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NACIONAL
De puritita
lástima, las campañas oficiales de promoción al voto
Se acercan las
elecciones en varias entidades del país y la publicidad oficial sigue
arrojando verdades obvias, como que el voto es importanta. Se trata de
una alarmante carencia de ingenio que, sin embargo, sufriremos todos
porque es parte, dicen, de vivir la democracia
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ABRIL, 2013. La escena transcurre en un salón de clases. La maestra pregunta a sus alumnos de qué están orgullosos en Coahuila. Una niña responde que del sarape saltillense, otro que del equipo Santos Laguna. De repente un niño rubio y rechoncho dice "¡No, maestra, del
IEPC!" ¡¿Del IEPC?! preguntan asombrados sus compañeros de clase. Y tras un minisermón cargado de autoporras a ese organismo, los niños festejan el comentario. En otro spot por parte del mismo organismo electoral se nos recuerda que votar "es tan fácil como 1, 2, 3". Estos mensajes, que las difusoras y televisoras del Estado de Coahuila están obligadas a transmitir un mínimo de 35 minutos diarios en su tiempo al aire, fueron producidos por el
IPEC, o Instituto Electoral de Participación Ciudadana de ese estado. Y créalo, amigo lector, pese al escaso uso de neuronas que requirió realizarlos, definitivamente no fueron baratos.
Otro tanto se anota el Instituto Federal Electoral. Con la ya trillada base de que el mensaje
central es difundido mediante diferentes voces y personas, al final de concluye que "todos los mexicanos somos iguales y tenemos los mismos
derechos", mientras en otro se advierte que el voto "es un derecho ciudadano". ¿A poco? ¿Y
para ello ese organismo "ciudadano" (falso, hace rato fue copado por los partidos políticos) tiene que pagar millones de dólares a una agencia de publicidad, para que nos remache verdades obvias?
Dejemos de lado que en el primer anuncio del IEPC, el niño que festeja el deber ciudadano aún no está en edad de votar. Lo increíble es que estos mensajes serán transmitidos sin parar hasta el 7 de julio, unos días más en que hayan terminado las campañas políticas, cuyo brutal bombardeo mediático ya
anticipamos con resignación. Con los enormes presupuestos que ambos organismos destinan a la promoción del voto, ¿no se les
puede ocurrir algo más ingenioso, algo que desquite el dineral que cobran las agencias por mensajes que
podría realizar, sin dificultad alguna, cualquier estudiante del primer semestre de Comunicación?
Así como el IFE dice fiscalizar el gasto de los partidos políticos, también debería fiscalizar el éxito o hastío que producen sus mensajes en los medios, algo que evidentemente no se hace. Lo que importa es sacar los mensajes, forzar a los medios a que los transmitan, y a llenar los tiempos que el mismo IFE estableció arbitrariamente en la Ley Electoral. ¿Qué tanto influyen para que más gente acuda a las urnas? ¿Alguna vez se han puesto a pensar cuánta gente le
cambia de difusora al momento que empiezan las peroratas de los organismos electorales, tanto estatales como federal?
"Sacas tu credencial, la presumes con tus amigos...", reza otro spot del IFE. En la mayoría de estos
anuncios, los protagonistas muestran orgásmica euforia porque ya cuentan con el documento para votar. Un mensaje durante los pasados comicios
en Coahuila --y naturalmente, del IEPC-- mostraba a un adolescente cantando "ya tengo mi credencial", mientras con orgullo caminaba por las
calles, suponemos que de Saltillo. En realidad cuesta trabajo concluir que así se está promoviendo un deber cívico.
Lo que pasa es que ninguno de estos organismos sabe qué ideas sacar para justificar sus presupuestos. Y es que jamás había existido la
necesidad de machacar la importancia del voto. Los ciudadanos que están conscientes de ello irán a las urnas sin
que un niño de primaria las recuerde el éxito del IEPC o que decenas de personas aparezcan juntas diciéndonos que el IFE es una maravilla de organización, del mismo modo en que quien se abstenga de sufragar lo hará aunque se le obligue a digerir 50 horas de mensajes del
IFE.
Los únicos ganones en todo este juego son las compañías de publicidad las cuales, según un reciente artículo publicado en
El Economista, pueden embolsarse hasta 450 mil pesos de lograr el contrato con los organismos estatales de promoción del voto, como el IEPC. En el caso del IFE, las agencias
publicitarias pueden facturar millones. (Por ejemplo, la playmate argentina Silvia Orayén, que casi le dio un soponcio a
Gabriel
Quadri y a muchos televidentes, recibió 8 mil pesos
por su participación como edecán en el debate).
En los primeros tiempos del IFE, los mensajes advertían sobre la importancia de no dejar vender el voto y de
cerciorarse de la información referente al número de casilla, distrito electoral, etc. No eran
spots que llegaran a competir en certámenes internacionales de publicidad pero al menos cumplían su labor concientizadora, justificable en tiempos que el voto aún era
considerado un mero formalismo porque, "de todos modos siempre gana el PRI". Pero en pleno 2013, recordarnos que el voto es importante, ya suena a necedad; toda la gente
que acude a las casillas está completamente consciente de ello.
Otro spot del IFE muestra a tres jóvenes. Uno dice que ya no va a votar "porque no pasa nada", algo que refleja el sentir de buena parte de los ciudadanos que
no se sienten representados ni por su diputado ni por su senador. La respuesta es la otra joven es meramente retórica, haciéndole ver a la otra persona que el voto es importante (de nuevo) para lograr los cambios. ¿Por qué en vez de ello el IFE no le dice al votante cómo lograr ese cambio, por ejemplo, presionando a esos legisladores para que en realidad se pongan a trabajar y dejen de estar al solo servicio de sus partidos?
Más interesante sería que algún spot del IFE mostrara a alguien quejándose de que los diputados
plurinominales no
sirven absolutamente de nada y que nos cuestan a todos los ciudadanos. Y
es que en esos anuncios, la apatía y el desisnterés siempre le es
achacada a los gobernados, no a quienes están ocupando puestos de
elección popular.
Cuando hay campañas políticas en otros países no se atosiga en radio y TV a la gente con mensajes para que vote; de hecho, ni tampoco imperan
las absurdas regulaciones en torno a los candidatos que, al final, hacen más aburridas las campañas. Sin embargo la gente acude a votar. Los partidos políticos deben interrumpir sus campañas cuatro días antes de las elecciones pero esa restricción no aplica al IFE.
Los ciudadanos deberían tener la facultad de fiscalizar la calidad de los anuncios del IFE y de los organismos electorales estatales. Ello haría, mínimo, más interesantes los comicios cada vez que se efectúan.
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3 Comentarios
pelacas_moreno escribe 07.04.13
El IFE en las épocas de José Woldenberg era realmente un organismo ciudadano del que estabamos orgullosos los mexicanos pero ahora me enferma ver que convirtió en una agencia de colocaciones de amigos y compadres y lo que es peor, en una nana que nos dice todo
el santo día por radio y TV que votar es un derecho ciudadano y creo que todos quienes hemos sacado la credencial de elector estamos conscientes de ello
ronnie_gonzalez escribe 05.04.13
Hace unos días fui a renovar mi credencial de elector y me hicieron el trámite más largo porque no llevaba conmigo una
acta de nacimiento si esa se les mostré cuando saqué mi credencial por primera vez. ¿Que no es lógico que si va uno a renovarla es porque con anterioridad presentó el acta de nacimiento o es que antes uno sí era mexicano y ahora no? Estas tonterías burocráticas son las que nunca mencionan los anuncios del IFE
juan_carvajal_moreno escribe 05.04.12
Tengo un tío que vive en Costa Rica y me cuenta que cuando votó por primera vez allá luego de hacerse ciudadano solo tuvo que ir a un módulo donde llenó un formulario y solo mostrar licencia de manejo le
tomaron la foto y le dieron su documento, todo eso en menos de cinco minutos, en cambio en México tenemos que llevar acta de nacimiento, comprobante de domicilio y nos tienen sentados por varias horas. Y
ahora que alguien me diga cuál país, Costa Rica o México, organiza las elecciones más limpias, lo que pasa es que todo el cochinero y todas las transas se dan por lo burocratizado que se ha vuelto el proceso electoral en este pais |