| |
"Pedid
por el alma"
------------------------------------------------------------
|
Mensaje de la
Santísima Virgen María, recibido a través de
José-Luis Manzano García
-
el día 16 de Noviembre, de 1986.
(ver -
Mensajes de Talavera
)
|
La Madre: La
Paz de Dios Todopoderoso esté con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Madre.
La Madre: Ave
María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
La Madre: Una
vez más hijos míos estoy con vosotros.
PUBLICO: Gracias Madre.
La Madre:
«Los humanos siguen pecando
y no hacen caso de mis Mensajes. Cuando se arrepientan, hijo mío,
ya habrá sido tarde. Si los humanos no cambian, dejaré caer el
brazo pesado de mi Hijo, y Dios-Padre, Yahvé, descargará su ira
sobre la Tierra.»
Hijos míos, rezad por los humanos, porque si ellos no cambian,
será el final para vosotros; pero para aquéllos que no creen.
Para aquéllos que nos siguen, hijos míos, nunca será el final,
sino que cuando les llegue su hora, estarán disfrutando de la
Gloria, mientras que otros están padeciendo los tormentos del
infierno hijo mío.
Y ellos han sido culpables..., porque no nos hicieron
caso. Besad el suelo hijos míos. Este acto de humildad sirve para
todos los humanos.
PUBLICO: ( Pregunta no se entiende...)
La Madre:
Rezad mucho, hijos míos, por la paz del mundo. "Si los humanos
no ponen su voluntad hijo mío...
Padre Eterno:
...Nunca habrá paz el Mundo".
La Madre:
Los humanos
quieren que Nosotros les ayudemos, pero como te he dicho siempre y
te vuelvo a repetir: ”Ellos deben de poner su voluntad; si
no ponen su voluntad...
Padre Eterno:
...Nunca habrá paz en la Tierra...”
La Madre:
Rezad un
Padrenuestro, para que Dios Padre os perdone los pecados, hijos
míos.
PUBLICO: (Reza el Padrenuestro.)
Padre Eterno:
Vuestros pecados son perdonados.
(Público: Gracias Padre. )
PUBLICO: (El público pregunta, no se entiende. )
La Madre:
Bien hija mía,
sabéis que soy vuestra Madre y nunca os dejo: "Pedid
por el Alma hijos míos..., el alma es más importante que el
cuerpo. Si el alma no se cura...
Padre
Eterno: ...Estáis perdidos".
PUBLICO: (El público pregunta, no se entiende.)
La Madre: Así
es hija mía. Hija mía ya sabéis cómo son los humanos:
«Yo he mandado que se tome la
Eucaristía de rodillas, en honor al Rey del Cielo. Yo he dicho que
con velo (1) se entre en el templo, en honor a los Celestiales.
Si muchos no lo hacen... PADRE ETERNO: ...Allá
ellos.»
PUBLICO: (El público pregunta, no se entiende. )
La Madre:
No te
preocupes, hija mía, porque bien sabe Dios-Yahvé que tú lo haces
de corazón, que tú te arrodillas decorazón, y si ahora no te
dejan, no es culpa tuya, por eso no te preocupes. Hijos míos:
El Mundo es cruel, no hacen caso
a mis MENSAJES y hace tiempo que se lo vengo diciendo. ¿Dónde
están esas almas, que tanto amaban a Dios? ¿Dónde están esas
almas que se ofrecían como víctimas al Padre Eterno?
Padre Eterno:
"¿Dónde están esas almas, que unían
su sufrimiento al Corazón de mi Hija?"
La Madre:
Todas esas almas se
han perdido. Hijos míos... Rezad por esas almas, pues a Nosotros
no nos hacen caso, hijos míos. Llegarán días en que las almas
seguirán envueltas en fuego, irán detrás de aquéllas almas que se
han perdido...
Padre Eterno:
Que se han alejado...
La Madre: Que
se han perdido..., que nos rechazan...
Padre Eterno:
Que nos odian...
La Madre: Os
bendigo como el Padre os bendice...
Padre Eterno:
En mi Nombre.
La Madre: En
el de mi Hijo y con la Luz de mi amado esposo el Espíritu Santo.
PUBLICO: Adiós Madre.
La Madre:
Adiós hijos. No os olvidéis que estoy con vosotros..., que soy
vuestra Madre e intercedo ante vosotros. Adiós
hijos.
|
«Podéis
hablar ahora y podéis así juzgar, pero llegará el día que sea
Dios el que os juzgue
y seréis
juzgados con la misma medida que así vosotros lo hiciéreis.
Pero aquéllos que
ya están preparados para la NUEVA VENIDA, que preparan el Camino,
no tendrán piedad.
Aquél que no quiera entrar en el rebaño será expulsado, porque
dicho está:
"A nadie se
le puede obligar, pero la sinceridad y la confianza va por
delante de todo".»
el Señor,
mensaje 8.2.1997
|
«Aquéllos
que me aman, y de verdad me aman, que no teman,
que Yo nunca les abandonaré»;
la Madre,
menssaje 2.9.1988.
|
|