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Independencia africana: muchos aniversarios, pocas celebraciones

La mayoría de las naciones africanas obtuvieron su autodeterminación hace medio siglo, pero el saldo arroja pocos motivos para festejar. Suena políticamente incorrecto afirmarlo, pero todos esos países han sido enormes fracasos. La única opción viable: que Occidente deje de consentirlos y tratarlos como menores de edad

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JULIO, 2010. Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial la política exterior europea atravesó por una etapa de retroceso intervencionista que se aceleró de tal modo que para principios de los sesenta se convirtió en obligatoria debido a la presión de las Naciones Unidas, la cual propuso la descolonización en Asia, América y sobre todo, África, que era visto como un continente sometido por el imperialismo de los poderosos. En 1946 el cuarenta por ciento de su territorio era administrado por países europeos pero menos de cuarenta años después la cifra se había reducido a un 8 por ciento. Era el fin del colonialismo y el nacimiento de la democracia africana.

O al menos eso pensaban los burócratas de la ONU, hinchados de idealismo. La realidad, por más políticamente incorrecta que suene, es que todos esos países han arrojado un gigantesco fracaso en su vida independiente que ha costado a Occidente casi 300 mil trillones de dólares desde 1965, casi 10 veces lo que costó el Plan Marshall para reconstruir Europa. Irónicamente, se permitió que las nuevas naciones tuvieran al frente a verdaderos sátrapas, muchas veces apoyados por las capitales europeas, y quienes fueron removidos cuando la situación local ya estaba más allá de lo caótico.

Sin embargo el principal culpable es el economista africano, mayoritariamente educado en universidades de Gran Bretaña, París y aun Nueva York, y quien decidió instrumentar en su lugar de origen las teorías económicas de sus maestros keynesianos y aun más radicales. A la ineptitud se sumó el pillaje de esos burócratas, encargados de liquidar lo que por siglos más o menos había funcionado en esos países en los cuales el trueque y el libre mercado de bienes habían sido comunes, mucho antes de la llegada de los europeos.

Un país que nació como hijo directo de Keynes fue Tanzania, gobernado por un carismático cacique quien desde el principio apoyó una "política antiimperialista" que más tarde daría lugar a los hoy extintos Países No Alineados. Julius Nyerere aplicó una reforma económica radical que en menos de un año provocó aguda escasez de básicos. En respuesta el gobierno encarceló a los "comerciantes hambreadores" e impuso un control de precios que resultó en una inflación que en 1975 tenía al país depauperado. En México se recuerda cómo en aquellos años el ex presidente Echeverría visitó Tanzania y le obsequió una fábrica de zapatos que en menos de seis meses quebró y fue saqueado hasta el último tornillo. Tras la muerte de Nyerere se implantaron tibias reformas insuficientes para sacar a Tanzania de su pobreza.

La historia de su vecino Kenya presenta cierta diferencia en su inicio aunque el final es similar. Al independizarse de Gran Bretaña en 1964 optó por mantener una economía mixta inclinada al libre mercado y apoyo a la actividad productiva privada. El resultado fue que tres años después. Desafortunadamente ocurrieron varios casos de corrupción de altos funcionarios, pretexto idea para que una junta militar depusiera al gobierno civil e impusiera una dictadura que en principio nacionalizó comunicaciones, periódicos y estaciones de televisión afines al "régimen corrupto", es decir, prácticamente todas. Para mediados de los setenta Kenya ya era tan pobre como el resto de las naciones independientes africanas, situación que mantiene hasta hoy.

En 1965 Libia era uno de los pocos países independientes en mantener una monarquía. Sin embargo un hijo de pastores ovejeros participó en una revuelta que buscaba deponer al nuevo gobierno hasta que tars varios cuartelazos en 1969 consiguió el objetivo de hacerse del poder. Su nombre era Mohammar Khadaffi, quien poco a poco eliminó a sus enemigos hasta hacerse totalmente del mando. Aparte de mantener una economía "planificada" (es decir, pobre y atrasada), y como hoy lo hace Hugo Chávez, Khadaffi se financia mediante la venta de petróleo y además ha amasado una enorme fortuna mediante el tráfico de armas además que por décadas se le acusó de apoyar a grupos terroristas. La situación con Occidente, en especial Estados Unidos, se ha suavizado relativamente aunque Khadaffi mantiene una feroz dictadura con toques fundamentalistas.

Cuando estaba bajo administración inglesa Rhodesia pasó a ser proveedor de granos y legumbres, en especial de su vecina Sudáfrica. Aunque era una colonia pequeña poseía tierras riquísimas donde la semilla crecía aun sin necesidad de sembrarla.. En 1968 Londres concedió la independencia a Rhodesia, que al año siguiente pasó a llamarse Zimbabwe. El héroe del proceso había sido un antiguo soldado, Robert Mugabe, quien durante los primeros años mantuvo una política de "armonía racial" que comenzó a cambiar cuando le presión internacional denunció innumerables casos de corrupción gubernamental. En 1997 Mugabe inició una "reforma agraria" que incluía expulsar a los granjeros "egoístas y hambreadores" (es decir, los blancos), luego confiscó sus tierras y se las entregó a varios grupos a manera de favor político. Al terminar la década Zimbabwe se sumió en el desabastecimiento a lo que el gobierno amenazó con cárcel al comercio que se negara a abrir sus puertas lo cual trajo una quiebra de negocios que, previsiblemente, fueron confiscados por el Estado. Para el 2008 la inflación había alcanzado un 500 mil por ciento anual, algo que Mugabe atribuyó a una "conspiración de los imperialistas". Tras unas elecciones fraudulentas efectuadas en el 2009 Mugabe se vio obligado a compartir el poder.

Dos casos espeluznantes nos hablan del fracaso del África independiente. Uno de ellos, el de Idi Amin, quien tomó el poder mientras su primo Milton Obote se encontraba fuera y ejecutó uno de los peores gobiernos de la historia moderna que incluyó actos de canibalismo. Cuando Amin fue depuesto en 1979 Uganda había perdido toda oportunidad de progreso, y con los servicios de salud tan degradados que fue ahí donde surgieron los primeros casos de sida. Hasta hoy, Uganda ostenta el primer sitio de seropositivos en todo el planeta. El sátrapa huyó a Arabia Saudita, donde permaneció hasta su muerte, en el 2008. Otro dictador fue Mobutu Sese Seko, quien gobernó Zaire (hoy llamada República del Congo) durante casi 30 años hasta que fue depuesto y falleció de causas naturales. Con su sombrerito leopardo, Sese Seko se convirtió en héroe de la comunidad afroamericana cuando en 1975 organizó una pelea entre Mohammed Ali y Joe Frazier. Sin embargo en 20 años Zaire se hundió en la pobreza absoluta mientras Mobutu y sus allegados vivían a todo lujo y se transportaban en autos de todo lujo.

La lista se cierra con Bokassa, quien de dictador de la República Centroafricana quizá creía ser la reencarnación de Napoleón y se convirtió en emperador, una ceremonia en la que se derrocharon más de 60 millones de dólares mientras el país padecía una aguda escasez de alimentos. Aquélla ex colonia francesa recibió de su antiguo "explotador" alrededor de 3 mil millones de dólares durante el "reinado" de Bokassa, quien terminó por ser depuesto. Acusado de padecer desórdenes mentales, falleció en el 2002 sin que jamás hubiera sido procesado.

¿La independencia de los países africanos ha representado un fracaso? Ello es evidente, máxime porque Occidente no ha dejado solos a estos países y en cambio insiste en tratarlos como niños que necesitan de ayuda, compasión y financiamiento. Y es que como afirma al economista Dambosa Moyo en su libro Dead Aid, "Occidente arroja dinero sobr el continente sin pedirle cuentas a nadie sobre su destino. Por ello es un dinero que en vez de comentar el desarrollo africano, lo entorpece. Todas son iniciativas que buscan mantener el status quo de sus gobiernos y no de sus gobernados".

Singapur es un caso de ex colonia exitosa, y no se diga de Hong Kong, que aun hoy con soberanía china obtuvo el mayor puntaje como la región con más libertad económica del mundo. ¿Será acaso que el DNA de los asiáticos y los africanos difiere y por eso unos prosperan y otros se hunden en el atraso? De ninguna manera, y eso lo establece Moyo: "Europa debe dejar que crezcan sus antiguas colonias, como tuvo que hacerlo con Estados Unidos, Canadá y Australia. Africa debe aprender a gobernarse por sí misma sin atenerse a que sus errores serán encubiertos por los antiguos colonizadores. Sólo así podrá vislumbrarse el progreso en esa región tan convulsionada", escribe.

                                              

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