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SOBRE
LA COMUNIÓN EN LA MANO
2ª parte:objeciones más frecuentes.
CONTESTACIONES A LAS OBJECIONES MAS FRECUENTES.
1.- “Jesús dió en el Cenáculo la Comunión en la mano a los
apóstoles.”
Esto no lo dice el Evangelio, es solo una suposición.
Aún cuando así fuere, los Apóstoles estaban siendo ordenados obispos, no
eran simples fieles. Y si hubiéramos de hacer caso a las revelaciones
privadas, la estigmatizada Ana Katalina Emmerich nos dice que la Comunión
fué en la boca.
2.- “Lo ha aprobado la Iglesia.”
¡Sí!, pero en
contra del parecer de la mayoría de los obispos del mundo. ¿Y no
representaban éstos a la Iglesia? Y el Papa... ¿porqué lo prohi bió en la
diócesis de Roma? ¿No es él quien mejor representa a la Iglesia?
Tampoco se consultó a los laicos que también son Iglesia.
Además: cada
obispo tiene autoridad para aprobar o denegar este rito. En estas
circunstancias, decir que lo ha aprobado la Iglesia, no es decir toda la
verdad.
3.- “No es más santa la lengua que la mano.”
No es
cuestión de anatomía, sino de dignidad. No se trata de aceptar el resultado
de una investigación litúrgica de base antropológica, sino el de una
revelación litúrgica, y un logro tradicional que debemos aceptar con
humildad y obediencia.
La liturgia nos habla de las “santas y venerables
manos” de Jesús. Así son las del sacerdote el día de su ordenación, pero no
las de los simples fieles. Las manos lo tocan todo, hasto lo mas bajo.
En la lengua se deposita solo lo que está limpio y puro. Además, tocar
encierra cierta expresión de dominio sobre el objeto, y el Santísimo es un
regalo del Padre Dios, sin nosotros merecerlo.
4- “No es una práctica nueva.”
Pero sí superada y
desechada por la Iglesia que, guiada por el Espíritu Santo, camina a su
perfección. La Comunión en la mano es hoy más que un anacronismo: produce
una ruinosa involución. Con un agravante: cuando se utilizaba esta práctica
no se comprendía con tanta profundidad el Misterio Eucarístico. Así lo
confirma la Instrucción Memoriale Domine.
5- “Para los antiguos cristianos comulgar en la mano
no
significaba menos respeto que en la boca.”
Para
algunos sí. Pero la comparación no es válida si los Cristianos, a que se
hace referencia, no conocían otro modo de hacerlo.
La predicación de los Santos Padres, ya
desde el siglo II, exhortando a “comulgar con temor y temblor”, y
prohibiendo tocar el Cáliz, e incluso el altar, está pidiendo a gritos la
llegada del rito de comulgar en la boca.
6- “En las manos es un gesto más natural.”
Pero
en la Sagrada Eucaristía no hay nada natural, todo es
sobrenatural. Las apariencias no nos
dan la vida.
7- “Es más igiénico comulgar en la mano.”
El argumento denota muy poca Fé. Jesús,
con su manto curó a la hemorrosía. ¿Y su Cuerpo va a transmitir
enfermedades? Nos dice San Hipólito: “Cada fiel procure tomar la
Eucaristía, pues si es fiel en tomarla, aunque se le dé veneno mortal, no
tendrá poder sobre él.” (Tradición Apostólica.)
Son palabras que se
apoyan en las de cristo: “si toman un veneno no les hará daño.” (s.
Mc. 16,18.) Pero no es cuestión de higiene sino de dignidad.
8- “En caso de aglomeración de fieles, cualquiera
puede dar
la Comunión, para que la ceremonia no se alargue.”
Esto es una
tentación. Cristo no entregó su Cuerpo a las multitudes
del Monte de las Bienaventuranzas. Allí ofreció solo un símbolo eucarístico,
y les alimentó con su palabra.
Pero su Cuerpo y su Sangre los reservó para la intimidad del Cenáculo.
Por eso, una celebración multitudinaria, o se organiza bien (con el
suficiente número de sacerdotes, acólitos y comulgatorios), o se deja solo
en una celebración de la palabra.
9- “En las parroquias de algunos pueblos en que, por
la escasez de sacerdotes,
no tengan regularmente misa dominical, es
bueno que algún seglar o
alguna monja, celebren la palabra y
repartan la Comunión.”
Nueva tentación. Si faltan sacerdotes, hay que hacer rogativas para que
el dueño de la mies envíe abreros a su mies. Y si no hay misa, se puede
organizar a los fieles para que recen un Rosario y/o mediten la palabra y
hagan una Comunión espiritual. Santa Catalina de Siena, doctora de la
Iglesia, nos dice que si no fuere posible la Comunión sacramental, podrían
recibirse las mismas gracias en una Comunión espiritual.
10- “La ceremonia es más rápida si se comulga en la mano.”
Todo lo contrario. Los que comulgan en la mano debieran:
1° Hacer un acto de Adoración. (Misal Romano,
y otros documentos. )
2°
El sacerdote observa si la mano del
comulgante está limpia. (Doc. 3-4-1985. )
3°
El comulgante extiende la mano izquierda
sobre la derecha.
4°
El Sacerdote deposita la Sagrada Forma
diciendo: “El Cuerpo de Cristo”,
y espera a que el fiel reponda “Amén”.
5°
El sacerdote deposita la Sagrada Forma en la
mano del comulgante.
6°
Éste toma la Sagrada Forma con la mano
derecha y la consume delante
del sacerdote.
(Carta anexa a M. D.)
7° El sacerdote, así como el fiel han de
comprobar que no queden Sagradas
Partículas en la mano. (Inst. Inmen. C,
5.)
¡Tantas cosas y tanto tiempo para hacer algo que no está bien! La ceremonia se acorta cuando los fieles
se disponen arrodillados a lo largo del Comulgatorio. No es cuestión de
rapidez, sino de dignidad. A Dios no se le escatima el tiempo.
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