fasenlínea.com

Análisis, comentario Y Demás

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otros textos de Medios

La prensa liberal norteamericana, de ejemplar a porquería absoluta

Sí, Netflix también es cómplice de la censura PC

Idiotez tóxica cortesía de un megacorporativo

Stan Lee, el cómic tras su llegada ya nunca fue el mismo

De plataforma de denuncia a Torquemada a cibernético, el #MeToo comienza a desmoronarse. Ojalá sea rápido

 Archivo

 

 

 

 

 

MEDIOS/Series

¿Así que Chernobyl fue una serie anti Trump? Habrase visto

¿Una serie de TV que denuncia la torpeza, la corrupción y la podredumbre moral del régimen soviético? Chernobyl se convirtió en una de las emisiones más exitosas de la TV por cable, pero aparentemente sus productores buscan imbuir entre los televidentes analogías Rusia-Trump que solo han existido en sus cabecitas

Versión impresión

JUNIO, 2019. Para sorpresa de sus productores y de la cadena HBO, Chernobyl se convirtió en la serie más exitosa de esa cadena en lo que va de la década, apenas unos pasos atrás de Games of Thrones, que también acaba de concluir. El primer episodio se transmitió el 9 de mayo y rápidamente comenzó a escalar en el rating de los canales de cable. También se convirtió en hit en otros lugares, sobre todo en Ucrania, donde ocurrió aquel desastre nuclear en 1986; los episodios fueron bajados ilegalmente de la red y distribuidos por todos lados; la popularidad de Chernobyl fue tal que Rusia anunció que produciría "su propia versión" en torno a lo que realmente ocurrió en Chernobyl pues, aparentemente, la fuga del reactor se debió a un "sabotaje! de la CIA (?) para desacreditar --ya lo dijo alguna vez el otrora sovietófilo Noam Chomsky, "el uso de la energía nuclear con fines pacíficos".

Siendo honestos, ¿qué se puede esperar de un país donde una reciente encuesta arrojó que el 55 por ciento de los rusos creen que la llegada del hombre a la Luna fue una pantomima y más de la mitad de los jóvenes manifiestan sentir admiración por Stalin?

Lo cierto es que Chernobyl constituye una sorpresa; ni el cine ni la TV norteamericanas se han preocupado gran cosa por denunciar las atrocidades ocurridas por el oso soviético; solo se atrevieron a criticar a Stalin cuando éste ya había caído de su pedestal. De hecho en los 80 hubo una película llamada Moscú en el Hudson, estelarizada por Robin Williams donde un tipo harto de vivir en la URSS pide asilo durante una visita a Nueva York. Obviamente hubo una campaña para que se prohibiera la exhibición  de esa película, la cual seguramente jamás vieron pues el personaje paulatinamente fue sufriendo la desilusión de vivir en los Estados Unidos al punto que al final se intuye que comienza a extrañar no solo a su amada sino la vida en la URSS (y por si quedaran dudas, el mismo Williams desdeñó a quienes acusaban a Moscu en el Hudson de ser propaganda capitalista: "Ni el director ni nadie tuvimos esa idea en la cabeza", dijo cuando lo entrevistaron.

Quienes han visto la serie --en especial aquellos que fueron directamente afectados-- celebran la exactitud tanto histórica como cronológica de los hechos, y más aun la manera en que se denuncia la corrupción con la que se manejó la fuga del reactor, cómo se dio preferencia a las familias de los altos burócratas para que pudieran salir primero del área, cómo el gobierno soviético infantilmente trató de minimizar las consecuencias y en apenas unas horas construyó un miniparque de diversiones, con todo y rueda de la fortuna, como distractor, cómo las agencias informativas oficiales durante tres días consecutivos llamaron "pequeño incidente" a la fuga del reactor y cómo las autoridades forzaron a los empleados de la planta a trabajar pese al mortal peligro al que estaban expuestos y cómo se entregaron cientos de miles de máscaras antigás entre la población diciéndoles que se trataba de un "simulacro" para no alarmarlos (aunque al final, dado que se trataba de una fuga radioactiva, las máscaras de gas no sirvieron absolutamente de nada).

Algunos testigos más recordaron --algo que la serie "omitió"-- que durante ese periodo esos días cruciales la TV local transmitió sin cesar dibujos animados y musicales ¡en inglés!, supuestamente prohibidos en la URSS, con el fin de mantener a los preocupados habitantes pegados a sus aparatos y de cómo las autoridades, en lo que más bien parece un acto criminal premeditado, ocultaron la información al resto del mundo hasta que la "nube" fue detectada en la frontera con Finlandia.

Quienes han visto la serie manifiestan que en ningún momento se critica el sistema político imperante en aquel momento y que la culpa va dirigida más a la ineptitud burocrática, a la lucha intestina por el poder entre las autoridades locales y al modo en que el asunto se le salió de las manos a Mijail Gorbachov, quien intentó hasta donde pudo ocultar los efectos de la fuga pues ya tenía aspiraciones en es momento para conseguir el Nóbel de la Paz (que de todos modos recibió, para muchos inmerecidamente, en especial porque la tragedia de Chernobyl costó más de 500 vidas, dejó inutilizables las  tierras locales por 5 mil años y todavía hoy cientos de sobrevivientes que padecen cáncer y en unos años morirán como producto de estar expuestos a las radiaciones.

Días antes de concluir la serie, el escritor Stephen King, quien manifestó estar "apasionado" por la serie, publicó un tuit donde escribió: "Es imposible ver Chernobyl en HBO sin pensar en Donald Trump; como aquellos a cargo del reactor ruso (Trump) es un hombre de mediana inteligencia con un gran poder (económico, mundial) que no logra entender". A las pocas horas un tal Craig Mazin, autor del guión de Chernobyl, respondió a King: "En primer lugar, le agradezco que esté viendo la serie. en segundo lugar, me complace que esté viendo la serie con sagacidad... no que hubiera alguna duda de ello", con lo cual Mazin daba la razón total al afamado novelista.

Pero la verdad' ¿qué conexión podría existir entre la fuga de un reactor en los años 80 con el actual presidente norteamericano? ¿Acaso Trump fue un consejero de Gorbachov, era accionista de la planta o alguna de sus empresas estuvo a cargo de su construcción? ¡Ah, claro! Seguramente Mazin escribió el guión --por lo demás con una estructura argumental muy bien hecha-- a manera de denunciar las supuestas componendas de Trump con Vladimir Putin... ¿Qué otra cosa podrá ser?

Naturalmente que es una analogía totalmente absurda, tanto así apenas una mínima parte de los telespectadores que vieron Chernobyl se les ocurrió pensar que en realidad estaban presenciando una denuncia contra Trump. Y es que semejante analogía es tan ridícula como si un día se filma una serie sobre Robespierre y los productores esperaran que los televidentes concluyan que en realidad están viendo una denuncia contra la líder derechista francesa Marine Le Pen.

Por otro lado, quienes han visto la serie en inglés señalan que los actores no hablan con acento ruso sino norteamericano, incluido el actor que interpreta a Mijail Gorbachov, situación que inevitablemente quita realismo a la historia.¿Imaginamos al Inspector Closeau de Peter Sellers expresándose con acento de Queens? Aparentemente ello se debe a la "nueva política" que busca "erradicar estereotipos" en el modo de hablar de los personajes cuyo idioma natal no es el inglés lo cual, naturalmente, representa una tontería absoluta.

Como lo es, por supuesto, la analogía que los guionistas y productores de Chernobyl buscan imbuir a sus televidentes. Increíble cómo gente tan talentosa pueda llegar a conclusiones (y deseos) tan idiotas.

 

Textos relacionados

Chernobyl,  lo que hasta hoy se va sabiendo [Agosto, 2016]

 

 

 

 

Su enfermiza obsesión anti Trump ha convertido a los principales medios de comunicación de Estados Unidos en el hazmerreír luego que la supuesta colusión con Rusia resultó ser un mero chisme de vecindad. Su prestigio de otrora se hundió en el fango más apestoso, con lo que han logrado el efecto contrario al que buscaban: fortalecer la imagen del presidente

 

 

 

La prensa liberal norteamericana, de ejemplar a porquería absoluta

Su enfermiza obsesión anti Trump ha convertido a los principales medios de comunicación de Estados Unidos en el hazmerreír luego que la supuesta colusión con Rusia resultó ser un mero chisme de vecindad. Su prestigio de otrora se hundió en el fango más apestoso, con lo que han logrado el efecto contrario al que buscaban: fortalecer la imagen del preside

 

 

 

¿Desea opinar sobre este texto?

[email protected]

[email protected]  

0 opiniones