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Richard Branson

Magnates de una industria hoy en extinción

Más que meros empresarios, aquilataban el valor especial que una canción tenía para muchos fans. Pésimas decisiones de quienes compraron sus emporios y el embate del Internet sólo nos dejan el recuerdo de estos causantes de que hoy se diga que la música de antes es mucho mejor que la actual

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JUNIO, 2011. Los analistas financieros suelen culpar al intercambio ilegal de archivos MP3 en Internet a la debacle que hoy sume a la industria discográfica. Abrir hoy una firma que promueva material musical es casi un pasaje directo a la quiebra; del mismo modo se acabaron las firmas donde todo se hacía como si se tratara de una gran familia donde todos se conocían y donde lo más importante era la aportación musical que solía anteponerse a los intereses económicos. Había ocasiones en que los mismos gerentes alguna vez habían sido músicos y viceversa, de modo que todos entendían el negocio.

Contrario a lo que se cree, la decadencia de las disqueras no llegó con el Internet. Desde finales de los 80 entró a la industria una nueva generación de suits, es decir, ejecutivos enfocados en la promoción del producto dentro de un mercado homogéneo, de modo que si el competidor promovía el pop más insípido, había que hacerle competencia con la misma medicina. Uno de esos ejecutivos era Alain Levy, un francés que de entrada confió a Rolling Stone que "yo jamás escucho música por placer". Levy tuvo a su cargo la transición de A&M Records a una firma rentable luego que fue adquirida por Universal; "no fallaremos en este propósito", prometió. Tres años después la legendaria disquera se convertía en mero membrete sin activos para cerrar en definitiva meses más tarde.

Actualmente solo tres grupos controlan la industria discográfica mundial, BMG, Universal y Sony Music. Y lo cierto es que la estrategia que estos grupos habían preparado tras las merging (fusiones) que se tragó a las disqueras más pequeñas --es decir, las más creativas-- no estaba contemplado el daño que les inflingiría el Internet. Pero la red no es la única culpable: como se vio en el caso de Levy, el querer manejar a las empresas de música como si se vendieran manzanas resultó en grave error, de modo que, según The Economist, en menos de un decenio las megadisqueras habrán desaparecido y sólo venderán su música en la red; los artistas y grupos que deseen ganancias que compensen lo que perderán vendiendo discos deberán realizar extenuantes giras de conciertos, a lo que debe agregarse que las presentaciones en vivo hoy son realmente redituables solo para los dinosaurios del rock, como los Rolling Stones; las nuevas propuestas deberán resignarse a presentarse en sitios más pequeños y, claro, con ganancias igualmente menores.

Pero como forma de recordar que hubo tiempos mejores en los cuales los promotores de artistas sí escuchaban música por gusto, tenemos una lista de esos empresarios que hoy, debido a ejecutivos como Levy, están a punto de extinguirse. La lista no incluye a magnates discográficos como Neil Bogart (Casablanca), Robert Stigwood (RSO) y Gamble and Huff (Philadelphia International Records) dado que el cierre de sus proyectos ocurrió hace décadas.


HERP ALPERT Y JERRY MOSS (A&M)

Durante más de tres décadas A&M Records fue considerada la firma más creativa en la industria musical de Estados Unidos. Lo que había empezado como unos pequeños estudios de grabación construidos en lo fue el chalet de Charlie Chaplin, llegó a competir con gigantes como Columbia y CBS sin perder su integridad. La compañía fue creada y dirigida por Herp Alpert y Jerry Moss; el primero era un trompetista quien al ver que nadie se interesaba en promocionar el tema "The Lonely Bull" decidió crear su propia disquera. Moss fue su socio desde el primer día.

Los siguientes ocho años Herp Alpert y the Tijuana Brass tuvieron un éxito espectacular, aunque el dúo optó por impulsar también a artistas de bossa-nova, jazz y temas instrumentales. Entre los artistas de aquellos años destacaron Burt Bacharach, Sergio Mendes y Brazil 66, Gato Barbieri, Quincy Jones --sí, ese mismo-- y otros más. Al iniciar los setenta A&M Records giró más hacia el pop al firmar a The Carpenters, Cat Stevens, y Carole King pero tendría sus mejores años al promover a grupos como Styx, Supertramp y en especial a Peter Frampton, quien conservaría por muchos años el récord como el álbum doble más vendido de la historia.

Herb Alpert

Los ochenta también fueron buenos para A&M: ahí grabaron Bryan Adams, The Police, Sting, Suzanne Vega, Joe Jackson y Sheryl Crow. Una de las últimos grandes logros de la disquera fue la firma de Soundgarden, uno de los pocos sobrevivientes de la corriente grunge. Sin embargo en 1996 A&M fue vendida a la multinacional Berthlessmann por 650 millones de dólares. La mayoría de sus artistas representados buscaron cambiar sus contratos pese a las promesas de los nuevos dueños en el sentido que todo se mantendría igual. Falso: menos dos años después la disquera se fusionó con Interscope Records y quedó en mero membrete. Por su parte Alpert fundó Almo Records donde el principal artista.

Los tiempos de A&M quedaron atrás pero fueron recordados por Al Cafaro, uno de sus principales ejecutivos: "En el estacionamiento nos reuníamos todos, ejecutivos y artistas, como una gran familia. Teníamos barbecues, Karen (Carpenter) dejaba atrás su imagen en el público y nos gastaba bromas a los asistentes; Dennis (de Young, vocalista de Styx) mostraba sus habilidades culinarias... Era un ambiente que sabíamos había terminado para siempre cuando A&M fue vendida a gente que ve todo como fríos números..."

RICHARD BRANSON (Virgin)

Mike Olfield grabó Tubular Bells, su primer disco, a los 17 años de edad. No es casualidad que ese fuera el primer material de una nueva firma fundada por un inquieto joven inglés tres años mayor, llamado Richard Branson. Por lo menos cinco firmas habían rechazado ese disco al considerarlo "poco comercial" sin saber que se trataba de una joya que llegaría a vender más de cinco millones de copias y que sería universalmente conocida como el tema del filme El Exorcista. "Los ejecutivos discográficos no quieren arriesgar en nuevos sonidos sin caer en la cuenta que todos queremos escuchar precisamente eso, nuevas propuestas que reten todo lo que ya conocemos. Esa ha sido la política de Virgin Records y por eso firmé a (Mike) Oldfield. Nadie más grababa música como la suya en ese momento", dijo Branson en una entrevista con Playboy.


Por esa razón fácilmente se explica que Virgin sea considerada una de las disqueras más creativas en el mundo, algo que incluso reconocen sus rivales: "Richard es un superdotado, tengo que aceptarlo. Es una de las pocas personas dentro de la industria de la que podría expresarme bien", refirió Walter Yetnikoff, el destronado ejecutivo de Sony Music.

La cantidad de artistas exitosos que han desfilado por Virgin es impresionante. No sólo Mike Oldfield ha pasado por ahí; The Human League, Culture Club, Lenny Kravitz, Madness, Orchestral Manouvers in the Dark, UB40, Simple Minds, Soul II Soul y Cutting Crew. También dio un nuevo espaldarazo a veteranos como Peter Gabriel, Genesis y Meatloaf además de lanzar a Enygma, obra del excéntrico Michael Cretu. Branson consiguió otra proeza al conseguir la firma de los Rolling Stones, "el golpe más afortunado para un empresario de la música desde que Michael Jackson compró el catálogo de los Beatles", refirió Businessweek

Branson no ha estado exento de controversias, empezando por el nombre de su firma, el cual originalmente sería llamada Virgin Mary Records; fue uno de los principales productores de la cinta The Last Temptation of Christ de Martin Scorcese mientras que Virgin Films distribuyó la cinta Stygma donde la protagonista es una empleada en una clínica de abortos y quien comienza a tener los estigmas de Jesucristo. 


La fortuna de Branson se estima hoy en unos 1.100 millones de dólares. Durante los noventa fundó las Virgin Megastores en las principales ciudades de Europa y Estados Unidos aunque hoy la mayoría han cerrado ante el embate de la música digital. También es propietario de una línea aérea, estaciones de radio y una colección de autos deportivos. Sin embargo para Branson --quien ha rehusado vender su emporio a otras multinacionales como Sony y Warner-- lo más importante sigue siendo la música: "Sin este elemento la vida carece de sentido. La música ha sido mi principal incentivo para seguir adelante", dijo en la entrevista de Playboy.

Branson también ha donado millones de dólares para la investigación contra el sida y la búsqueda de combustibles alternos.

CHRIS BLACKWELL (Island)

Este caballero inglés nació en una zona rústica de tipo medieval pero en los sesenta decidió convertirse al hippismo, entusiasmado por la música de los Beatles. En 1970 comenzó a trabajar en una firma discográfica con suerte tal que años más tarde tuvo suficiente capital para crear su propia disquera, que lleva el nombre de Island. Blackwell se enamoró de Jamaica y del reggae a mediados de los setenta, tanto así que adquirió GoldenEye, la propiedad que esa isla que fue de Ian Fleming, el creador de James Bond. Fue ahí donde vio a un talento local del que logró su firma para convertirlo en leyenda. Cuando esa figura, llamada Bob Marley, falleció en 1980, Island ya era un poderoso conglomerado valuado en 130 millones de dólares de los de entonces (alrededor de 300 actuales).

Blackwell siempre procuró firmar talento insospechado. Enemigo de las costumbres convencionales de las disqueras en torno a lo que es "comercial" y lo que no, consiguió darle a Island un tono que luego se repetiría en la disqueras indies. Fue él quien lanzó a U2 en momentos que nadie creía en ellos. También por ahí pasaron Cat Stevens, Steve Windwood, Ultravox, Waterboys, Jimmy Cliff, Tooth and the Mayalls, Robert Palmer, Jethro Tull, Frankie goes to Hollywood y The Cranberries, entre muchos más.

Winwood recordó cómo en cada cumpleaños, Blackwell le hablaba personalmente y le enviaba un regalo a la puerta de su casa, en ocasiones hasta un auto. Pero no era el único: "Era capaz de recordar el cumpleaños de cada uno de quienes grabábamos en Island sin consultar la agenda. Eso habla mucho del interés que Chris tenía sobre nosotros como personas, no sólo como artistas", refirió.

Blackwell vendió Island a Universal en 1999 y con él se fue buena parte de la magia de la disquera, que pronto vio salir de ahí a U2, la joya absorbida por los nuevos dueños. Actualmente Island Records es una caricatura de lo que alguna vez fue: su carta más fuerte es el teen idol canadiense Justin Bieber.


CLIVE DAVIS (Arista)

Como muchos otros magnates de la industria, Clive David trabajó durante muchos años en una megadisquera, en este caso Columbia, antes de independizarse. Padecía calvicie prematura y desde entonces lleva unos anteojos más grandes de su tamaño. Sin embargo este personaje ha sido una de las bujías más importantes en la música las últimas tres décadas. "La música le debe mucho a Clive Davis; su importancia es similar a la que los hot-dogs tienen en un partido de beisbol", llegó a decir Barry Manilow, quien por muchos años grabó en Arista, la disquera fundada por Davis.

Nacido en una familia de inmigrantes judíos, Davis mostró desde joven una enorme habilidad para los negocios, pero encontró que al combinarla con la industria musical podría ganar dinero --enorme dinero-- haciendo lo que más le gusta. Es un experto en jazz y el rock and roll de los cincuenta. Cuando fundó Arista procuró que sus artistas tuvieran el mismo espíritu que a él lo inspiró de joven. Por esa firma pasaron no sólo el ya referido Manilow sino también los australianos Air Supply, James Taylor, Linda Rondstandt, Thompson Twins, Alan Parsons Project y varios más. (Cuando reclutó a Carlos Santana, éste resucitó su carrera al lanzar Supernatural, un álbum que le reportó seis Grammys.


En 1998 Davis vendió Arista a Columbia Sony y fundó J. Records, donde su principal activo es Rod Stewart, quien hoy ya no graba rock sino nuevas versiones de antiguos éxitos, un proyecto cuyo éxito ha sido el mayor al que alguna vez esperaron ambos.

DAVID GEFFEN (Geffen/DGC)

Sería inconcebible y quizá exagerado señalar que la biografía de David Geffen incluye sus inicios como chofer, pero así fue. Quien llegaría a estar entre los cinco empresarios de la música más importantes del planeta conducía la limusina de Ehmet Ertegun, el magnate fundador de Atlantic. Para su fortuna Ertegun le vio talento a aquel chico espigado de suaves modales y le ofreció un empleo administrativo. Menos de cinco años después Geffen juntó un capital que le permitiría independizarse como promotor de, entre otras, Laura Nyro, una cantante efímera adorada por la crítica.

Tras varios años Geffen fundó Geffen Records, firma que en los ochenta destacaría como una de las más influyentes dado que su róster incluía a los ex Eagles Glen Frei y Don Henley. Este último lograría tener con su álbum Building the Perfect Beast (1984) el despegue solista que necesitaba su carrera. También pasaron por Geffen artistas como Eddie Brickell and the New Bohemian, The Georgia Satellites y un resucitado Neil Young. Sin embargo una adquisición valiosísima de esa firma fue Guns N' Roses, grupo de hard rock imprescindible a finales de los ochenta.

Geffen vendió su firma en 650 millones de dólares y fundó la DGC (David Geffen Company), la cual conseguiría la firma de Nirvana, el grupo de rock más importante de los 90. Geffen también se asoció con Steven Spielberg y David Kratzenberg, ex alto ejecutivo de Disney, para crear los estudios Dreamworks.

SEYMOUR STEIN (Sire)

En contraste con la pedantería de un suit como Levy, Seymour Stein amaba la música y era un melómano que lo mismo podía conocía la letra de una canción, su posición en las listas de popularidad, nombre del álbum, año e incluso podía tararear el tema. Aún preadolescente entró a trabajar en una pequeña tienda de discos y de ahí a promotor en Columbia cuando aún era menor de edad. A finales de los setenta decidió independizarse y empezó por contratar a artistas cuyos demos habían sido rechazados por la empresa en la que había trabajado. Uno de ellos era cierto grupo inglés cuya vocalista había nacido en Ohio y ex esposa de Ray Davies, el vocalista de The Kinks. En 1980 The Pretenders lanzaron su primer material con lo que Sire Records tomó una posición de avant-garde poco usual en la industria de la música.

Hubo otras contrataciones afortunadas, entre ellas Depeche Mode, pero la más redituable fue Madonna, rechazada por otras seis firmas. "Sin el apoyo de Stein lan carrera de Madonna jamás habría despegado", refiere el crítico Matt Labash al tiempo que Chrissie Hynde, la vocalista de The Pretenders, llegó a decir "sin él yo aún seguiría sirviendo platos en un restaurantito de Akron, Ohio".

En 1990 Stein recibió una oferta irrechazable de Warner, que distribuía sus discos, para adquirir Sire en 470 millones de dólares por lo cual la firma pasó a ser mero membrete. Con la llegada del Internet y la reducción de costos de las disqueras, el consuelo que queda a Sire es uno de los catálogos más valiosos en la industria musical de Estados Unidos.

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