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INTERNACIONAL
Andrew Cuomo:
inepto, corrupto y desalmado... pero la culpa es de Trump
El
estado de Nueva York tiene el mayor número de contagiados por la
megapandemia en todo Estados Unidos y registra un altísimo número de
muertes de pacientes de la tercera edad. Ello se debió a una
decisión del gobernador Andrew Cuomo la cual, más que incompetencia,
parece ser premeditada. ¿Serán capaces los habitantes de ese estado
de reelegirlo pese a estos aberrantes antecedentes?
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FEBRERO, 2021.
Ya se está convirtiendo en lugar común mencionar la podredumbre de
los políticos demócratas, pero al hablar de miseria humana, el
gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ha roto todo límite.
Ensoberbecido por el poder --aunque algunos dicen que a consecuencia
de los serios desórdenes mentales que padece-- Cuomo ha alcanzado
niveles que no exageraríamos en clasificar como "caligulescos". Las
recientes declaraciones de una colaboradora cercana suya dejan claro
que este político, hijo de Mario Cuomo, quien fuera gobernador de
Nueva York durante buena parte de los 80, carece de entrañas y
demuestra hasta dónde llega el odio desbocado, incontrolable, hacia
un rival político.
La cloaca se ha destapado al punto que incluso varios legisladores
demócratas de ese estado lo acusan de mentiroso y de haber ocultado
información que costó la vida, se estima de por lo menos 3 mil
personas mayores algo que esos políticos sabían desde hace rato pero
no dijeron nada para no darle munición al entonces presidente Donald
Trump.
La corrupción entre políticos es cosa normal y la gente ya no suele
escandalizase, incluso en países como Estados Unidos, pero no tanto
como llegar al punto de la maldad y la insensibilidad. En tal
sentido Andrew Cuomo tomó decisiones que lo convierten en un
multihomicida; naturalmente, la prensa que tanto lo ha apapachado
sigue desdeñando el asunto, con excepción del New York Post,
que ha exhibido varias de las corruptelas de Cuomo.
La industria del entretenimiento también comparte esa admiración al
darle un Emmy por haber ocultado información durante los momentos
más duros de la pandemia. Y no olvidemos que su hermano Chris Cuomo
es "periodista" de CNN y quien quiso hacer creer a los espectadores
que padecía COVID y estalló en furia cuando alguien lo llamó
"Fredo", esto en relación a un personaje de la película El
Padrino y que padecía deficiencias mentales.
Irónicamente, este escándalo fue destapado no tanto por una
investigación periodística sino por la declaración de Melissa
deRosa, ayudante cercana del gobernador Cuomo, quien en una
declaración lamentó que esta situación hubiera ocurrido y pidió
perdón, no a las familias que perdieron a sus seres queridos en este
multihomicidio premeditado, sino a sus colegas demócratas.
Como se sabe, al darse la voz de alarma sobre la pandemia en marzo
del año pasado, el estado de Nueva York ordenó un confinamiento que
en principio iba a durar tres semanas. Por ese tiempo llegó a las
costas de Nueva York un buque hospital equipado con enfermeras,
médico y material para tratar los casos de Covid pero el gobernador
ni siquiera lo tomó en cuenta y lo obligó a zarpar.
Más adelante se ofreció un centro de convenciones acondicionado para
recibir a los contagiados pero de nueva cuenta el gobernador Cuomo
rechazó la oferta. En vez de ello, ordenó que las personas a quienes
ya se les había detectado Covid fueran reunidas y enviadas a los
asilos de la ciudad de Nueva York. Cuando se le cuestionó que esa
medida sería contraproducente, Cuomo alegó que todo era una "campaña
de mentiras" y responsabilizó a sus críticos, faltaba más, de ser
cajas de resonancia del entonces presidente Trump.
Y efectivamente, en los días siguientes el número de contagiados en
Nueva York se disparó en forma alarmante en esos asilos, que hasta
entonces se habían mantenido aislados al acceso externo y por tanto
el número de enfermos era bastante bajo. Cuando los nuevos huéspedes
ya infectados de Covid llegaron a estos asilos -muchos de ellos
jóvenes y adultos-- la pandemia de salió de control en la ciudad de
los rascacielos.
Dado que el sector poblacional de la llamada tercera edad es el más
vulnerable a los efectos del Covid, durante los siguientes días por
lo menos 300 asilados de edad avanzada fallecieron pese a que antes
de la "invasión" de los asilos se encontraban relativamente en buena
salud.
Esta criminal irresponsabilidad comenzó a ser la comidilla dentro
del ayuntamiento de Nueva York, pero conforme avanzaba el número de
contagiados, el gobernador y su entonces escudero
Bill
deBlasio decretaron medidas aún más draconianas
hacia el sector productivo, en especial la industria restaurantera,
una manera infantil de bajar por otros medios el número de
contagiados que se disparó tras la idiota decisión de llenar los
asilos con enfermos por Covid.
Para septiembre, mientras el gobernador hablaba tonterías y
desavenencias familiares con su hermano Chris en CNN y era aplaudido
por celebridades como el cantante
Billy Joel
y la actriz Barbra Streisand, la situación había tomado un giro
tragicómico pues las cifras de fallecidos que proporcionaba el
gobierno estatal no coincidían con lo que estaba viendo la
población.
Un reportero del periódico The New York Post, refirió que las
autoridades del gobierno de la ciudad le negaron cotejar las actas
de muertos a consecuencia del Covid en la ciudad. La única verdad
que debería permanecer era la autorizada por el gobernador Cuomo.
Cuando el presidente Trump anunció que iniciaría una investigación
en torno al asunto, según DeRosa, el gobernador Cuomo ordenó
esconder los datos y desviar la atención, para variar, al malvado
Orange Man Bad Trump. "Estamos haciendo todo lo posible por
bajar la pandemia", dijo Cuomo a la cadena ABC, "lo que menos
necesitamos son las declaraciones del presidente que buscan
desviarnos de nuestro propósito".
Pero si lo que estaba ocurriendo era ya conocido por la mayoría de
los neoyorquinos, incluidos los demócratas, ¿por qué nadie denunció
al gobernador Cuomo? Era año electoral, naturalmente, de ahí que la
colaboradora DeRosa dijera que Cuomo ordenó esconder los datos "para
impedir que pudieran ser empleados para perjudicar la campaña
presidencial demócrata".
¿Pero el gobernador Cuomo ha aceptado su culpa? De ningún modo.
Sigue echando la culpa a "una campaña de desprestigio" y a "teorías
conspiratorias sin fundamento", y asegura que no tiene "intención
alguna" de renunciar a la gubernatura. Y sigue culpando a Trump,
naturalmente, pese a que este dejó el poder hace casi un mes.
Se estima que 13 mil personas murieron a causa de esta decisión del
gobernador Cuomo. Pero la prensa que tanto lo ha consentido parece
no interesarle mucho el asunto y en cambio sugieren, como lo hizo
recientemente el diario Daily News, que un 54 por ciento de
los ciudadanos en ese estado tienen una buena imagen de Cuomo, un
nivel que estaría garantizando su reelección.
Pero finalmente las cosas se encaminan a que el Departamento de
Justicia iniciará una investigación. Un punto a favor es que más de
una cuarta parte de los congresistas demócratas en ese estado
repudian a Cuomo. Incluso su enemistad con el alcalde DeBlasio ya es
asunto conocido.
Cuando el estado de Nueva York aprobó en noviembre del 2019 la
aplicación del aborto aun en la última etapa de gestación, el
gobernador Cuomo señaló en un programa de TV que algo importante
"era que el bebé estuviera cómodo (sic)" antes que se aplicara la
"cirugía", declaración que lo convierte en un Herodes de la vida
moderna. Es lamentable que, hasta ahora, los habitantes de Nueva
York comiencen a ver que han sido gobernados por un monstruo".
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