97-2-8

MENSAJE DE JESUS DE NAZARET, RECIBIDO A TRAVÉS
DE JOSÉ LUÍS MANZANO GARCÍA, EN TALAVERA (Toledo).
EL DIA 8 DE FEBRERO DE 1997.

El Maestro:  La Paz del Señor es con todos vosotros.
PUBLICO: Y con Tu Espíritu.

El Maestro:  Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado Concebida.

El Maestro:
     Muchos habéis venido a buscar respuestas a lo que ya está anunciado; otros diréis saber todo el contenido de cuanto ya se ha dicho, pero estáis equivocados. No conocéis a vuestro Dios, queréis ocultar ante los hombres algo que a Mí no se me puede escapar. No tengáis miedo.

  Este lugar no será nada, pero Yo en verdad os aseguro hijos míos, que lo váis a echar en falta y que muchos vais a lamentar cuanto habéis hablado en contra, y muchos vais a agradecer cuanto hablásteis en favor de Dios. Fuisteis rápidos cuando oísteis todo cuanto Dios os indicó.

Cumplísteis, pero hay quien decía todo saber, y en realidad es nada lo que sabe. ¡Mirad, mirad este lugar...! Mirad vuestra ermita.

Mirad el lugar, porque Yo os vuelvo a repetir y os aseguro que lo vais a echar en falta. Vais a echar en falta estas palabras, ese agua y tantas cosas, de las que Yo os voy a privar.

   Oigáis lo que oigáis, siempre escucharéis al hombre, porque carne sois. Os he dado la Luz, para que vosotros edifiquéis en torno a esa Luz y habéis querido convertir la Luz en tiniebla. Fuísteis obedientes y cumplísteis bien los preceptos que Dios os marcó sobre este lugar.

   Yo, Yo premiaré a aquél que cumplió y le pesará a aquél que no cumplió: Desde este momento, que la mujer se descubra sobre este lugar y se descubra en el templo.

Vuestra obediencia hijas mías, os honra y es suficiente. A las preguntas que se os hagan, solo contestad: ”Obedecimos a Dios”. Que así sea.

   Vuestra mente humana puede fabricar pensamientos indistintos a cuanto oís. Muchos sois los que presentes estáis: Unos apoyaréis cuanto vísteis, cuanto oísteis y cuanto obrásteis, pero otros, hijos míos, abandonarán.

    No es Luz todo lo que brilla, hijos míos:

   "Los hombres intentan hacer ver una luz que tienen, y en realidad es tiniebla. Nadie estáis libre del pecado, y nadie, nadie puede saber cuánto Dios prepara para sus hijos; y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra."

   Desde hoy, cuando acudáis al templo, buscaos confesor espiritual, él tiene la obligación de edificar vuestra alma; poneos en sus manos, lo que pase debe ser indiferente a vosotros. Poned vosotros de vuestra parte, si él no pone, es él quien peca, no vosotros.

   Y Dios cesó en su empeño: Lo que Dios levantó en doce años, el hombre quiso derrumbarlo en un solo día; pero Dios apagó su voz, igual que lo hizo al principio, antes del Diluvio; e hizo que sus hijos fueran pequeños, muy pequeños y que no se viesen entre los demás, llenos de violencia y lujuria.

    Y cuando llegó el momento decisivo..., Dios exhaló su aliento y llegó el Diluvio arrasando así toda vida humana sobre la Tierra, excepto aquéllos que cumplieron sus preceptos y eran puros de corazón.

Y Dios cesó en su empeño: Apagó su voz sobre el lugar, y os vuelvo a asegurar que echaréis en falta este lugar, muy en falta hijos míos.

¡Miradlo! Mirad vuestra ermita, porque vuestra es. Pero mirad, ¡mirad!, porque muchos ya no entraréis en este lugar. Después de todo cuánto oís, débiles seréis, porque habréis escuchado al hombre antes que a Dios.

   Podéis hablar ahora y podéis así juzgar, pero llegará el día que sea Dios el que os juzgue y seréis juzgados con la misma medida que así vosotros lo hiciéreis. Pero aquéllos que ya están preparados para la Nueva Venida, que preparan el Camino, no tendrán piedad:

   "Aquél que no quiera entrar en el rebaño será expulsado,
porque dicho está: "A nadie se le puede obligar, pero
la sinceridad y la confianza va por delante de todo".

    Desde este momento, que la mujer se descubra en este lugar y en el templo. Vuestra obediencia hijas mías, os hace ser honradas. A aquéllas que obedecísteis de contínuo Yo os premiaré. Pero aquéllos que solo probásteis a vuestro Dios, veréis también la respuesta de vuestro Dios.

   Cumplid así en obediencia y no tengáis miedo, porque nunca, nunca estaréis solos. Yo os lo aseguro hijos míos..., Yo os lo aseguro. Tened confianza y no tengáis miedo. Volveré hijos míos.