MENSAJE DE LA SANTÍSIMA
VIRGEN MARIA RECIBIDO
EN TALAVERA, A TRAVÉS DE JOSÉ LUÍS
MANZANO,
EL 7 DE JUNIO DE 1987.
La Madre: La Paz de Dios,
Todopoderoso, esté con todos vosotros.
Público: Y con Tu Espíritu.
La Madre:
Ave María Purísima.
Público: Sin pecado concebida.
La Madre:
Una vez más hijo mío, estoy con vosotros, y contigo también hijo mío.
Siempre estaré a tu lado, no lo olvides. Hijos míos, os vuelvo a hablar
del mundo, porque es lo que más me duele; os hablo también de vosotros,
porque también estáis en mi sufrimiento. Os hablo de todos, porque sufro
por todos igual.
¡Ay, hijo mío...! ¿No es
triste mirar al Mundo? Es triste mirar al Mundo y a las Almas. ¡Fíjate hijo mío!, se burlan de
Dios y no sienten vergüenza. ¡Fíjate hijo mío!, rompen la Ley de Dios y aún
no tienen vergüenza. Vuelve a mirar otra vez a los humanos,
hijo mío, y verás que se han echado a perder por las almas consagradas.
Están en un grave error. ¡Qué pena hijo mío! Me
hubiera gustado tanto que todas las almas consagradas de este mundo
estuvieran allá, en el Paraiso, pero ya han
caido muchas en el abismo, y aún tienen que caer más. Porque fíjate en mi corazón hijo mío.
¡Fíjate!, de cada vez sufro más y más. ¡Qué pena me dá, hijo mío!, ver a
mis hijos tan tristes, porque necesitan ayuda. Pero aquí estás tú hijo mío. Yo sé que les vas a ayudar mucho, y espero
que así lo hagas, como lo estás haciendo. Eres un alma muy bella.
Eres
valiente hijo mío. Ahora hijo mío, debes de ir diciendo a las almas
consagradas, de parte de tu Madre la del Cielo, la que sufre hijo mío.
Díles así: «Que ellos mismos son los que están echando a perder el mundo y
especialmente España.»
Díles también, «que el verdadero Rey está en el
Cielo, y es Jesús, y ese Rey se merece un respeto. Y den a tomar el Cuerpo
de mi Hijo de rodillas.»
Díles también: «Que está muy mal, que mis hijas
vayan al Sagrario, sin el velo»,
(1) diles también hijo
mío, que te he mandado Yo, para hablar con ellos. Ya verás cómo se ríen de
tí hijo mío. Y díles así:
«El que se ríe de tí, y de Mí, se ríe de Dios.»
Así El lo ha dicho. Díles tambén, hijo mío, «que quiero que se salven y
que intento salvar esas almas consagradas de tu ciudad, hijo mío, en donde
tú vives.»
Salva esas almas consagradas y ya verás cómo alguna de esas almas te
hacen caso y, al final te darán las gracias, porque, hijo mío: no todas las
almas consagradas son iguales. ¡no todas!
Hay
algunas almas consagradas buenísimas, que me ayudan. Díles, díles también
así hijo mío: «Que ellos también han quitado los Mandamientos de Dios.» Díles también,
«que ni ellos mismos los cumplen.»
Díles también hijo mío:
«Que estoy aquí, muy cerca de Talavera,
(2) si ellos creen que esto es un embuste, que vengan ellos mismos a
comprobarlo.»
¡Díselo así, hijo mío, díselo así!
Bien hijo mío, también diles:
«Que también
niegan todo un Mandamiento de Dios..., y ése es muy grave, y ése hijo mío,
no lo digo.» Díselo así.
Hijos míos, y vosotros también, los que
me escucháis, también decídselo a las almas
consagradas, también necesitan salvarse hijos míos.
Porque ellos hayan hecho que España se
perdiera, no hay que mirarlos mal, porque son humanos como vosotros, y
tienen fallos como vosotros, y también...
Padre
Eterno:
Son
mis hijos.
La Madre:
No lo olvidéis. Hijo mío, fíjate hijo mío, ¡fíjate cómo sufre mi
corazón! ¡Ay hijo mío...!, pero tú no llores. Este sufrimiento es por todos
ellos. Sigue así como vas, hijo mío, que vas por buen camino.
Ahora las
almas deben arrepentirse hijo mío. Ahora te voy a decir una cosa, hijo
mío: "Ese arco iris que has visto hoy en el
Sol, significa que está muy próximo, pero que muy próximo el Fin de los
Tiempos. El arco aris en la Luna significa lo mismo."
Hijo mío, acuérdate de lo que te he dicho, te servirá de mucho, y a
vosotros también. Rezad un Padre Nuestro, para que Dios Yahvé os perdone.
Bien, hijos míos, antes de marcharme os diré que mañana estaré de nuevo con
vosotros. No lo olvidéis...
Público: Gracias Madre.
Ahora, hijos míos, voy a hablar más a menudo con vosotros, porque ya
está todo encima y viene a pasos agigantados. Hijos míos, vosotros me
seguís, estáis protegidos por Mí.
La Madre:
¡Ay hijos míos!, las almas siguen sin obedecer a
su Dios... Más les valiera no haber nacido. ¡Ay..., mi Corazón se
entristece, hijo mío! ¡Ay, hijo mío! Y una espada atraviesa mi Corazón,
al ver a mi Hijo clavado en la Cruz. ¡Ay, ay, ay...!, ¡qué sufrimiento!
Desde entonces, hijos míos, empecé a sufrir por mi Hijo...
Padre
Eterno:
Y
por vosotros.
La Madre:
¡Ay, hijos míos!, no os hagáis caso de las lenguas
humanas. Las lenguas humanas engañan, pedid consejo a Dios.
Padre
Eterno:
Pero
no dudéis de Mí, como hacen muchas almas.
La Madre:
No te preocupes, oh
Dios-Yahvé, no te preocupes..., que tus hijos te han escuchado.
Padre
Eterno:
Pero
no todos. Y son almas que a mí me siguen.
La Madre:
Bueno hijos míos, os
voy a dar mi bendición; primero a vosotros, después a los objetos: Os
bendigo como el Creador del mundo os bendice...
Padre
Eterno:
En Mi Nombre.
El Maestro: En
el Mío.
La Madre:
Y con la Luz de mi
amado esposo, el Espíritu Santo. ¡Levantad los objetos! Yo los bendigo,
especialmente para el día de las Tinieblas. En el Nombre del Padre, y de mi
Hijo, y con la Luz de mi amado esposo, el Espíritu Santo, ya están
bendecidos.
Público: Gracias Madre.
La Madre:
No os olvidéis que,
mañana estaré con vosotros, no faltéis a mi cita. Adiós hijos.
Público: Adiós Madre.
El Maestro:
Adiós hijos.
Público: Adiós Maestro.
Padre
Eterno:
Adiós hijos.
Público: Adiós Padre. __
(1)
Revocado por N.S.J.,
8-2-1997; ahora
van a misa sin velo .
(2) La "Finca" está a
dos
kms. del centro de Talavera.
|