La
Madre: La Paz de Dios Padre
Todopoderoso, esté con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Madre.
La Madre:
Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
La
Madre:
Una vez más hijo mío he llegado
hasta tí y hasta ellos hijo mío. He venido a este lugar porque como tú
bien dijiste, éste es mi lugar, y también el tuyo hijo mío; y he venido
a mi lugar para estar con vosotros hijos míos...
(PUBLICO:
Gracias Madre.)
Y para hablaros, porque sé
que mis hijos necesitan mi palabra, y Yo necesito sus almas para que
lleguen hasta el Padre. Yo quiero
que mis hijos sean grandes, pero también pequeños. Hijo mío, el
Mundo ha cambiado mucho, pero ha cambiado para mal. Ya no es como
hace tanto tiempo hijo mío:
Antes, el Cuerpo de mi
Sagrado Hijo se tomaba de rodillas hijo mío, y
ahora hay almas que lo toman de pie y con la mano hijo mío.
«Nadie es digno de tocar al Señor Jesús, mi
Hijo, nada más que el que tiene las manos consagradas para tocarlo.
Nadie es digno que ante su presencia esté de pié. Un pecador hijo mío
se arrodilla delante de su Dios para pedirle perdón y tomarlo, para que su
alma esté limpia.»
Ya pocas
almas son así hijo mío. Antes se oraba al Señor;
ahora ya nadie sabe quién es el Señor. Nadie ha
querido seguir el camino señalado hijo mío, y muchas almas han querido
seguir el camino del Mundo: sus vicios y errores. Todo es de Satán hijo mío. Nadie ha
querido seguir la verdad.
Y si así ha sido, han sido pocas almas hijo mío,
por eso Dios está triste y enfadado con sus hijos, porque nadie ha
cumplido su palabra y quien la ha cumplido lo ha hecho de corazón, pero
son pocas almas. Este es mi
lugar hijo mío y también el tuyo. Aquí estaré siempre con mis
hijos...
(PUBLICO: Gracias Madre.)
Para demostrarles
que sigo queriendo a mis hijos, a todos igual hijo mío. Pero Yo quiero que
las almas sean grandes y también pequeñas hijo mío. Hay almas hijo mío,
que intentan ser más que tú, pero hijo mío, más que tú sólo es Dios, y
nadie puede ser Dios, porque nadie es perfecto.
Sé fuerte
hijo mío y enséñales a caminar por esos caminos que llegan hasta el Padre,
que ellos lo ven tan difícil, pero confiando en el Padre, todo es
fácil.
Tú ya lo has dicho hijo mío: ”Confiando en el Padre todo es
bueno.” Y
así es hijo mío: Dios sólo castiga a aquél que
se ha burlado de El, o merece su castigo y premia a aquél que ha
cumplido con El, y merece ser premiado.
Así
es Dios, Justo y severo, hijo
mío. ¡Pedidme
hijos míos!
PUBLICO:
¡Madre!
La Madre:
¡Dime!
PUBLICO: Soy tan feliz Madre desde que pisé esta tierra, que mi vida ha cambiado,
no viviré lo suficiente Madre para agradecértelo; Tú ya sabes porqué te lo
digo Madre, gracias.
La Madre:
Tú sé fuerte hija mía, porque pocas almas hay como tú,
y pocas almas hay que llegan hasta aquí para demostrar su amor hacia
Dios. Cumplid con todo lo dicho por Dios, pero tened cuidado,
también hay falsos profetas, que intentan
confundir:
”Lo harán tan bien que os
engañarán.”
Pero pedidme consejo a mí, que Yo os lo
daré. ¡Seguid pidiendo!
PUBLICO:
¡Madre!
La Madre:
¡Díme!
PUBLICO:
Yo te voy a
pedir, que cuando me pongo a hablar de Tí, Tú me dirijas mi palabra Madre
mía, para que ninguna te ofenda y sea de tu agrado, lo que yo pueda decir
a esas almas que lucho con ellas, Madre mía...
La Madre:
Tú confía en el Dios-Yahvé, hija mía; confía y verás que todo
es fácil, pues para confiar en Dios hay que amarle, pero de corazón.
¡Seguid pidiendo!
PUBLICO:
¡Madre!
La Madre:
¡Díme!
PUBLICO:
Te amo de corazón, eso Tú lo sabes, pero yo hago lo que puedo, no sé si
hago bastante, o si pecaré en falta alguna vez; perdóname si no hago lo
que tenía que hacer.
La Madre:
Cumplid con lo dicho y acordaos que
todo aquél que propague mis mensajes será premiado
en el Reino de los Cielos.
(1)
¡Seguid
pidiendo!
PUBLICO: Madre mía, hay veces que
quizás nos equivoquemos Madre mía, pero si no lo hacemos con
intención... ¿Tú lo
tienes como pecado Madre mía?
La Madre:
Dios sabe vuestras intenciones hijo mío; en sus manos está el perdón, El ya
sabe lo que debe hacer. ¡Seguid
pidiendo!
PUBLICO: (No se entiende lo que
dice.)
La Madre: Vuestros
errores hijos míos están aquí. Tú lo ves hijo mío, ese error es el más
grande y esta espina hijo mío, fué la que más dolor me dió: Fué la muerte
de mi Hijo:
"Tenerlo en mis brazos hijo mío
cuando El era pequeño..., oir su palabra y saber que El moriría por
todos vosotros para libraros del pecado: Yo a su lado en el pesebre, y Yo
a su lado en la Cruz."
He ahí mi dolor. Adiós
hijos.
PUBLICO:
Adiós Madre.
Padre Eterno:
Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Padre.
El Maestro:
Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós
Maestro.
El Hermano:
Adiós hermanos
PUBLICO: Adiós
Hermano.
El Hermano: Que la Paz del Dios Padre Todopoderoso,
el Señor Yahvé
quede con todos
vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu
Hermano.
El Hermano:
Ave María
Purísima
PUBLICO: Sin pecado
concebida.
El Hermano:
Adiós Hermanos.
PUBLICO: Adiós
Hermano. ___
__________________ (1)
Promesa de Nuestro Señor Jesucristo en
diversas ocasiones; p.ej.
Mensaje 27.5.2988,
donde el Maestro
anuncia su próxima Segunda Venida a la tierra.
|