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CINE

Un oso sudamericano en Londres

Utilizados frecuentemente en las historias infantiles, los sosos son, junto a los monos, lo más cercano a la representación animal de un ser humano. Como sea, Paddington encantará a los pequeños y a los grandes los hará pensar sobre el claro mensaje pro inmigrante del guión. De cualquier modo, gusto en conocer a Paddington

Paddington
Nicole Kidman, Michael Gambon, Sally Hawkins, Hugh Boneville, Peter Capaldi
Dirigida por Paul King
StudioCanal/2015


ENERO, 2015. Una modalidad del cine que ha variado poco los últimos años es la de los animales que hablan e interactúan con los humanos. Quizá en el caso de Jorge El Curioso, película del 2006, conocimos a un mono que es la excepción, aunque su comportamiento sea más bien el de un niño. El caso que hoy nos ocupa es el de un oso creado por Michael Bond, un ex camarógrafo de la BBC y quien, lo ha dicho abiertamente, creo a Paddington como una metáfora de la tolerancia multicultural, esto cuando la idea sonaba a mera propuesta en la década que vio nacer a los Beatles y a los Rolling Stones.

Fuera de Gran Bretaña, los niños han tenido escaso contacto con Paddington de manera que al conocerlo les encantará y querrán saber más de él. Para quienes ya lo conocen, la oportunidad de verlo en el cine sonará irresistible. Tenemos aquí a un osito peludo, rechoncho, un osenzo de aguda inteligencia aunque no muy prudente y quien al final terminará ganándose a los espectadores, si bien todavía no se ha hablado de filmar una segunda parte, Paddington es distinto, muy distinto al Ted que tuvimos hace algunos años, será la mascota que muchos pequeños van a exigir tener de regalo en su cumpleaños aunque, no casualmente, la cinta fue estrenada en su país cuando la temporada navideña estaba por arrancar.

Asimismo, esta película toma inspiración de otras películas. Uno de ellos lo tenemos al principio cuando, al igual que Up, se nos presenta un documental realizado en los años 40 cuando un cazador inglés (Gambon) es enviado a la selva amazónica del lado peruano para matar especies extrañas que luego serán disecadas y puestas en exhibición en Londres. Pero el cazador es incapaz de disparar al tío Pastuzo y a la tía Lucy, una pareja de osos a los que enseñará a preparar mermelada y con quienes mantiene una amistad de años hasta que se ve obligado a regresar a su país. "¡Cuando vayan a Inglaterra serán recibidos con los brazos abiertos!", les dice al momento de la despedida.

Pasan los años y la pareja de osos se han hecho cargo de su sobrino quien todo el día come las mermeladas preparadas por el tío y lleva una existencia despreocupada; "¡este es el mejor lugar para vivir!", dice. Pero un terremoto rompe la magia, y aunque del tío Pastuzo solo vemos su sombrero apachurrado inferimos lo que le ocurrió. Incapaz de mantenerlo y con el negocio de las mermeladas hecho trizas así como varias posesiones perdidas para siempre, entre ellos una foto de Londres que les obsequió el cazador, la tía Lucy se ve obligada a mandar a su sobrino a Londres en calidad de polizón. Durante todo el trayecto irá comienzo frasco tras frasco de mermelada hasta que llega a Londres, una ciudad muy diferente a lo que le habían contado y donde la gente camina metida en sus propios asuntos.

Finalmente en la estación Paddington, un típico matrimonio clasemediero inglés compuesto por el señor Brown (Boneville) y su esposa Sally (la adorable Sally Hawkins) y sus dos hijos adolescentes se encuentran al oso al que ponen el nombre del lugar donde lo encuentran y deciden darle albergue por unos días mientras encuentra un lugar fijo para vivir. "Recuerda, estarás aquí unos días y luego deberás irte", le advierte la señora Brown. La idea no le parece en lo absoluto a su marido, quien desde el principio refunfuñará ante la idea de aceptar extraños en casa. A los hijos les da igual: cada uno vive en su propio mundo, él atrapado en sus audífonos y ella encerrada en el Whatsapp, esperando que algún día le haga caso un chico de su clase.

Paddington representará un problema desde el inicio. En una escena se pondrá los cepillos de dientes en las orejas sacándose kilos de cerilla y luego inundará al baño con andanzas más bien inspiradas en Mr. Bean (lo dicho, esta cinta toma segmentos de todos lados) hasta que la bañera del segundo piso termina metida en la cocina. Esto lleva al que ya de por sí exasperado Mr. Bown obligue a Paddington a dormir en el ático. Pero Sally siente que, poco a poco, ese huésped ha servido en que todos los miembros de la familia encuentren un motivo común para convivir y, sobre todo, para revivir el matrimonio con su marido, quien de hippie al ritmo del "Born to be Wild" pasó a ser un aspirante a lord inglés una vez que salieron de la maternidad y tuvieron su primer hijo.

No podía faltar el villano, villana en este caso, y lo tenemos con Millicent (¿Maleficient?), una rubia caracterizada por Nicole Kidman. Es una dominatrix fría que trabaja en el museo londinense y tiene una variedad de especies disecadas pero le falta en la colección un oso sudamericano. Al enterarse que uno de ellos se encuentra en esa ciudad se obsesiona en encontrarlo de modo que torturará a un taxista, coqueteará con Mr. Curry (Capaldi), el vecino de los Brown quien no ve de buena gana la presencia de "raros" en el vecindario y aun se colará a casa de esa familia en una escena sacada de Mission Impossible. Millicent encierra una conexión central en la historia que obviamente no mencionaremos aquí pero que marca el mensaje central de Paddington: la tolerancia hacia los nuevos inmigrantes, algo confrontado al hecho de que ya quedaron atrás los años en que la Corona creía ostentar el derecho divino para colonizar, y por ende "educar", a pueblos considerados distintos. (Agregaríamos nosotros: ¿Y qué hacer cuando un oso recién llegado se obstinara en seguir como si continuara viviendo en su lugar de origen?)

Por lo demás Paddington es una cinta divertida, con los infaltables clichés --la reacción del señor Brown cuando se está cepillando los dientes, por ejemplo-- pero hecha con todo respeto a la idea original de Michael Bond. En ningún momento es una cinta vulgar y su mensaje es altamente positivo. ¿Veremos de nuevo a este osito simpático en pantalla? Quizá. Mientras tanto, asómese a los libros. Queda garantizado que le agradarán.

 

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1 Opiniones

permanazo79 escribe 08.01.15

Buena película, además nos da un tour por Londres, me encantó la escena en el palacio de Buckingham cuando un guardia le da un sandwich a Paddington

 

 

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