ANEXO
32
FRECUENCIA
DECLARADA DE VIOLENCIA DOMÉSTICA: ENCUESTRA INTERSECTORIAL DE MUJERES EN
CONSULTAS DE MEDICINA GENERAL
('Reported
frequency of domestic violence: cross-sectional survey of women attending
general practice')
Autores:
Fiona Bradley y otros.
Department
of Community Health and General Practice, Trinity College Centre for
Health Sciences (Dublin, Irlanda).
Publicado
en British Medical Journal, 2 Febrero 2002; 324: 271-4. Direcciones en
Internet:
Resumen
Estudio
llevado a cabo para determinar el riesgo de violencia doméstica a manos
del compañero o esposo mediante una encuesta aplicada exclusivamente a
mujeres que acudieron a
consultas de medicina general. En 1996, los autores invitaron a participar en el
estudio a 464
consultorios de medicina general, de los que
aceptaron 34, siendo finalmente elegidos 22 consultorios. Entre marzo de
1996 y mayo de 1997, cada consultorio recopiló datos durante dos semanas.
De un total de 4134 pacientes, se repartieron cuestionarios a 2615 (63%),
y se obtuvo respuesta de 1871 pacientes. Se excluyó a las pacientes que
no habían mantenido nunca relaciones de pareja o que no facilitaban datos
al respecto. La cifra restante, 1692 mujeres, constituyó la muestra para
el estudio.
Resultados
- El
39% de las pacientes habían experimentado alguna vez en sus vidas uno
o varios episodios de violencia. Los tipos de agresión más
frecuentes consistieron en "puñetazos o puntapiés en las
paredes o en los muebles", "gritos y amenazas a los niños"
y "agarrones y empujones" por parte del compañero.
- Esas
formas de violencia sólo fueron frecuentes entre el 4% y el 6% de los
casos, según la figura 1 que acompaña al estudio, y raras u
ocasionales en los demás casos.
- El
10% declararon haber sufrido en alguna ocasión algún tipo de
incidente más serio (golpes, patadas, sofocación).
- El
9% declararon haber sido en alguna ocasión "obligadas a mantener
relaciones sexuales" ("forced to have sex"), aunque en
el estudio no se define el grado de coacción.
- Asimismo,
se considera violencia doméstica el hecho de que su pareja haya
"solicitado relaciones sexuales cuando usted no tenía ganas"
("demanded sex when you didn't want it"),
comportamiento del que se sintieron "víctimas" el 16% de
las pacientes (figura 1).
- Los
porcentajes más elevados de maltrato se refieren a lo que en el
estudio se denominan "comportamientos de control"
(controlling behaviour), consistentes en actos como "gritar o
chillar", "criticar", "humillar ante otras
personas", "limitar su vida social", "escatimarle
el dinero", etc. Con arreglo a esos parámetros:
- El
69% de las pacientes declararon haber sido víctimas de
comportamientos de control por parte de sus parejas.
- En
el 54% de los casos, el maltrato resultante de esos comportamientos
había consistido en que los compañeros habían "gritado o
chillado" ("shouted or screamed") a las mujeres.
- En
el 49% de los casos, el maltrato consistió en que las mujeres
recibieron críticas ("being criticised") de sus parejas.
- Según
la figura 2 del estudio,
esos comportamientos de control nunca
fueron frecuentes en más del 10% de los casos; en el restos de los
casos fueron raros u ocasionales.
- Además,
un 28% de las mujeres declararon que en alguno momento de sus
relaciones presentes o pasadas habían sentido temor ("feeling
afraid") de sus parejas.
Análisis
Los
autores indican repetidamente que los comportamientos de control suelen ir
asociados a los episodios de violencia. Es decir, que es más frecuente
que se lancen "gritos o chillidos" o se hagan "críticas"
en los mismos contextos en que existan "puñetazos o puntapiés en
las paredes o en los muebles", "gritos y amenazas a los niños"
y "agarrones y empujones" por parte del compañero, por que
recomiendan que se pregunte a las mujeres "si temen a sus
parejas".
Los
autores reconocen que la encuesta se aplicó en un contexto de
consultorios voluntarios, y no a un grupo aleatorio de mujeres, y que su
enfoque epidemiológico puede dar resultados sesgados.
Por
último, los autores recomiendan que en los consultorios de medicina
general se pregunte sistemáticamente a las mujeres acerca del temor que
puedan sentir hacia su compañero y los comportamientos de control que éste
ejerza sobre ellas, como métodos válidos para detectar la violencia
doméstica.
("…asking
women about fear of their partner and controlling behaviours
may be an acceptable and effective way of identifying those who
are experiencing domestic violence")
Valoración
El
lector ya se habrá ido percatando de que el estudio, a pesar de las
dimensiones de su muestra y del prestigio de las instituciones que lo han
patrocinado y de la revista en que se ha publicado, adolece de graves
defectos que hacen irrelevantes sus conclusiones. Por ejemplo:
-
Se
aplicó únicamente a mujeres, pero no a hombres. Sin duda, éstos
habrían declarado, como víctimas, niveles similares de
"gritos", "puñetazos en las paredes",
"agarrones y empujones", etc.
-
Se
aplicó en un contexto inapropiado: personal médico voluntario y tal
vez "predispuesto" a obtener determinados resultados y
"elegir" las pacientes idóneas para la encuesta (recordemos
que la invitación inicial se envió a 464 consultorios, y que sólo
34 respondieron positivamente; recordemos asimismo que en los 22
consultorios finalmente elegidos sólo se entregaron cuestionarios a
2615 pacientes, de un total de 4134).
-
Se
aplicó a una muestra inapropiada (personas enfermas, personas con
problemas, personas con determinado estado de ánimo, etc.), no a un
grupo elegido al azar.
-
Deliberadamente,
se buscó inflar lo más posible los índices de violencia
"contra la mujer", y para ello:
-
En
la definición de violencia se incluyeron comportamientos
triviales.
-
Se
investigó únicamente a la mujer como víctima de esos
comportamientos.
-
De
ese modo, se lograron "altos niveles de violencia" y únicamente
de "violencia contra la mujer".
- Por
último, una vez creada esa falsa atmósfera de universal violencia
contra la mujer (recordemos que el estudio consiguió levantar el listón
hasta el 69% de las encuestadas), se pidió la introducción de las
preguntas sobre violencia contra la mujer en la práctica ordinaria de
la medicina. Es decir, en el marco ideal previsto por los autores,
cuando una mujer acuda al médico con un problema de salud general, lo
normal debe ser que el médico le espete: "Señora, ¿tiene usted
miedo de su marido?"
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