Y DEMÁS: 45 empleados públicos para un arbolito...

Tras adoptar el euro, el Estado griego aceleró su vorágine de derroche burocrático al punto que que achacarle sus consecuencias a Ángela Merkel es tan ridículo como culpar al dentista cuando nos da dolor de muelas. Una serie de ejemplos que muestran cómo el país helénico fue el arquitecto de su propio desastre

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SEPTIEMBRE, 2015. Primera pregunta: ¿por qué Grecia se encuentra en una situación económica tan difícil y tan profunda?

Una respuesta simplona, y que usted encontrará en la mayoría de los "analistas" y las agencias internacionales, le dirá que todo se debe a la política de austeridad impuesta de la Troika y a la maldad de la canciller alemana Angela Merkel. Pero este argumento es tan absurdo como si sufriera usted dolor de muelas y echa la culpa al dentista.

Grecia se hundió por su propia mano, específicamente, la de dos entes: sus gobiernos irresponsables y un crecimiento brutal de su burocracia que terminó por devorar a su actividad productiva, la más baja entre los miembros de la Comunidad Europea, por su hiciera falta recalcarlo.

La crisis es producto de una pésima administración financiera donde la constante era vivir del Estado con el menor --en ocasiones mínimo-- esfuerzo posible. ¿Dónde hemos escuchado antes lo mismo?

De acuerdo a un informe recientemente difundido por una Comisión de Expertos de la Unión Europea, la economía del país heleno está construida en mentiras, y al tener que chocar con la realidad, se buscan, ahora sí, responsables reales, empezando por la señora Merkel, quien tras haber vivido en la República "Democrática" Alemana en su juventud, muy bien debe saber qué jugarretas utiliza una inservible hiperburocracia cuando es expuesta y trata de defenderse de sus críticos.

Algunos puntos mencionados por la Comisión son espeluznantes, y empequeñecen los excesos de burocracias igualmente corruptas e insaciables como la mexicana, la argentina y la francesa.

En 1997 el gobierno griego anunció, con el fin de "adelgazar" su tamaño y dedicar más recursos a la organización de Juegos Olímpicos del 2004, que aquellos empleados públicos que estuvieran cerca de cumplir 50 años, podrían jubilarse con el 96 por ciento de su sueldo como trabajadores activos. ¿Cómo rechazar semejante oferta? Las oficinas quedaron semivacías, pero solo por unas semanas pues los puestos vacantes fueron ocupados por nuevos empleados, la mayoría jóvenes que igualmente podrían aspirar a su retiro al cumplir medio siglo de vida.

Así pues, y en vez de racionalizar recursos, la nómina se duplicó: la de aquellos "jubilados" que seguirían recibiendo su mismo sueldo aunque ya sin tener que presentarse a sus oficinas, y la de los recién contratados... y aún estaba pendiente la inversión destinada a los juegos, pretexto inicial de este supuesto "recorte".

Grecia cuenta con una de las mayores flotillas de vehículos públicos de la Comunidad Europea. Cada semana reciben bonos de gasolina de los que nadie rinde cuentas ni existe control sobre estos vehículos de modo que sus empleados los usan para pasear a sus familias y amigos. Según la página española libertaddigital.com, durante los feriados griegos y las vacaciones, estos vehículos invadían el sur de Bulgaria donde la moneda local es más débil que el euro: los griegos gustosamente hacían shopping y se transportaban en vehículos gubernamentales, situación similar a ver un vehículo de la Secretaría de Hacienda estacionado en un mall de Houston.

Ahí no concluye la cosa: ¡cada vehículo tenía asignado 50 choferes! No extraña entonces que se atrofiaran rápidamente y las flotillas fueran renovadas en promedio cada ocho meses. A costa del Estado, por supuesto.

El Hospital Evangelismos es uno de los más importantes de Atenas. Libertaddigital reporta que es un hospital donde la mayoría de las enfermeras tienen sus propios escritorios dado su exceso de personal (ni para qué añadir que su servicio es deficiente). Sin embargo este hospital público tiene un "logro sindical" sui generis: cada maceta con 4 arbustos es atendida por 45 jardineros.

Y hablando de corrupción hospitalaria: conseguir un marcapasos en Grecia cuesta 400 veces más que en Londres, y debe usted agregarse a la larga fila que espera su cirugía, si es que para entonces aún sigue vivo.

Sigue el reporte: con un detalle que deja como pigmeos a los miembros de la SNTE, la pensión de quienes murieron hace décadas se sigue cobrando por sus familiares, a veces hasta 4 ó 5 veces, de acuerdo a la Unión Europea; en ocasiones son pensiones de quienes fallecieron en 1953.

Otra aberración burocrática es la de mil euros mensuales que reciben las hijas en edad casadera de aquellos funcionarios gubernamentales ya fallecidos a la que destinan anualmente 550 millones de euros. La pensión era vitalicia, aunque como "consuelo", en el 2010 se emitió un decreto donde dejarán de cobrarla al cumplir los 18 años.

Las jubilaciones tempranas, causa en buena parte de la quiebra actual de Grecia, también dependen de la actividad desempeñada. De acuerdo a una ley aprobada en 1978, cualquier oficio "de riesgo" obliga al empleador a jubilar a sus empleados a los 55 años de edad (50 en el caso de las mujeres). Por ejemplo, si es usted peluquero y se expone a los tintes nocivos, es músico de instrumentos de viento que utiliza excesivamente sus pulmones o presentador de televisión expuesto a la radiación de los micrófonos, fácilmente aplica usted a esa cláusula de retiro aunque todavía le queden tres lustros de servicio activo.

Si usted cree que en México tenemos demasiados organismos inservibles donde reciben sueldo parásitos del presupuesto público, entérese que el gobierno griego tiene contratados a 1.763 empleados para proteger el Lago Kopais. La particularidad es que ese lago se secó en 1930.

El país helénico no escapa a la principal maldición de los países aplastados por la burocracia: la evasión fiscal es gigantesca --casi un 30 por ciento de personas físicas no pagan un solo euro-- pero existen casi un millón de funcionarios griegos para una población activa de 4 millones. Y al igual que en México, al reducido sector productivo privado se le echa encima casi toda la carga del dispendio público.

Los ferrocarriles públicos constituyen otra pesadilla. Más de 66 mil euros anuales percibe cada uno de sus empleados, incluidos los limpiadores y afanadores. El metro de Atenas tiene un costo simbólico por boleto pero anualmente consume 500 millones de euros. Increíblemente, en medio del agravamiento de la crisis griega el pasado julio, el metro de Atenas acaba de contratar a 150 empleados ente ellos 80 "supervisores de vías" (?) y "monitoreos de graffitti", el cual no limpian sino únicamente reportan. Quienes lo remueven reciben sueldo extra.

Y como cereza a este pudín de despilfarro, las instalaciones de la villa olímpica para los juegos del 2004 y que costaron casi 4 mil millones de euros se pudren en el abandono; su financiamiento, a propósito, fue parte de los primeros préstamos que la CCE concedió a Grecia y que, naturalmente, no han sido pagados. En el 2009 un grupo de empresarios propuso adquirir la propiedad para convertirla en un complejo turístico que incluyera hoteles, juegos mecánicos y museos tecnológicos al estilo de Epcot Center.

Es fácil adivinar lo que pasó: decenas de activistas, aliados con los sindicatos, se opusieron furiosos y boicotearon la creación de un "remedo de Disneylandia" que, decían, "agredía la identidad" de la ultranacionalista Grecia --no es casual que la palabra xenofobia venga de ahí, aunque ello no impidió que ese odio a lo extranjero rechazara los euros llegados de Alemania-- por lo que al final el proyecto no despegó y las ruinas de la villa olímpica ya comienzan a ser invadidas por grafitteros y pandilleros.

Segunda pregunta: ¿Quienes son realmente los que hundieron a Grecia? Aquí la respuesta es clara: los propios griegos.

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