gigantesco
talento, algo que nunca lograría en su país natal?
¿Habría escuchado el mundo acerca de Steve Jobs si
sus padres lo hubieran dejado en Siria? La falta de
oportunidades en los países de nacimiento de estos
genios es lo que hace que al final miles de ellos
terminan por frustrarse, y no el solo hecho mismo
que vayan a otro país a explotar sus cualidades en
un ambiente que sí les es propicio para hacerlo. Por
esa razón, un indígena oaxaqueño que emigre a
Estados Unidos tendrá más oportunidad de progresar y
salir adelante que sus coterráneos que dejó atrás.
Por lo demás, Bohemian Rhapsody es un
producto digno el cual, sin embargo, deja la
sensación de que pudo haber sido mejor, máxime
porque no abunda en la relación de Mercury con
Taylor, siempre tempestuosa, a diferencia de la de
Mercury con el guitarrista May, por lo general más
conciliador, ni con el bajista John Deacon, quien
prudentemente dijo adiós a Queen al poco tiempo que
la maravillosa voz de Mercury se apagó para siempre.
Con frecuencia esas chispas y esos roces internos
dan como resultado obras maestras dado la rivalidad
entre sus miembros para destacar y así imponerse a
los demás. Una razón pudo deberse a que el guión fue
supervisado de cerca por los sobrevivientes miembros
de Queen; no fuera que llegaran a incomodarse.
Los fans no quedarán defraudados pues las versiones
que escuchamos de las canciones son las originales,
igual que la recreación del concierto Live Aid en
Wembley, con una multitud creada por computadora, un
efecto visual realmente asombroso. Y qué decir de la
actuación de Malek, simplemente increíble;
efectivamente en momentos Freddie Mercury parece
encarnarse en su personificación. Da vergüenza
pensar que se alguna vez se haya considerado al
nefasto Sacha Baron para ese rol.
Bohemian Rhapsody es recomendable, se sea o no se
sea fan de Queen. Y es una importante referencia
para repasar los excesos de los rock stars de los
70, y no solo en su comportamiento, sino en la
creación de música de altísimo nivel.
Definitivamente, en su momento, estos cuatro músicos
británicos fueron los campeones.
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