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007, el espía que sonrió

Quizá Roger Moore no sea el James Bond preferido de los fans, pero sí fue uno de los más taquilleros y alguien que le impuso al personaje una identidad muy definida. En este libro parte biografía, aprte recuento del agente, el resultado viene a ser una edición vital para coleccionistas

Bond... James Bond
Roger Moore
Grupo Editorial Tomo/2012


ENERO, 2013. Aunque los fans de James Bond están lejos de considerarlo como el mejor, o al menos el más competente, lo cierto es que en términos económicos, Roger Moore tuvo el mejor desempeño después que Sean Connery hasta que fue desplazado por Daniel Craig. Las siete películas en las que Moore participó fueron hits taquilleros, cada una con mayor recaudación que la anterior. Hay un hecho innegable: el público adoraba al Bond de Roger Moore, y ésta es quizá una causa de peso para que se sintieran extraños ante Timothy Dalton, su sucesor. 

¿Y por qué lo adoraban? Por las mismas razones que los críticos dejaron de tomar en serio a James Bond por mucho tiempo: las dosis de humorismo, un espía que rara vez de despeina y quien llega a matar, sí, pero solo cuando es necesario, y muchas veces seguido de un comentario sarcástico, como cuando invita al villano Drax a que dé "un gran paso para la humanidad" antes de arrojarlo al espacio o cuando a Chang, su guarura, le advierte "tócala de nuevo, Sam" luego que lo deja caer sobre un piano.

De todos los James Bond, Moore es el que siguió más apegado a EON Entertainment, la productora que Michael G. Wilson y Barbara Broccoli heredaron de Albert R. Broccoli, el magnate que falleció en 1997. También es Moore el primero en escribir un libro sobre el 50 aniversario de la lucrativa saga. Esta no es una biografía, tampoco un recuento frío de todas las películas; podríamos resumirlo como si un día Moore se sentara frente a nosotros, comenzara a mostrarnos fotos de las películas y a contarnos anécdotas. Es un libro a título personal de Moore, Roger Moore.

Y por supuesto que es indispensable para todo aquel que se considere fan de la saga. Incluye decenas de fotos exclusivas, buena parte de ellas de la colección personal de Moore, con una calidad de impresión de primera, en lo que comúnmente llamamos edición para coleccionistas.

Moore cuenta todo en primera persona, sus inicios como, dice él, "actor luchón", que aparece en la cinta de corte medieval Ivanhoe hasta que consigue en 1964 un estelar en El Santo, serie de televisión que en cierto modo era una respuesta, bastante discreta, al James Bond que ya triunfaba en el cine. En 1967 corre el rumor de que Connery está harto de su personaje y que piensa abandonarlo una vez que se estrene You Only Live Twice. Broccoli y su socio Harry Saltzman se contactan con Moore pero éste aún sigue atado a la serie. Cuando terminan ese y otros compromisos en 1972, Moore da su firma como el nuevo James Bond, momento que recuerda así: "[T]omé mi guión, me dirigí a la página uno y, haciendo caso omiso de El Maestro, Noël Coward, me preparé para 'aprender las líneas y no chocar con el mobiliario'. Supongo que hice algo bien, ya que desde entonces, hasta que terminamos de grabar mi séptima aventura de Bond, trece años después, la gente fue a ver las películas y me mantuvo en un trabajo remunerado".

Aparte de remunerado, el ser Bond le permitirá viajar a varios países; en India, dice "el calor era infernal y la comida poco apetitosa", en Tailandia le advierten durante la filmación sobre unos canales, que si cae al agua "cierre la boca al máximo y evite ingerirla" dada la gran suciedad que acarreaba, en Berlín debe fingir que cruzará hacia el sector oriental, en París son tantos los "mirones" que impiden la filmación hasta que se decide hacerlos parte del elenco aunque no faltó el vivo que luego quiso cobrar "honorarios" por haber utilizado su imagen en la película, en España se la pasa bastante bien, en Egipto también hace exasperante calor y hay mucha desorganización aunque finalmente la película sale bastante bien. Pero donde se sintió como en casa fue en San Francisco, y es ahí donde se decide exhibir la premiere mundial de A View to a Kill en 1985, la última película donde asumió el estelar.

¿Los villanos? También hay opinión de Moore: Kurt Jorgensen, Karl Stromberg en La Espía que me Amó, "uno de los adversarios más carismáticos", de Michael Lonsdale, Drax en Moonraker, "hizo a un villano algo flojo pero a la vez espectacular", y Scaramanga (Christopher Lee), "nos conocíamos y habíamos trabajado juntos hace años... me gustaba hacerle bromas en el set sobre su papel de Drácula". Sin embargo los mejores comentarios los dedica Moore a Richard Kiel, más conocido como Mandíbulas y quien es el único que aparece en dos películas y en la última se reivindica. "Gran compañero, excelente trabajar con él..."

A Moore le toca una época en la cual el sexo aún es despreocupado, algo que permite a su personaje regocijarse con por lo menos tres chicas por película aunque, advierte, "la que se va a la cama con Jim en el primer rollo morirá antes del fin de la película, se los digo pero no entienden". Con Timothy Dalton, su sucesor, las cosas cambiarán algo que, acepta el actor, "quitó interés a muchos espectadores, pero eran los días del sida y había que reflejarlo en la pantalla". Otro detalle: en ninguna de las cintas estelarizadas por Moore éste pide un martiní "agitado, no revuelto" ni tampoco maneja un Aston Martin, algo que considera era exclusivo de Sean Connery. Y como acotación: al Bond de Moore le toca matar a la bella Caroline Munro, quien pilotea un helicóptero, siendo la primera vez que el agente mata a una mujer; la segunda ocurrió con Pierce Brosnan, quien de un balazo liquida a Elektra King (Sophie Marceau).

El estilo desenfadado de Moore, respaldado por una brillante traducción, hacen de Bond... James Bond, una lectora interesante, aunque el actor a veces cae en el exceso de hacerse el chistocito. Como parte del medio siglo de existencia del superagente en el cine, es lectura de plano indispensable, incluso ya por las fotografías mismas.



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