fasenlínea.com

Análisis, comentario Y Demás

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Otros textos de Nacional

Cuatro años después: estaríamos mejor con Anaya o con Meade

 

Fuera máscaras pejistas: empieza el adoctrinamiento castro-canelista en México

 

El objetivo de López Obrador, revocar un mejor futuro para México

 

Se derrumba el pejeteatrito ¿pero bastará para desengañar a nuestra ingenuidad nacional?

 

¡Somos méxico-americanos, no %&$(*$# latinx!

 

Y llegamos al tercer año del señor López

 

Archivo

 

 

 

 

 

 

NACIONAL

 

 

Los  Guacamaya leaks exhiben la peligrosa cercanía Ejército-Ejecutivo ¿pero dónde diablos está la indignación?

 

Los documentos filtrados por un grupo de hackers evidencian una relación preocupantemente cercana entre los altos miembros del ejército y el presidente López, algo que habría provocado un gigantesco escándalo mediático en otros sexenios pero hasta hoy la respuesta ha sido tibia mientras el mandatario sigue escapándose por las tangentes. Sin embargo, los Guacamaya leaks apenas están asomando el pico.... y lo que falta

 

Versión impresión

 

OCTUBRE, 2022. Quizá ya haya sido neutralizado, pero sin duda dejó pupilos que han continuado la encomienda. Julián Assange, el hacker más célebre de la última década, dijo que el objetivo principal de wikileaks era "exponer y sacar a luz a todos esos políticos y empresarios que se portan mal (...) nunca difundiré ni buscaré información confidencial de la gente común que sufre mucho para ganarse la vida; mi objetivo es desenmascarar a esa gente poderosa que actúa con impunidad y manipula las leyes a su favor".

 

Quizá por considerarse a sí mismo un gobierno perteneciente al bloque de los "progresistas", el lopezobradorismo se sentía a salvo del ataque de los hackers, considerándolos como aliados naturales del proceso, lo que podría explicar la defensa del presidente a Assange, algo que no pasó de la mera palabrería, por cierto. Sin embargo, el  australiano demostró que un hacker de su magnitud debe ser además un anarquista que no tenga compromisos políticos ni lealtades con nadie, lo que ha servido de inspiración, indudablemente, para que un grupo de hackers comenzaran a difundir en las redes los llamados Guacamaya leaks, un alud de documentos --se considera son alrededor de 4 millones-- que le fueron hackeados a la Secretaría de Defensa.

 

Lo que han revelado hasta hoy los Guacamaya leaks (los mismos hackers que semanas antes habían "balconeado" la relación del gobierno del presidente izquierdista Gabriel Boric con las fuerzas armadas chilenas, esto en vísperas de la fallida consulta para cambiar la Constitución) evidencia, primero, que el Ejército mexicano, por mucho tiempo baluarte de orgullo para la mayoría del pueblo mexicano, ha manchado mucha de su reputación desde que el pejerayito subió al poder y, segundo, las ligas que se han dado entre la Secretaría de Defensa y el Ejecutivo son más que preocupantes, un claro coqueteo que, de haber sido cualquier otro presidente, habrían levantado enorme indignación entre los progresistas, denunciando esa liasion como una clara intención "para implantar una dictadura en México". Pero hasta ahora, lo único que escucha son grillos como fondo por parte de esa misma gente que criticaba a Fox, Calderón o Peña Nieto porque llevaban la camisa desabotonada o el zíper abierto.

 

ESCUCHE AQUI NUESTROS PODCASTS FASENLINEA

 

Es verdad que la mayoría de los periódicos nacionales han reproducido las notas sobre los Guacamaya leaks pero no se les ve la curiosidad por investigar más, por acorralar al presidente y exigirle explicaciones. Cuando se inquiere al mandatario al respecto durante sus "mañaneras", éste suele responder con respuestas vagas "ya desapareció el Estado Mayor Presidencial", "son notas que no tienen sustento", "es información falsa difundida por los neoliberales" y blablablá Estas respuestas bastan para que la prensa, mucha de la cual López denuncia que "está vendida el gran poder" se quede satisfecha con la respuesta: "¿Ya ves? dice López Obrador que los Guamacaya leaks son puras falsedades... vámonos a casa".

 

Y cuando alguien se avienta el reto, como es el caso del periodista Carlos Loret de Mola, como desquite el presidente revela sus ingresos, seguramente sacados de la Secretaría de Hacienda, una inconmensurable falta de ética, y en vez de apoyar a Loret de Mola, la mayoría de sus colegas lo dejaron solo. Después de un hiatus donde se pensaba la 4T lo había noqueado, Loret de Mola reveló en su programa lo que hoy conocemos como Guacamaya leaks que, entre otras cosas, destapa una relación más que cercana entre el Ejecutivo y las Fuerzas Armadas, relación que de haber ocurrido en tiempos de otros mandatarios, hoy los tendría ya en la cuerda floja. Pero, insistimos, el apoyo irrestricto a Loret de Mola por parte de sus colegas es casi nulo.

.

La infiltración de los Guacamaya leaks se dio con un asombroso timing: el Senado aprobó en tiempo récord --ojalá así fueran de rápidos para dar trámite a otros asuntos urgentes-- a la propuesta lopezobradorista para que la Guardia Nacional pasara a depender del Ejército, insensatez que incluso fue cuestionada por la misma Amnistía Internacional: ¿no se supone que la primera debe enfocarse en la sociedad civil y la segunda en casos de desastre y defensa de la soberanía?, esto adicional a la negativa presidencial por meter de nuevo a los cuarteles a los militares, abierta contradicción a sus críticas contra Calderón: en una entrevista en el 2006 con su otrora palero, el payaso Brozo, López Obrador argumentó que la militarización en las calles para combatir al crimen organizado, algo que había propuesto Calderón, "es una técnica de amedrentamiento hacia la población civil". ¿Pero por qué, ahora que es presidente, ya no lo es?

 

Más aún, el anuncio presidencial en el sentido de que se encomendará a los militares la creación de una infraestructura que lleve Internet "a las comunidades más alejadas" aparte de ser una labor que no corresponde a las fuerzas armadas, deja entrever una peligrosa posibilidad, esto es, que eventualmente los contenidos en la red pasen a  ser "revisados" o "vigilados" como actualmente sucede en la China comunista donde, nada casualmente, el Ejército está a cargo de administrar y vigilar los contenidos en Internet. La pregunta  que se han hecho Loret de Mola y otros ciudadanos que han detectado esta amenaza es: ¿qué tanto ha negociado López Obrador con la fuerzas armadas?

 

Hasta hace unas décadas, la Sedena era la dependencia que recibía menores recursos de la Federación, apenas 1.2 por cuento del presupuesto, según estimaciones que en su tiempo hizo el analista regiomontano Gabriel Zaid. los priístas, corruptos más allá de los huesos, sin embargo mantuvieron una sabia medida que le evitó a  México sufrir las mismas asonadas de sus colegas latinoamericanos: el ejército debe mantener una actitud apolítica y lo más lejos posible del Ejecutivo, de ahí que ningún presidente salido del priísmo tuvo carrera militar --lo que sí se había dado con su antecesor, el Partido Nacional Revolucionario-- y entre ambos se mantuvo una relación a veces crispante pero siempre respetuosa donde cada bando conocía sus límites.

 

Este balance que posteriormente sería dañado tras los hechos de Tlatelolco pero todavía hasta el gobierno de Peña Nieto se mantuvo esta relación hasta donde fue posible, de ahí que los coqueteos del señor López con las fuerzas armadas habrían resultado escandalosos y preocupantes hasta hace unos años.

 

En el México de hoy se confirma aquella máxima atribuida a Porfirio Díaz: "como un león, al ejército hay que alimentarlo para que no muera de hambre pero tampoco darle tanto alimento que lo envalentone. Si se le sobrealimenta, el león pronto va a querer más".

 

Entre la información revelada por los Guacamaya leaks se confirma lo que había sido un rumor, la salud del mandatario. Por ejemplo, que fue hospitalizado de emergencia y se le diagnosticó angina inestable de riesgo alto, esto después que los medios oficialistas aseguraron que todo había sido un chequeo "de rutina"; igualmente López fue internado por gota y por hipertiroidismo, situación que afecta su actividad metabólica.

 

Igualmente, los Guacamaya leaks revelaron que el ejército no solo está a cargo de la salud del mandatario sino que le proporciona seguridad en viajes públicos y privados por lo que dejó de viajar en vuelos particulares y ahora lo hace en medios oficiales, con cargo mayor al erario, por supuesto. Igualmente, las fuerzas armadas brindan servicios de mantenimiento, limpieza y vigilancia al departamento que tiene López Obrador en Palacio de Gobierno y en domicilio particular, lo mismo que atención médica a los integrantes de su familia.

 

Los Guacamaya leaks igualmente señalan que el titular de Sedena, Luis Cresencio Sandoval, recibe un reporte diario de las actividades del ejército hacia la familia López Obrador, lo cual incluye los viajes de la esposa del presidente, Beatriz Gutiérrez Müller, y de su hijo menor Ernesto así como su hijo menor Jesús Ernesto al igual que un reporte de atenciones médicas del segundo hijo del mandatario, incluidas las sesiones de terapia y rehabilitación física que reciben el presidente y los miembros de su familia.

 

Más aún, y algo que recuerda los nefastos tiempos del "Negro" Durazo que exigía a los policías que trabajaran de albañiles y peones-- según los leaks, la esposa del mandatario solicitaba al ejército la reparación de fugas de agua en el departamento de Palacio de Gobierno y el envío de afanadoras militares para realizar limpieza en ambos domicilios. Asimismo el reporte indica que siete civiles realizaban esas labores domésticas pero luego fueron reemplazados por afanadoras de tropa de la Policía Militar.

 

Un reporte de l4 de junio del 2021 da cuenta que una patrulla costera de la Semar se encargó de cuidar las actividades de Gutiérrez Müller que ésta realizó en la playa privada del conjunto hotelero Grupo Vidante en Puerto Vallarta, Jalisco, una petición que incluyó el envío de 10 militares a esa zona.

 

Los datos filtrados igualmente dan cuenta que un militar vendía granadas del ejército a 26 mil pesos cada una a miembros de la delincuencia organizada. Más aún, la información de los Guacamaya leaks evidencia que la otrora austeridad y dedicación de las fuerzas armadas parece ser una cosa del pasado: el secretario de Defensa Sandoval acostumbra regalar corbatas Pinea Covalin (precio estimado: 1,790 pesos por pieza) así como botellas de tequila y mezcal, jamón serrano y arcones navideños que el general igualmente regala o recibe cada Navidad y cuyo costo se estima en 25 mil pesos por arcón.

 

Lo que evidencian los Guacamaya leaks es un soborno descarado que el Ejecutivo está ofreciendo a las Fuerzas Armadas ¿Pero a cambio de qué?¿Son más urgentes las necesidades domésticas de la esposa del presidente que la labores que los elementos del ejército deben cumplir, encomendadas en la Constitución?

 

Ciertamente la prensa mexicana ha reproducido las notas referentes a los Guacamaya leaks. Pero las ha publicado sin darles un contexto editorial, como si el asunto estuviera ocurriendo en otro país, sin exigir se investigue a fondo esta relación más que cercana entre el ejército y el Ejecutivo. Es dudoso que estos medios mostrarían la misma pasividad  e indiferencia si, por ejemplo, los leaks mostraran una relación estrecha llena de canonjías entre Fox o Calderón con las fuerzas armadas.

 

Sin embargo falta por publicarse un dato que podría detonar el escándalo que ningún periodista adicto o vendido al lopezobradorismo podría detener sus efectos: el porqué se detuvo el operativo contra el hijo de El Chapo en el 2019 y del cual aún existen muchas interrogantes que el Ejecutivo ha respondido con evasivas o explicaciones vagas. ¿acaso cabe dudar que en esos tetrabytes de información no se incluyen datos confidenciales del operativo?  El asunto se torna más interesante si recordamos que el próximo 17 de octubre se cumplirá otro año del fallido operativo en Culiacán.

 

Esperemos un garrido --es decir, el sonido que emiten las guacamayas-- al respecto. Veremos si los paleros del lopezobradorismo serán capaces de acallarlo.

 

 

 

 

Textos relacionados

 

No lo es, pero sin duda aspira a serlo, señora Sabina Berman... [Abril, 2021]

 

Culiacán y lo que pasa cuando la obsesión llega al poder [Octubre, 2019]

 

 

 

 

Durante la campaña presidencial del 2018, los spots televisivos de la coalición que hoy está en el poder nos advertía que "estaríamos mejor con López Obrador". Pues bien, cuatro años más tarde la promesa resultó totalmente falsa, y difícilmente cambiará de aquí al 2024... por el contrario, hasta podríamos estar peor

 

 

Previo

Cuatro años después: estaríamos mejor con Anaya o con Meade

 

Durante la campaña presidencial del 2018, los spots televisivos de la coalición que hoy está en el poder nos advertía que "estaríamos mejor con López Obrador". Pues bien, cuatro años más tarde la promesa resultó totalmente falsa, y difícilmente cambiará de aquí al 2024... por el contrario, hasta podríamos estar peor

 

 

 

 

¿Desea opinar sobre este texto?

[email protected]

[email protected]  

 

 

0 opiniones

 

 

 

 

 

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás