INTERNACIONAL:El Brexit o el derrumbe de la Eurozona

Gane o no el plebiscito para que Gran Bretaña permanezca o abandone la Unión Europea, queda clara la insatisfacción de varios de sus miembros por tener que pagar la irresponsabilidad fiscal y el temor ante el creciente burocratismo desde Bruselas. El fracaso integracionista se avizora en el futuro de este proyecto

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JUNIO, 2016. Ojalá otros países tuviéramos la misma suerte de Gran Bretaña donde la presión ciudadana obliga a sus gobernantes y legisladores a realizar plebiscitos. Imaginemos por un momento que en México se convocara a los ciudadanos a decidir si mantienen en su puesto a un gobernador cuestionado, e incluso al presidente mismo. Así es: el primer ministro de ese país tiene la facultad de anticipar las elecciones cuando los vientos políticos le son favorables. Y una más: el PM debe abandonar la casa de gobierno al día siguiente de unos comicios en caso de ser derrotado. En este país la transición dura meses, tiempo de sobra para maquillar o esconder fraudes y trapacerías de los que se van.

Otra muestra de esa civilidad británica la tuvimos recientemente con el plebiscito realizado en Escocia a favor de la independencia y donde quienes optaron por permanecer como parte de la Corona fueron mayoría. Lo dicho, la Gran Bretaña sufre la plaga políticamente correcta y su condición económica no es precisamente la mejor, pero lo cierto es que a muchos países nos lleva años luz en civilidad democrática.

Como seguramente sabe el lector, dentro de unos días se llevará a cabo en territorio inglés (sólo podrán votar los actuales residentes en la isla; las posesiones ultramarinas, Gibraltar y las Malvinas incluidas, quedaron excluidas) una elección para decidir lo que prácticamente marcará el destino de la Gran Bretaña los próximos decenios. ¿Se optará por seguir siendo parte de la Unión Europea como hasta hoy o se decidirá volver a ser un país que ya no tenga que consultar todo lo que tenga que hacer con Bruselas?

Hasta hoy la ventaja la ha llevado el SÍ, con una ventaja frente al NO que hasta el momento parece definitoria. Sin embargo el cobarde asesinato de la legisladora Jo Cox a manos de un chiflado a favor del Brexit podría modificar el resultado. Ha habido quienes han politizado el asunto. Pero según los expertos, es poco factible que la ola de indignación por este atentado revierta por lo que ya se ve como un virtual abandono de la EU. En opinión de Jon Holbrook, de la página libertaria Sp¡ked, "los votantes ingleses, a diferencia de los españoles, que votaron con las entrañas por un político inmoral y desastroso como Rodríguez Zapatero, se caracterizan por razonar más su voto".

¿Pero por qué los ingleses desean abandonar la Unión Europea? Quizá porque son más honestos que sus contrapartes. La Eurozona se está perfilando como uno de los más grandes fracasos de la política integracionista de todos los tiempos.

Un breve repaso histórico da cuenta de ello: ¿está mejor Europa occidental hoy que cuando cada país trabajaba por su cuenta? Los problemas de Grecia no estarían aquejando más que a los mismos griegos y Alemania, que hasta antes de la integración ya estaba asimilando la carga por haber reintegrado a una Alemania "Democrática" que estaba en ruinas, no tendría los enormes problemas que encara hoy, incluida la indiscriminada entrada de refugiados de Medio Oriente a los que se ve casi imposible asimilar.

Veamos algunos de los puntos que los ingleses han esgrimido para pensar en salirse de la Unión Europea.

* El haber conservado su moneda en su mayor ventaja, una libra esterlina más poderosa que el euro, a cual, por cierto, habría despedazado a Gran Bretaña en caso de haberse adaptado como lo hizo el resto de la Eurozona. Ello impidió que otros países con economías irresponsables (dixit España, Grecia y Portugal) utilizaran a la libra para financiar sus burocracias parasitarias.

* Los ingleses ya pasaron por gobiernos que, como se ve claramente quiere hacerlo Bruselas, se financie el gasto público a través de la alza de impuestos. Esa política la aplicaron los laboristas en los setenta y los resultados fueron catastróficos; de hecho, la propuesta podría hacer que el fracaso griego pudiera repetirse en otros países da la Eurozona, con una emproblemada Francia al inicio de la fila.

* La inmigración abierta y sin filtros, ya lo está viendo Alemania, trae más problemas que beneficios. Ciertamente los recién llegados a Gran Bretaña sufren duros problemas de asimilación y el fanatismo islámico es también un asunto preocupante, problema que, por cierto, se agudizó debido a las políticas migratorias que la Eurozona impone a sus miembros. Pero ya fuera de ésta, Londres podría manejar sus políticas migratorias de acuerdo a sus propios intereses.

* A la mayoría de los británicos les da pánico pensar que ellos lleguen también a pagar el despilfarro de los países botarates de la Comunidad, como le está ocurriendo a Alemania.

* Con una moneda fuerte y confiable desde antes de entrar a la Eurozona, los ingleses tenían un factor de peso para no convertirse en miembros, Hoy ese mismo factor podría ser determinante para su salida.

Por supuesto que un posible Brexit también traerá complicaciones. Gran Bretaña nuevamente solicitará visa a sus visitantes y muchos acuerdos comerciales tendrían forzosamente que ser se revisados (adiós, todo intento de integración), y en países como México, un rebote que pudiera traer alzas especulativas en la paridad peso-dólar. No será un trance fácil, y los ánimos podrían radicalizarse. Pero ese ha sido el espíritu histórico de las islas inglesas, y es desde esa óptica como hay que ver y entender, en caso que se gane el sí, la consecución del Brexit.

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