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INTERNACIONAL

¿Desde cuando el beisbol,  y las gaseosas son garantes democráticos? ¡Por Dios!

Hasta hace poco, el beisbol lo relacionábamos con una tarde calurosa disfrutando un hot dog, una gaseosa y la esperanza que una bola de foul cayera a las gradas cerca nuestro. Las cosas han cambiado: ahora el comisionado de ese deporte exige echar abajo medidas legislativas aprobadas por un estado soberano, medida seguida por cierta refresquera que, no lo olvidemos, fue la bebida oficial de los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936

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ABRIL, 2021. Con el fin de contrarrestar el mensaje que George Orwell había dejado en claro en su novela 1984, las universidades europeas y norteamericanas echaron a rodar el "verdadero Hermano Mayor", representado no en un Estado totalitario sino en la acumulación de poder de los grandes corporativos, por entonces llamados trasnacionales.

Cuatro décadas más tarde, y cuando el suprapoder de esos conglomerados se ha convertido en cómplice para limitar la libertad de expresión, esos mismos catedráticos, o sus correligionarios que heredaron sus puestos, han dejado de responsabilizarlos y en su lugar acuden, pero cómo no, a denunciar el "privilegio blanco", cuando los propietarios de esos monstruos, llámense Jeff Bezos (Amazon), Mark Zuckerberg (Facebook) o Jack Dorsey (Twitter) no pertenecen precisamente a lo que la ziquierda norteamericana llora como "los oprimidos" de la sociedad de ese país.

Ante esa situación, y como estos conglomerados están suprimiendo toda opinión que vaya en contra del "discurso progresista", esos megaconsorcios han dejado de ser los villanos de 1984 que entonces se denunciaban en las universidades de Estados Unidos.

A esos megaconsorcios se han unido también la federaciones deportivas: la NBA ha permitido que se coloquen sobre el entarimado las siglas de Black Lives Matter mientras la NFL y Nascar han realizado movimientos similares.

Pues bien, la Major League Baseball (MLB) también ha puesto su granito de vergüenza al asunto.

Hace una semana Robert Manfred, comisionado de la Major League Baseball, anunció que esa organización "retiraba" el Juego de Estrellas a celebrarse en Atlanta en julio en el estado de los Bravos. ¿La razón? Una ley electoral aprobada por los legisladores de Georgia donde se exigirá identificación a los votantes que enviaran su sufragio por correo y prohíbe que se proporcione agua en las filas de espera por parte de los "samaritanos" que la ofrecían a cambio de votar por determinado candidato.

Dado que existen sólidas evidencias de que hubo un enorme fraude electoral en Georgia el pasado noviembre que además de la mayoría en el Senado le dio a los demócratas los votos necesarios para decidir la elección presidencial, los legisladores republicanos de esa entidad donde también tienen la gubernatura, optaron por aumentar los requisitos para evitar que el próximo proceso electoral vuelva a ser manipulado. Pero para el comisionado Manfred, eso constituye un acto de "racismo", de manera que el clásico se efectuará en el estadio de los Rockies, en Denver, Colorado.

No solamente el comisionado, súbitamente convertido en garante de la democracia y la equidad en un área que nada tiene qué ver con transferencias de jugadores o lanzamientos de tirabuzón. Asimismo la aerolínea comercial Delta anunció su intención de suspender los vuelos a ese estado en caso que la ley electoral aprobada no sea echada para abajo al tiempo que Coca-Cola, cuya sede está en Atlanta, en voz de su gerente general James Quincey, anunció su oposición a lo que llamó "ley que atenta contra el libre derecho de las minorías raciales". Hasta el momento ningún "periodista" liberal ha cuestionado el hecho de que Quincey, como ciudadano británico viviendo en Estados Unidos, esté opinando sobre asuntos internos.

La MLB, Coca Cola y Delta denuncian que el solicitar identificación a un votante que lo haga por correo constituye un "acto racista". La doble moral en este punto da ganas de volver el estómago: Hay estadios de beisbol que exigen identificación a los aficionados y en todos ellos se pide el mismo documento para comprar cerveza aun si se trata de treintañeros o cuarentones. Del mismo modo, todo pasajeros que aborda una aeronave de Delta tiene que presentar identificación; igualmente, durante la última convención de la Coca-Cola, todos los asistentes tuvieron que presentar un documento oficial para comprobar su identidad. ¿Que acaso eso no constituye un acto racista, el pedir a alguien que se identifique?

La supuesta indignación de estos megaconsorcios deja dos interrogantes: uno ¿desde cuándo el comisionado de una liga de beisbol no solo se mete sino que presiona a un estado soberano para que revoque una legislación apoyada por la mayoría de los votantes de ese estado?

¿Qué sigue, negarse a ofrecer abonos a los aficionados que se sepa han votado por los republicanos, rehusar servicio a los pasajeros que se compruebe votaron por Donald Trump o dejar se repartir "cocas" a aquellos establecimientos donde se sabe que los dueños son de tendencia conservadora?

Por supuesto que la MLB no encuentra nada de malo ni criticable en sus tratos con la dictadura cubana ni con el gobierno chino y la promoción del beisbol en ese país, que incluye posibles partidos de exhibición. Y por lo visto Delta tampoco ve nada de censurable en que el estado de Nueva York, gobernado por los demócratas, igualmente exija identificación a los votantes, ni a la Coca-Cola, que recientemente metió por el cogote a sus empleados peroratas sobre el racismo y el "privilegio blanco", tampoco angustia gran cosa que la población negra, tradicional consumidora de "cocas" en Estados Unidos, ostente el más alto número de diabéticos, muy por encima de la población de origen blanco, asiático o latino.

Por cierto, que rápido olvidó la alta gerencia de la Coca-Cola que ésta fue la bebida oficial durante los Juegos Olímpicos de 1936 celebrados en Berlín (ver articulo y foto aquí), del mismo modo que la famosa bebida Fanta, fue primero comercializada en la Alemania nazi. Pero no: quienes aprobaron la ley electoral en el estado de Georgia son los racistas, no quienes hicieron migas directamente con Goebbels ni con Goering.

Conforme avance la temporada de beisbol veremos si los aficionados le siguen el jueguito al comisionado y siguen asistiendo a los estadios como si nada. Aunque como hemos visto en otros casos, el convertirse en woke ha llevado a muchas megamepresas a tener pérdidas económicas gigantescas. Estaremos al pendiente si se da un ponche a este decisión hipócrita tomada por la MLB. Lástima que un deporte tan hermoso y perfecto esté hoy en manos de hipócritas e inescrupulosos.

 

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