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Hace casi dos años la dinámica de la ciudad más industrializada del país se vio trastocada por hechos que hasta hace poco parecían impensables dentro de su perímetro. Conforme se acerca el fin del sexenio, sus habitantes confían en que serán capaces de superar al calderonismo, cuyo error de cálculo sumió a Monterrey en el sitio donde hoy se encuentra

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FEBRERO, 2011. Los regios, como se hacen llamar los habitantes de esta ciudad cuyos municipios colindantes llegan a alcanzar una población cercana a los 4 millones, no recuerdan a James Bond cuando se les menciona el nombre Casino Royale, sino a un establecimiento donde el pasado agosto 62 personas murieron por asfixia luego que un comando incendió el local presuntamente por no haber pagado "derecho de piso". El hecho de que la mayoría de las víctimas fueran mujeres, incluida una en estado de gestación, multiplicó la indignación y la frustración de una ciudad que hasta hace poco parecía estar ajena a este tipo de ataques. 

"Tengo un amigo que vive en Alemania quien cuando supo lo del casino no lo podía creer. Y luego cuando chateamos me preguntó '¿cómo pueden vivir así? ¿qué le pasó a México, y en especial a Monterrey?", refiere Saulo Garza, un habitante de esta ciudad quien ya considera seriamente emigrar a Texas como ya lo hicieron varios amigos suyos. "Quiero mucho a esta ciudad pero siento que ya no aguanto más. Los nervios y la paranoia que hemos desarrollado todos aquí ya se ha vuelto insoportable..."

"Lo que ha significado a los regios esta guerra --porque eso es, aunque se enoje el presidente-- es que nuestro prestigio de tantas décadas y nuestra imagen frente al mundo se han por el caño", dice el abogado Luis Carlos Segura, "hasta hace unos años escuchabas Monterrey y lo ligabas con progreso, empresariado tenaz y gente dispuesta a trabajar duro. Ahora lo relacionas con balaceras, ataques, inseguridad y habitantes que se prefieren ir de aquí. Hay gente que le llama Monteirak, algo impensable cuando comenzó este sexenio".

Al día siguiente del comentario del abogado, a fines de enero fueron encontrados ocho cuerpos en un sector de clase media-alta de la capital. En esa nueva entrevista señala que "ya nadie se siente seguro. Cuando todo empezó se limitaba a la periferia pero ahora ya nada parece importarles... lo del casino ocurrió en una de las calles más transitadas de la ciudad, a las 4 de la tarde. Ya ni en el pico del Cerro de la Silla estás seguro (pausa) creo que ése es un sitio aun más inseguro dada la cantidad de muertos que se han encontrado por allá..."

"Calderón no le pegó a un avispero con su guerrita, le pegó a Monterrey, a la gallina de los huevos de oro de México", dice Garza, "a ver si en el sexenio que entra se reestablece la paz y luego, algo todavía más difícil, se reestablece el estatus económico que Monterrey tuvo por tantos años. Eso tomará décadas. Gracias, Calderón", agrega irónicamente.

Los modernos edificios que distinguen a esta urbe siguen ahí, lo mismo que la Macroplaza, una obra construida durante la gestión de Alfonso --"Halconzo", le llamaban al también ex regente del D.F.-- Martínez Domínguez. El láser en una torre funciona cada noche y el tráfico agobiante se ve a todas horas. Pero se percibe una tensión insólita para los regios de que en cualquier momento se escuchen detonaciones, se sea víctima de una asalto, se sufra un secuestro o les sea robado el automóvil. "Todas estas son cosas nuevas para el regiomontano promedio que al principio trató de verlas como algo pasajero y quisimos continuar nuestra vida como si nada. Hoy es imposible... prácticamente todos hemos sido víctimas o sabemos de alguien que ha sido víctima de un atraco..."

Todavía a principios del 2010 el centro de la ciudad rebosaba en actividad los fines de semana hasta entrada la madrugada. Segura recuerda sus años de estudiante los noventa "cuando podías caminar tranquilamente a las dos, tres de la mañana, irte de un antro a un billar o viceversa... en algunas calles parecía mediodía por la cantidad de gente, los vendedores, la música a todo volumen, el ligue. Los últimos dos años han sido de pesadilla y hoy el centro luce vacío, es casi casi una zona fantasma. Solo se ven ahí patrullas y soldados y de turismo ni hablar, ése nos dejó una vez que comenzó el desmadre..."

Otra diferencia es ver la enorme cantidad de locales vacíos que se ven en el centro, alguna vez ocupados por microempresarios que optaron por cerrar debido a los asaltos, los "cobros" y aun el acoso de la policía que les pedía "una lana" para pasar más seguido y vigilar sus calles. "Todos los locales que se ven grafiteados tuvieron una visita, y es a su vez una advertencia para los que quieran volver a abrir ahí un negocio; algo así como 'si abres este local tendrás que darnos un moche...' En una ciudad donde el comercio es una actividad vital esto resulta una total aberración..." 

Una prueba del terrible deterioro que la seguridad ha tenido los últimos años es que en Monterrey llegaron a circular autobuses las 24 horas. Actualmente la mayoría de las rutas suspenden el servicio pasadas las 9 de la noche y algunas mucho antes, las que van a las zonas "conflictivas" y a donde muchos taxis evitan ir aunque se les pague el triple.

Otro sector acosado es el periodístico, esto en una ciudad que por años procuró mantener su independencia del centro y donde la libertad de expresión era relativamente mayor que en otras partes durante los años del priísmo. Cuando comenzaron a darse los primeros embates del crimen organizado, el periódico El Norte, uno de los más influyentes del país, publicó artículos de fondo sobre el modo en que éste operaba en Monterrey. Las instalaciones del diario sufrieron varios ataques lo mismo que algunos empleados por lo que su director Alejandro Junco tuvo que refugiarse en Texas con su familia y hoy maneja el rotativo a control remoto. Mientras tanto las instalaciones de El Norte se han convertido en un búnker al que se puede ingresar tras varias inspecciones. Algunos regios bromean y dicen que es más fácil que te den visa en el consulado de Estados Unidos que ingresar a la sala de redacción del periódico.

Para una ciudad con tanta imagen en el exterior, estos tres años han sido terribles. Los colegios bilingües que acostumbraban contratar maestros norteamericanos o canadienses han visto cómo el número de éstos se ha reducido considerablemente. Sencillamente no quieren ir a una ciudad que en 2011 entró por vez primera al triste ranking de las más peligrosas de América latina. Asimismo, el Tecnológico de Monterrey ha experimentado una baja en el número de alumnos llegados de otras ciudades cuando en otros años los foráneos llegaban a ser casi la mitad de los matriculados

La máxima ironía es que fue Monterrey la ciudad donde más gente votó proporcionalmente por el michoacano, quien su propio estado fue barrido por López Obrador. Cuando por fin se le declaró presidente electo hubo celebración en la Macroplaza y se le recibió entre vítores una vez que visitó la ciudad poco antes de tomar posesión. "Calderón no le debe su victoria a los borregos de Esther Gordillo, sino al norte, en especial a Monterrey, aquí votamos abrumadoramente por él", dice Saulo Garza. Nadie imaginaba la sorpresa que tenía en la bolsa: a dos semanas de tomar posesión el mandatario anunció una "ofensiva nacional" contra las bandas del crimen organizado. A los pocos meses la vecina Tamaulipas, un estado con el cual Nuevo León tiene estrecha relación, comenzó a ver incrementados sus índices de violencia. 

"Primero vimos aquello como algo temporal y luego empezamos a temer el contagio y nos engañábamos pensando 'no, aquí eso no va a pasar...' y tratamos de seguir nuestras vidas como siempre. Pero en febrero del 2010 ocurrieron aquí los primeros atentados, masacres, encobijados, muertos colgando de puentes peatonales incluso afuera de las escuelas... y desde entonces la situación ha empeorado... creímos que con lo del casino se había tocado fondo pero estamos viendo que no es así..."

Por cierto, al día siguiente Calderón visitó la ciudad e hizo guardia a las afueras del centro de juegos pero no se acercó ni de casualidad al poderoso sector empresarial regiomontano. "Vino un ratito, puso las flores en el casino y se regresó al D.F. Claro, no quería que los empresarios le echaran en cara lo que había pasado. Le echó todo el paquete a (el alcalde) Larrazábal y encontró un a salida perfecta cuando brotaron los negocios chuecos del hermano del alcalde, el que según esto había hecho su fortuna vendiendo quesos...", dice Segura.

La mayoría de los regios, sin embargo, coinciden en que Calderón obró de buena fe aunque no supo prever las consecuencias. "Todo se hizo al aventón: ¿Cómo puedes armar una estrateguia anticrimen en apenas dos semanas que tomas el poder? ¿Por qué lo hizo, para legitimarse porque llegó muy cuestionado por las elecciones, o por presiones de Estados Unidos? Quién sabe. Eso es lo que le criticamos, aunque ahora cualquier desacuerdo que expresamos todos lo interpreta Calderón como que queríamos que todo siguiera igual. Ya se encerró en esa idea y nadie lo podrá sacar de ahí..."

Los regios albergan poco optimismo en torno al futuro de la que alguna vez se le llegó a llamar "el Hong Kong mexicano": "Si sigue el PAN nos irá peor, con el PRI regresaremos al pasado y con el PRD hay riesgo que nos convirtamos en otra Venezuela. Lo único que hoy pedimos al gobierno que venga es que cambie la estrategia y reduzca la violencia. Del resto nos encargaremos lo regios", dice Garza, y agrega, orgulloso: "¡Si López Portillo ni Fidel Velázquez pudieron con nosotros! Vamos a renacer. Nos costará muchísimo dolor y trabajo, pero lo haremos..."

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