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Internacional

ENERO, 2012. La crisis económica de la Unión Europea se profundizará más en este naciente año, es prácticamente un hecho. Pero el lector no debe dudar sobre quién caerá la responsabilidad: naturalmente, el capitalismo, del mismo modo que los "ocupantes" de Wall Street lo culpan por la quiebra financiera del gobierno de Barack Obama en Estados Unidos.

Y no tardaremos mucho en verlo: los especialistas financieros estiman que a más tardar en marzo España entrará en una profunda recesión que provocará remesones en los demás miembros de la UE. En ningún momento escucharemos mueras contra la irresponsabilidad fiscal de José Luis Rodríguez Zapatero cuyo gobierno evaporó el superávit que le dejó el gobierno de José María Aznar en el 2003. Por el contrario, se culpará, por supuesto, al "capitalismo", como si éste fuera el causante directo del 21 por ciento del desempleo que sufre hoy España. lo cierto, e innegable, es que ese país tiene hoy mucho menos libertad económica que hace un decenio.

Algo similar ocurre en la emproblemada Grecia donde en ningún momento se registró plan alguno de estímulo a la actividad privada pero donde han abundado imágenes del Che Guevara entre los manifestantes, quienes claramente ignoran que la deuda de ese país equivale al 142.8 de su PIB, de acuerdo a la Eurostat, que es la oficina de estadísticas de la UE.

La situación no es mejor para el resto: Italia, hasta hace poco gobernada por el "derechista" Silvio Berlusconi (si la libre empresa tiene "amigos" como él ¿para qué requiere enemigos?), la deuda equivale al 119 por ciento de su PIB, en Bélgica alcanza un 96.8 por ciento, Irlanda un 96.2 por ciento, Portugal un 93 por ciento y Alemania, la economía "más fuerte" de ese bloque, presenta un 83.2 por ciento. Sorpresivamente, Francia, uno de los países donde el Estado benefactor e intervencionista tiene tentáculos muy grandes, la cifra llega a un 81.7 por ciento.

Si se sumara la deuda de los 27 miembros de la Unión Europea, de acuerdo al informe, tendríamos un 80 por ciento del total del PIB, mientras que para los 17 países de la Eurozona el déficit oscilaría en un 85.1 por ciento.

Otro dato que quizá no debiera sorprendernos tanto es que la deuda más baja la tienen aquellos países que alguna vez fueron comunistas y que por ende saben de lo contraproducente que es tener un Estado sin límites a su gasto: Estonia con 6.6 por ciento de su PIB y Bulgaria con un manejable 16.2 por ciento. La excepción es el diminuto Luxemburgo, cuya deuda arroja un 18.4 de su PIB.

Lentamente, el sueño de una Europa unida y compacta empieza a desmoronarse. En España ya existe un movimiento que exige el regreso de la peseta como moneda corriente --de hecho en ese país muchos ciudadanos siguieron llamando así a los euros-- y en Grecia algunos establecimientos lo aceptan a regañadientes y lo culpan por la situación actual de su país.

¿Qué fue lo que realmente ocurrió? Hay indignación, y el movimiento denominado así lo corrobora claramente. ¿Es realmente el capitalismo el culpable de la debacle que se antoja empeorará este naciente 2012?

El economista y analista René Luis Cervantes lo establece así: "La implantación del euro en estos países impuso una camisa de fuerza a las políticas de gasto público y que antes se manejaban independientemente. Pero nadie imaginó que la deuda fuera a crecer del modo tan gigantesco en que lo hizo".

El caso de Grecia, agrega Cervantes, es ilustrativo: "Es éste un país que comenzó a endeudarse sin control desde principios del decenio pasado con motivo de la organización de los Juegos Olímpicos. Luego siguió una política fiscal irresponsable y que se le escondió a la opinión pública y a la misma Comunidad Económica. La bomba tenía que explotar en algún momento. Se escondió hábilmente el año pasado para garantizar la reelección del depuesto primer ministro Andreas Papandreau. Algo muy similar a lo ocurrido en Coahuila con los hermanos Moreira..."

En todos estos países hay una constante: "Los estados europeos son esencialmente paternalistas y prokeynesianos. Por años han extendido el seguro de desempleo, han reducido la edad del retiro de los trabajadores gubernamentales, han aumentado los subsidios indiscriminadamente a la educación pública y tienen una burocracia rebosante. Todo ello tiene que financiarse de alguna manera. Al mismo tiempo las políticas impositivas inhiben la creación de más empleos del sector privado, a lo que debe agregarse el mercantilismo de las grandes empresas y sus componendas con el gobierno. ¿Quieren mencionarme una empresa europea que recientemente haya crecido como lo han hecho Microsoft o Apple? No la hay. El capitalismo también debería estar entre los indignados de Europa, pero el contrario, se le achaca toda la culpa del desastre..."

Por supuesto que existen variantes. Tal es el caso de Irlanda, que hasta hace unos años inició un proceso de desregulación que le hizo crecer anualmente a tasas del 6 por ciento a mediados de la década anterior, o bien Francia, que se ha mantenido relativamente estable al fuego que crece al sur de su frontera. De acuerdo con Cervantes, "el caso de Irlanda puede resumirse en una política de endeudamiento más allá de las capacidades del crecimiento que se estaba dando en el país. Todos apostaron a un espejismo, para decirlo de otro modo. Irlanda comenzó a querer darse vida de rico cuando su economía aún estaba sanando tras varios años de derroche fiscal.

"En el caso de Francia la alarma sonó desde el 2009 cuando el presidente Sarkozy sacó algunas reformas en las pensiones tempranas que, recordemos, provocaron fuertes disturbios. El gobierno francés simplemente está ganando tiempo; tiene la ventaja de que en términos muy relativos, los economistas del presidente Sarkozy han sido menos irresponsables que los de Rodríguez Zapatero, por ejemplo. Ahí se están cumpliendo compromisos contraídos por motivos políticos, en especial en tiempos del ex presidente Chirac. pero si se agrava la crisis europea Francia también podría caer en la vorágine..."

Por lo que toca a Alemania, su fortaleza es relativa, según Cervantes: "Ha llevado sus finanzas públicas con más responsabilidad, pero ahí se carga todavía el enorme corto que tuvo la reunificación y, de nuevo, unas pensiones bastante atractivas para el trabajador pero que el contribuyente termina pagando onerosamente. Ahí también, como en España y Grecia, se ha saludado con sombrero ajeno. Una diferencia importante es que Alemania tiene un sector privado fuerte, y el desempleo ahí aún no es tan alto".

Y aunque su moneda la maneja de modo independiente, Gran Bretaña también cayó en las tentaciones keynesianas: "El gasto público discrecional ha sido el problema de ese país desde los sesenta. Este es un país abrumado por las tasas impositivas cuyo destino es bastante nebuloso. Londres tampoco ha sabido crear una política de estímulo al empleo privado desde los tiempos de Margret Thatcher", señala Cervantes.

Y agrega: "Una política de crecimiento público inhibe la creación de nuevas fuentes de empleo particulares, lo cual crea desempleo y éste a su vez presiona los cheques que el Estado otorga a quienes carecen de empleo. Al final la presión explota cuando las arcas estatales se quedan vacías. Eso fue lo que dio origen a los 'indignados' de España".

¿Por qué entonces se responsabiliza al capitalismo de la debacle?, se le pregunta.

"A los bancos. Se les considera la columna vertebral del capitalismo salvaje, los que siempre ganan y los que son los consentidos del Estado cuando se meten en problemas. Pero los bancos responden a determinado esquema económico y prestan dinero a quién se los pide. Lo repito: al ver reprimida su capacidad de endeudamiento con la impresión de billetes como lo hacían en el pasado, estos países se financiaron con deuda bancaria que hoy es impagable. Ir a gritar afuera de los bancos y lanzarles piedras es igual que insultar al que vendió el auto y no a quien lo estrelló contra la pared de tu casa. Pero todos sabemos que no suena muy políticamente correcto decir que un Estado es inepto... un político en particular sí pero no el Estado como un todo, máxime cuando de ahí dependen tus ingresos cuando te retires..."

Concluye: "Es un viejo aforismo marxista señalar que los bancos son el capitalismo per se. Pero éstos simplemente se encargan de financiar un proyecto, una idea. El gran error que se ha cometido es meterlos a financiar proyectos gubernamentales, los cuales cuando fracasan se llevan entre las patas los ahorros de miles de personas. Ese dinero no se lo chupa un empresario con colmillos de vampiro: se lo chupan políticos como Papandreau en Grecia y Rodríguez Zapatero en España... y Humberto Moreira en el estado de Coahuila..."

Finalmente se le pregunta si ello podría llevar a una escisión de la Comunidad Europea en un futuro próximo, quizá este mismo año: "Sería prematuro hablar de una separación, que por supuesto no puede descartarse. Es probable que a algunos miembros se les suspendan temporalmente algunos derechos para que ordenen la casa aunque sin llegar a detener sus compromisos financieros. Ese será el paso más difícil".

Otro detalle que Cervantes considera increíble es que en Estados Unidos, Barack Obama siga apostando por el esquema europeo, "que empezó con un seguro social universal y poco a poco fue quitándole espacios a la actividad de otros sectores productivos. El presidente Obama debe recordar que los colonizadores que llegaron a lo que sería Estados Unidos lo hicieron huyendo de gobiernos corruptos, gastalones y autoritarios que se encontraban, no casualmente, en Europa..."

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