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Herb Alpert, de Tijuana Brass a magnate musical

Desde que su padre le regaló una trompeta supo a que se dedicaría, donde logró enormes éxitos con un sabor latino que incluso superaba a los gigantes del rock de los sesenta. Adicional a ello, es un empresario que fundó una de las disqueras más importantes del mundo en su momento.  

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JUNI0, 2014. Una trivia: ¿cuál fue la organización musical que en su momento ganó más Grammys que los Beatles, tuvo más hits que ellos en las listas norteamericanas y que con excepción de un número uno en 1969, era totalmente instrumental? Y no solo eso, tampoco destacaba por sus guitarras eléctricas ni participó en los megaconciertos que fueron tan comunes en esa década. La respuesta es The Tijuana Brass, quienes adicional a todo eso dieron nacimiento a una de las compañías disqueras más importantes del mundo musical.

"Muchas ocasiones nos han preguntado cómo es que nuestras canciones lograron competir con los Beatles o con los Rolling Stones", dijo Herb Alpert, el líder de The Tijuana Brass, en una entrevista. "Más que competir con ellos, nosotros llenábamos un hueco que ellos no cubrían. Pero si se fijan ustedes, cuando nos hicimos más famosos ellos empezaron a incluir trompetas y ritmos latinos en sus composiciones", refirió con orgullo.

Aunque hoy se encuentra prácticamente retirado y es uno de los hombres más ricos de la industria discográfica, Alpert recuerda sus orígenes como hijo de una familia de emigrantes rusos de origen judío que llegaron a California en los años de la Gran Depresión. "Desde niño hice de todo, incluso vender lápices en las esquinas", dijo. Pero aunque sus padres eran pobres y aún estaban muy lejos del American Dream le aconsejaban que la única manera de salir adelante era mediante el trabajo: "Si algún día llegas a delinquir ni pienses que iré a pagar la fianza", le advirtió su padre. Ese muchacho de pelo ensortijado negro y de casi 1.90 de estatura vivía en un vecindario bravo pero en vez de unirse a las pandillas comenzó a tocar una trompeta que su padre le había regalado para su cumpleaños y toda la perspectiva de su vida cambió. "Con mucha atención escuchaba las canciones de Louis Armstrong y luego intentaba reproducirlas. Lo hacía terriblemente pues él era todo un maestro y yo un mero aprendiz. Pero con el tiempo y al entrar a la universidad me hice popular entre las chicas", refirió.

Fue ahí donde Alpert conoció a Albert Moss, otro joven que le propuso grabar varias canciones. "Eran los tiempos del rock and roll de modo que si no sonabas como Elvis o Chuck Berry estabas fuera de lugar". Pero Moss, nacido en una familia de recursos, le recomendó esperar y ensayar más mientras llegaba el momento. Sin embargo todavía no tenía muy en claro cuál iba a ser su estilo.

Como enorme amante de jazz --posee una colección de más de 25 mil discos de ese género, para darnos una idea-- Alpert era un convencido de que lo suyo estaría ligado al jazz, "el problema era que al iniciar los sesenta estaba perdiendo mucha popularidad", recordó, algo que lo dejó convencido una vez que llevó varios demos a las disqueras y en todas se le rechazó. Fue cuando Moss le sugirió asociarse para crear una firma a la que pondrían A&M, por las iniciales de sus apellidos. Sin embargo Alpert aún necesitaba de otro elemento para cimentar su estilo.

La respuesta le llegó en 1962 al visitar Tijuana, a donde nunca había ido, y ver una corrida de toros donde quedó obsesionado con la música de mariachi. Al regresar a Los Ángeles se embebió de esa música y descubrió las asombrosas similitudes entre ambos géneros aparentemente tan disímbolos. "Ahí estaba la fórmula, la discutí con Alpert y contactamos a Sol Lake, autora de una pequeña composición instrumental a la que pusimos un nuevo nombre. Asi nació 'The Lonely Bull'". Alpert y Moss se jugaron todos sus capitales para que pudiera despegar esa disquera. "Si la canción no era hit nos habríamos tenido que dedicar a otra cosa". Y así parecía al principio: el tema despertaba poco interés pero en las listas pero se les ocurrió regrabarla en estéreo y ahora sí se convirtió en éxito monumental en 1963. También contó el hecho de que apareciera apenas unos meses antes de la llegada de los Beatles a Estados Unidos, y cuando el público estaba ansioso de escuchar nuevas propuestas.

A Alpert se le ha echado en cara el ser un promotor del ameriachi, una versión muy California del mariachi, bastante acaramelada y de trajes rosados para coraje de los puristas. "Lo cierto es que pronto evolucionamos y mezclamos más ritmos latinos con el jazz, no necesariamente de mariachi", dijo en otra entrevista. (Asimismo, A&M se encargó de importar excelentes intérpretes de samba y bossa nova, entre ellos Sergio Mendes, Antonio Carlos Jobim lo mismo que jazzistas como Gato Barbieri, eso sin olvidar la aportación que hicieron Carpenters, Styx, Supertramp y otros que por muchos años grabaron para esa disquera).


Y aunque se temía que la beatlemanía barrería a The Tijuana Brass, estos siempre tuvieron hits con cada disco que salía a la venta; composiciones como una versión instrumental de "A Taste of Honey", "Spanish Flea", "Whipped Cream", "Tijuana Taxi", "Mexican Shuffle" y "Casino Royale" (para una película "análoga" de James Bond estrenada en 1968 y que fue un enorme fracaso) hicieron de The Tijuana Brass una fábrica de éxitos de enorme efectividad. Pero había un problema que Alpert detectó casi de inmediato: 

"Para 1966 ya estaba cansado de interpretar 'The Lonely Bull' en público y lo mismo ocurría con las otras canciones. Sé que significaban mucho para el público pero ya no las interpretaba con la misma emoción que antes y cuando eso sucede comienzas a perder todo interés", dijo el trompetista. Tampoco ayudó que al interior del grupo hubiera disputas de ego y que incluso se le disputara su liderazgo. Finalmente, en 1968 y cansado de las discusiones, Alpert anunció el fin de The Tijuana Brass. El proceso de disolución y las cuestiones legales fueron rápidas dado que el músico era también copropietario de la disquera. Entonces se puso a trabajar en su primer disco solista y donde se atrevería a cantar.

Tras repasar varias posibilidades, Albpert escogió "This Guy's in Love With You", escrita por Hal David y Burt Bacharach, ya para entonces exitosísimos compositores. En un principio Alpert no quería escuchar trompetas pero accedió a incluirlas cuando Moss le sugirió que, de no hacerlo, muchos fans no sabrían de quien se trataba al escucharlo en la radio. Lo hizo, pero ya en la segunda estrofa de la canción, que fue estrenada en un especial a fines de 1968 y se convirtió en su primer número uno como solista. Con felicidad apenas contenida recuerda cómo le llamó Paul McCartney para decirle que tras escuchar "This Guy's" se daba cuenta de cómo "aún le faltaba mucho por aprender", o cuando Frank Sinatra le escribió, aparte de pedirle permiso para cantarla, que la suya "era una voz con un sentimiento tal que no había escuchado en mucho tiempo". Ciertamente, eso emociona a cualquiera.

¿Por qué, entonces, no había cantado antes? "Sí lo hice en algunos temas escondidas en los discos de The Tijuana Brass, pero eran tímidos intentos. Con 'This Guy' sentí la obligación de hacerlo", dijo Alpert en otra de sus esporádicas entrevistas.

El legendario Harry Nilsson le ofreció una de sus canciones, llamada "Without Her" en contraste con "Without You", otra de sus canciones más conocidas y que ha sido interpretada por el mismo Nilsson hasta Michael Bolton y Mariah Carey. El tema fue otro éxito aunque menor al que siguió "Jerusalem", una melancólica composición instrumental que Alpert escribió en 1971.


                                     Alpert y la inesquivable onda disco

Un día el trompetista descubrió que estaba bebiendo más de la cuenta. Había consumido drogas aunque nunca cayó en los excesos pero sí sentía que las borracheras eran más frecuentes. Se casó con Lanny Hall, una de las vocalistas de Sergio Mendes y Brasil 66, pero los primeros años de matrimonio fueron muy complicados. "Además de eso me dediqué más de lleno a promover a otros artistas en A&M que a mi propia carrera... sentía que mi estilo ya no se acoplaba tanto a lo que estaba de moda en los sesenta". Su interés renació cuando un tipo que llevaba su trompeta para todos lados y ataviado de un sombrero con plumas envió unos demos a la disquera. Se trataba de George "Chuck" Mangione, quien parecía haberse bebido todo el historial musical de The Tijuana Brass. Quizá no era la continuación pero sí uno de sus alumnos más aventajados de modo que Alpert lo contrató: su instinto no estaba equivocado pues Mangione ganó tres Grammys en tres categorías distintas.

Tras varios fallidos intentos por reformar a The Tijuana Brass, Alpert decidió jugársela de nuevo por su cuenta y los resultados fueron sensacionales. Esta vez influido por Mangione, tuvo varios éxitos instrumentales, entre ellos "Rise", con cierto sabor a jazz latino, así como "Rotation", de claras referencias discotheque. Eso era lo que imperaba pero el músico estaba demostrando cómo podía adaptarse prácticamente a cualquier género.

Otra visita a México lo convenció de que había llegado el momento de grabar en español (su esposa Lanny ya había hecho lo mismo con cierto éxito). Pero se lanzó con canciones compuestas por el ibérico Rafael Pérez Botija con letras un tanto misóginas, y el disco se hundió sin remedio, aunque hubo forma de arreglar el desaguisado con Fandango, que incluía una versión instrumental de "Cocoloco", del argentino Diego Verdaguer. Desde sus tiempos con The Tijuana Brass el trompetista había tenido una buena cantidad de público latino que lo prefería en formato instrumental.


Con los años Alpert también trabajó con los productores R&B Jimmy Jam y Terry Lewis, quienes estuvieran detrás de los exitosos discos de Janet Jackson hasta que en 1989 recibió una oferta que, como El Padrino, no podía rechazar: la compra de A&M por parte de Berthlessman, posteriormente adquirida por Universal. La compra se concretó en 650 millones de dólares con lo cual ambos empresarios resolvían sobradamente su situación económica y la de sus bisnietos. Nada mal para una disquera que durante un tiempo batalló para completar la renta de un chalet que había sido de Charlie Chaplin (posteriormente compraron todo el inmueble). 

Los dos amigos fundaron entonces Almo (no
AMLO) Records, dedicada sobre todo a promover jazz instrumental. "El jazz siempre ha sido mi pasión, le debo todo lo que he conseguido", refirió Alpert. Felizmente para sus fans, su música y lo realizado con The Tijuana Brass también les ha resultado una experiencia apasionante.

 

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