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NACIONAL
Vaya que tiene usted
razón, señor López Obrador
Esta ocasión tenemos
que coincidir plenamente con el dos veces candidato a la presidencia de
la República. Lo que dijo hace unos días es incuestionablemente
cierto. Asomémonos
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ABRIL, 2014. Durante una gira efectuada
recientemente por el estado de Chiapas, Andrés López Obrador soltó una irrefutable verdad frente a sus simpatizantes, una declaración que le hace diagnosticar correctamente uno de los puntos neurálgicos de nuestro atraso y subdesarrollo como país: en México es muy difícil salir adelante.
Enhorabuena. Quienes diariamente se enfrentan a la pesadilla fiscal, los que reciben sueldos bajísimos por trabajos extenuantes, y quienes ante la mediocridad económica decidieron irse a otro país, le agradecen el gesto al hoy dirigente de Morena. Quien analice a fondo la espantosa "reforma fiscal" del secretario Videgaray se dará cuenta que, en efecto, para salir adelante en México se necesita
enfrentar una turba de requisitos, trámites y, en varios lugares para colmo, la extorsión por parte de las bandas criminales. Quienes aún así deciden seguir adelante tienen un espíritu de admirable entereza.
Lástima que en su diagnóstico el tabasqueño no hubiera incluido como causales a los elementos mencionados en el párrafo anterior. Se fue contra la clase política y la injusta distribución de la
riqueza, sospechosos comunes y también corresponsables del estancamiento. O que su propuesta para que, ahora sí, el país salga adelante, tenga que ver con fórmulas que se antojan mágicas: que quienes están hoy en poder se vayan para dar paso a quienes --obviamente a su mando-- distribuirán justamente la riqueza y
conviertan a México en un edén de justicia social. Entonces sí, todos los ciudadanos podrán salir adelante.
Solo que falta un detalle: el dos veces candidato presidencial (y ya amenaza con una tercera) es parte de la estructura que impide a millones de mexicanos salir adelante. Como todo caudillo o cualquiera que aspire a serlo, López Obrador tiene la cabeza llena de
dogmas intocables, ya sea en torno al petróleo, la soberanía, la actividad empresarial, la propiedad privada. la educación pública y un etcétera que nos consumiría el resto del espacio. Ya conocemos sobradamente esos dogmas y por ello nos abstendremos de repetirlos. Pues bien, esos dogmas son, precisamente, los que impiden a los ciudadanos salir adelante. La reforma agraria, un dogma inamovible por décadas, destruyó al campo de manera tal que aún logra recuperarse, y lo mismo puede decirse de la expropiación petrolera, la educación gratuita, el empresariado como embajador de
Lucifer, los sindicatos como embajadas alibabescas. López Obrador dijo en su campaña del 2006 que había que enviar "al diablo a las
instituciones". Cosa rara que ni pensara hacer algo similar con sus dogmas.
Es altamente irónico que López Obrador nos
diga ahora que en México es muy difícil salir adelante cuando fue él quien ordenó el bloqueo de Reforma que provocó el cierre de centenares de negocios totalmente ajenos a sus delirios políticos y quien
planeó tomar la palestra en las Cámaras de diputados y senadores para impedir la aprobación de leyes que a la larga habrían permitido a millones de mexicanos salir adelante.
Otra reiteración constante del tabasqueño es que antes de 1982 México era un dechado de maravillas. Fue la llegada de los "neoliberales" de los "vendepatrias", de los "pirruris" y de las "chachalacas" --como buen izquierdista, es bueno para adjetivar, aunque no tanto para argumentar-- la que la dio al traste el país. Pero antes de ese glorioso 1982 tampoco los mexicanos podían salir adelante debido a dos nefastos mandatarios emanados de la revolución mexicana. No pudieron salir adelante porque a miles de ellos el gobierno les confiscó sus ahorros en dólares, les hizo trizas su poder adquisitivo y los fue asfixiando sistemáticamente con más y más burocracia.
En ese entonces, y hasta bien avanzados los 80, López Obrador pertenecía a esa clase política, la de quienes no permitían a los mexicanos salir adelante. Cierto, es humano errar y
enmendar errores, pero el caso es que su discurso es el mismo que el de entonces, solo que ahora no dentro de una bandera priísta, sino una Morena.
En el mismo discurso en Chiapas, López Obrador denunció las "limosnas" del gobierno federal a través de sus programas sociales.
Las limosnas representan un clientelismo y no permiten a quien las
recibe salir adelante por su propia cuenta. A menos que crea que las
"limosnas" solo sean reprobables cuando él no las realice su
declaración rebosa en doble moral.
Es la estructura del sistema político mexicano la que no nos deja avanzar, y ello solo empeorará si un aspirante a caudillo como López Obrador llega a la presidencia.
Extra
¿Hay posibilidades que alcance la Presidencia en el 2018?
MAYO, 2014. Un año después de haber perdido las elecciones frente a Felipe Calderón, del desgaste que le representó el bloqueo a Reforma y el ver que se trataba de alguien decidido a todo, aun a riesgo de desestabilizar el país, se pensaba que las aspiraciones políticas futuras de López Obrador se encontraban
aniquiladas. Tras formar un "gabinete alterno" que apenas y sesionó un par de ocasiones, el señor se perdió de vista durante buena parte de ese sexenio hasta que reapareció, esta vez con el barniz de ser "el amoroso". Y volvió a dar la sorpresa: aunque su distancia con el ganador no fue tan corta como con Calderón, quedó demostrado que el tabasqueño tiene arrastre; ha sido el político que más votos ha dado a la izquierda desde que ésta ha competido en comicios presidenciales.
Y, de nuevo, pudiera pensarse que su carrera hacia el 2018 pareciera un sueño lejano. Tras caérsele la máscara de "amoroso" y de no reconocer el triunfo priísta --aventura que afortunadamente no llegó a los extremos del 2006-- López Obrador ya anunció que piensa postularse por tercera ocasión. ¿Logrará nuevamente una impresionante cantidad de votos o finalmente los electores se han convencido del riesgo que conlleva conducir a la Presidencia a un populista que tiene como modelo lo que ya hemos visto en Argentina, en Ecuador, en Venezuela?
Todo depende de cómo lleve las cosas el actual gobierno. Si todo va bien, la palabrería y las acusaciones del tabasqueño habrán perdido bastante peso; de lo contrario, si la situación económica empeora dramáticamente de aquí al 2018, muchos mexicanos acudirán, como fórmula desesperada, a buscar al caudillo de las recetas mágicas.
La corrupción de la clase política es el mejor aliado de los caudillos. Sin el desgaste, el derroche y el cinismo de los dos partidos tradicionales Hugo Chávez jamás habría alcanzado el poder. Desafortunadamente, ese es el panorama que hoy presenciamos en México: el deseo de que
alguien "ponga orden" le significará millones de votos a López Obrador. El caudillismo ha demostrado su presencia el el ADN latinoamericano. México ha escapado milagrosamente a éste las últimas décadas, pero no significa que permanecerá inmune. La vacuna para evitarlo es una economía sana. Eso es lo malo en torno a los temores de que, a la tercera, en el 2018 López Obrador finalmente alcance la Presidencia. (OFM) |
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tirabuzones
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4 Comentarios
juan_carvajal_moreno escribe 29.05.14
La situación actual de México es exactamente igual a la de Venezuela antes de
la llegada de Hugo Chávez al poder con partidos políticos desprestigiados y
corruptos, funcionarios que ganan fortunas por no hacer nada y coludidos con
empresarios transeros, la gente los repudia y exige un hombre fuerte que ponga orden, alguien que culpa del desastre a los
"oligarcas", un mesías, pues. Y al igual que con López Obrador, Chávez no tenía partido político, la única diferencia es que este señor no ha pasado por el bote para terminar de
convertirlo en víctima.
luisfabian75
escribe 13.05.14 El
artículo sobre López Obrador habla sobre "la injusta
distribución de la pobreza" ¿Acaso hay que distribuir la pobreza
de manera justa? Aguas con esas metidas de pata!!! Nota:
Ya se hizo la corrección. Agradecemos al lector por su observación. andres_malestra
escribe 11.05.14 López
Obrador es un convencido de la máxima aquella de que el que persevera
alcanza, y como dice el artículo el PRI le está ayudando a conseguir
ese propósito, más aun porque se piensa postular con un nuevo partido
al cual algún partido palero suyo como el PT, le puede pasar el
registro y con el desprestigio del PRD, PAN y PRI le podrían dejar
abierto el camino para las elecciones del 2018. Ojalá me equivoque pero
creo que para allá van las cosas felipillovox_escribe
07.05.14 Prácticamente están
ustedes cantando que López Obrador será el próximo presidente de México pues parece que
el PRI le está haciendo el caldo gordo en cuanto a dejar un país más pobre y explotado. Con la estupida reforma fiscal y el
gasto burocrático que no se detiene, se ven inevitables las espirales
inflacionarias del 2015 en adelante y que para el 2018, cuando llegue la hora de
buscar al sucesor de Peña Nieto, el país estará tan amolado que López Obrador se vea
como el salvador de la patria. Pobre México, creo que es mejor comenzar a tramitar mis
papeles migratorios para largarme a otro país, si ese señor llega a
presidente México jamás tendrá remedio |