NACIONAL: Renace en La Laguna la esperanza en ELLA

Tras varios años de agobiante violencia, un gobierno municipal inepto y una estratosférica deuda estatal, los laguneros están más que dispuestos a secesionarse de sus estados para crear una nueva entidad. Lograr el remoto apoyo presidencial y del Senado es apenas el primer paso. Pero permanecer como hasta ahora es condenarse a décadas de rezago

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DICIEMBRE, 2013. Aunque en La Laguna la percepción de que la violencia urbana ha disminuido relativamente en comparación con el año pasado, de repente ocurren latigazos de inseguridad como una reciente ola de asaltos a restaurantes y que hoy parece haber amainado. Pero luego de esta ola viene para sus habitantes otra más esperanzadora, resumida en ELLA, o el Estado de La Laguna, anhelo que se vio reflejado en una encuesta donde un 67 por ciento manifestó su apoyo al ELLA y de estar hartos de los gobiernos tanto de Durango como de Coahuila.

"La violencia fue, como se dice comúnmente, la gota que derramó el vaso", refiere el arquitecto Raúl Espinosa, quien apoya al ELLA. "En los peores momentos nos sentimos olvidados de las capitales, que nos dejaron a nuestra suerte. Ah, pero eso sí, se acuerdan de nosotros únicamente para cobrarnos impuestos sin recibir nada a cambio. Ya es momento se independizarnos y constituir el Estado 32 de la República Mexicana".

Los efectos de la violencia en La Laguna fueron devastadores: la encuesta de un diario local señaló que el 80 por ciento de sus habitantes no recomendaría a nadie vivir en la región.

Ese no es el único motivo, por supuesto: este mes concluyó la peor administración municipal en la historia de Torreón, de la cual el alcalde Eduardo Olmos dijo que dejará una "manejable" deuda de 300 millones de pesos. "Nada bueno podía esperarse de alguien que en sus años de preparatoria fue acusado de clavarse el dinero para el anuario escolar", dice el arquitecto Espinosa.

La otra razón de la irritación local es la deuda que dejó al estado el ex gobernador Humberto Moreira, calculada en 36 mil millones de pesos. "Enrique Martínez, el actual secretario de Agricultura, dejó una deuda de 180 millones; el crecimiento es brutal, algo en otro país habría puesto a su responsable en la cárcel", refiere Mónica Rendón. "En cambio Moreira vive feliz en Barcelona y presumiendo en Facebook sus bíceps de lavadero".

Este y otros insultos a la sociedad lagunera han reavivado la esperanza de que por fin La Laguna sea una sola "y se convierta en una entidad fuerte, poderosa, que desarrolle todo su potencial, que podría sin problemas competir con Nuevo León", dice Espinosa.

Este anhelo tiene antecedentes históricos. La Laguna nunca creció como cuando los estados de Coahuila y de Durango otorgaron facilidades para la inversión local a fines del siglo XIX. A los inversionistas se les dio un año de gracia para pagar impuestos y se procuraba que el dinero local se quedara en la ciudad, combinado con los capitales que llegaban de fuera producto de la venta de algodón. "Mis alumnos no me creen y se ríen cuando les digo que Torreón contaba con tres consulados, el norteamericano, el británico y el español", afirma Luis Gamboa, profesor universitario. "¡Hasta había periódicos en inglés y en chino!"

Aunque toda la información y los registros fueron destruidos durante la revolución, se estima que para 1910, cuando estalla el conflicto armado, La Laguna tenía uno de los PIB más altos de todo el país, incluso mayor que Nuevo León. Eso dio como resultado que tanto federales como revolucionarios se disputaran a la Laguna en sangrientos combates; tan solo la Toma de Torreón de 1914 dejó más de seis mil muertos, "lo que demuestra que los hechos de sangre no son cosa nueva y que han ocurrido entre periodos de 100 años", dice Espinosa.

Los gobiernos centrales volvieron a arrebatar las decisiones a los laguneros para subvencionar al resto del estado. Pero aún así se mantuvo a la agricultura como principal actividad, con un superávit en tiempos que el resto del país se convulsionaba con la revolución. Para 1930 ninguna otra región del país tenía una agricultura tan próspera como La Laguna pero seis años más tarde el entonces presidente Lázaro Cárdenas expropió los "latifundios" y los convirtió en ejidos. Diez años después el emporio algodonero ya daba muestras de derrumbarse. "El problema con la reforma agraria fue que pagaron los sanos por los enfermos", dice el maestro Gamboa, "no dudo que haya sido una medida bien intencionada, pero aniquiló a un actividad que no requería la expropiación de predios altamente productivos sino la aplicación de una ley laboral más estricta contra los empleadores".

"Así ha sido la historia de La Laguna, viene un auge y luego el gobierno federal o el estatal nos cortan las alas", refiere Mónica Rendón, y recuerda cómo las últimas décadas muestran un desprecio y un odio hacia la prosperidad lagunera. "En los sesenta tuvimos a un gobernador lagunero, Braulio Fernández, y la inversión comenzó a fluir en la ciudad, pero más tarde llega Óscar Flores Tapia y toda la inversión se va a Saltillo", dijo. En Durango se dio algo similar, señala Espinosa. El gobernador Héctor Mayagoitia ofreció facilidades fiscales a los empresarios del lado de Coahuila y muchas compañías se cambiaron de Estado. "El problema fue que Mayagoitia, el último gobernador que realmente se preocupó por La Laguna de Durango, benefició a Gómez Palacio perjudicando a Torreón".

En 1988 la Laguna cometió el error de hacer enojar al candidato oficial Carlos Salinas quien en una de sus giras y en pleno furor cardenista fue recibido con tomates y mentadas en San Pedro, ciudad ubicada a una hora de Torreón. Salinas nunca olvidó la afrenta y durante su sexenio apenas y visitó tres veces a la región. Para empeorar las cosas y a modo de desquite, Torreón eligió a su primer alcalde panista y el gobierno priísta le escamoteó los recursos. "Pero ese es un pretexto para no mandarnos lo que nos toca como municipio", dice Rendón, "hoy los municipios conurbados, Torreón, Gómez y Lerdo tienen alcaldes priístas y nos siguen tratando de la patada".

* * *

Una mañana de domingo acompañamos a Gamboa a terrenos de la colonia Nueva Laguna, ubicada al oriente de la ciudad. Son casas de cartón, ladrillo sin pintar y construidas con débiles estacas de madera. En la mano trae una carpeta y saca una vieja fotografía en blanco y negro. La foto fue tomada en el mismo lugar donde nos encontramos y en la que se ve al fondo un inmenso algodonal blanco que se extiende hasta los cerros, los únicos que no han cambiado y que nos permiten identificar que se trata del mismo lugar. "Esta foto la tomaron en 1935", dice Gamboa, "a unos pasos detrás de nosotros había unas vías de tren por donde las pacas eran llevadas a los vagones y de ahí a Estados Unidos. El nombre de esta colonia, Nueva Laguna, no es ironía, es realidad..."

El contraste es impactante, y sin ir tan lejos en tiempo, Gamboa nos enseña una foto de la avenida Morelos, otrora una de las más importantes y distinguidas de la ciudad. La comparamos con lo que se ve hoy y la conclusión es lastimosa. Es una foto de 1979 y donde antes había una nevería, una librería, una relojería y una peluquería solo hay locales cerrados, arrumbados y con las paredes grafiteadas.

Ha habido intentos para rescatar a esa arteria, donde "moreleando" era sinónimo de pasar a pie o en auto para conocer muchachas e invitarlas a un helado o a un restaurante. "Estas fotos demuestran cómo hoy somos una zona dejada de la mano de Dios", dice Gamboa.

En los setenta y ochenta los gobiernos aleccionaron a los medios locales a distinguir entre "torreonenses", "gomezpalatinos" y "lerdenses" a sus habitantes, pero hoy ya no se usan tanto esos gentilicios. "Si eres de San Pedro, Matamoros, Gómez, Torreón, igual eres lagunero", dice Mónica Rendón, "ya basta de querer estarnos dividiendo".

* * *

"Según la Constitución, se requieren 300 mil firmas para presentar al Ejecutivo la solicitud de formación de un nuevo estado y desde hace rato superamos era cifra por lo que la solicitud ya la enviamos al presidente Peña Nieto. Esta ver sí tendrán que hacernos caso", señala Gamboa.

No será tan fácil, según el abogado Saúl Macías. "Torreón aporta el 35 por ciento del PIB en Coahuila y Gómez Palacio casi un 40 por ciento del PIB en Durango. ¿Quién duda que los gobiernos estatales no interpondrán amparos?", y añade, "los laguneros debemos estar conscientes de si que el Ejecutivo y el Senado apoyan la ecisción --algo que yo veo muy remoto-- pasarán meses, quizá años, para que sea una realidad".

Parte del problema, puntualiza, "radica en que Durango y Coahuila tienen municipios improductivos, Tamazula por un lado y Múzquiz en otro, por darte ejemplos. Asimismo habría un replanteamiento burocrático muy costoso y una maraña administrativa y, luego, una disputa de puestos entre los políticos y funcionarios de uno y otro lado, o sobre la redistribución de rutas urbanas y de taxis, querellas sindicales... y no olvidemos al crimen organizado, pues un cambio de estas proporciones traería nuevos enfrentamientos por la lucha de territorios. Yo soy partidario del ELLA pero no creo que sea el momento; de hecho nos saldría contraproducente..."

Los partidarios del nuevo estado ponen el ejemplo de Aguascalientes, que se separó de Zacatecas y hoy es un estado dinámico y altamente productivo. Ante ello el abogado Macías responde que "la escisión se dio en otro momento de México; Aguascalientes era un municipio muy pequeño, pero eso no nos quitaría el tener gobernantes deshonestos, como ocurrió hace allá hace algunos meses con un ex gobernador..."

Y concluye: "La creación del ELLA está muy lejos de ser una panacea, es más, pasarán décadas antes de comenzar a ver los resultados", aunque coincide que "tampoco es posible continuar la situación como la tenemos actualmente..."

Gamboa, sin embargo, es optimista: "Al no contar con Torreón, Coahuila se verá forzado a dinamizar a sus municipios poco productivos, como Múzquiz o Arteaga. A la larga Coahuila y Durango se verían beneficiados ya que hoy se encuentran en una zona de confort que les dan los ingresos de Torreón y Gómez Palacio".

"La pesadilla por la que acabamos de pasar nos ha hecho recapacitar a muchos laguneros", explica Rendón. "Tenemos una identidad propia, cuando viajas a otras ciudades rápido te das cuenta de ello. Somos una zona conurbada de millón y medio de habitantes sumidos en la mediocridad ante la indolencia de nuestros gobernantes. Es hora de cambiar eso", opinión que es secundada por Espinosa: "¿Qué vieron los primeros pobladores al llegar aquí? Un llano inmenso, y ellos lo convirtieron en una región que atrajo a inmigrantes de España, Palestina, China y el sur del país. Esa característica multiétnica creó una identidad que no existe en otras partes de México. Rescatar a La Laguna con un nuevo estado es la deuda que tenemos con nuestros ancestros. Ahí está el reto, y es nuestra responsabilidad asumirlo", finaliza.

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_{3 C}_omentarios

_{jose78
escribe 08.12.13}

_{Aunque
sería lo mejor para La Laguna que se convirtiera en un nuevo estado
es imposible que ello vaya a ocurrir pronto pues ni Coahuila ni
Durango dejarán ir a esos municipios pues de ahí sacan los fondos
para subsidiar a otros municipios improductivos. Deseo suerte a los
laguneros pero la verdad se ve dificil que concreten el ELLA}

pelacas_moreno escribe 05.12.13

Felicidades por su artículo sobre la creación del Estado de la Laguna. Tengo amigos allá y sé que están hartos de la violencia, de los políticos corruptos y de que las capitales de Coahuila y Durango se queden con todos los impuestos y solo les manden migajas del presupuesto, me han contado que la violencia no habría tomado tanta fuerza sin los hermanos Moreira, sobre todo el primero cuando el estado terminó de podrirse. Apoyo moralmente a ELLA, es momento que la Laguna vuelva a demostrar todo su potencial.

ronnie_gonzalez escribe 03.12.13

Como lagunero acabo de enterarme de esta página y puedo decir que desde que Calderón se largó se respira un ambiente distinto en la Laguna, todavía hay violencia pero estamos muy lejos de lo que veíamos hace un años cuando veiamos colgados en los puentes o masacres en los bares, la ciudad está renaciendo y lo vemos con la gran cantidad de negocios que están abriendo, sobre todo los centros nocturnos, falta mucho para regresar a la paz social de la que alguna vez disfrutamos los laguneros pero también estamos muy lejos de la pesadilla que teníamos cuando Calderón era presidente, por cierto, por qué ante esta situación el señor no abre el hocico? Yo también apoyo a ELLA para jamás volver a tener otra pesadilla como la que estamos comenzando a despertar.