La Madre:
La Paz del Señor esté con vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Madre.
La Madre: Ave María
Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
La Madre:
Ya estoy, en un día especial, en este lugar mirando al mundo y a
las almas; y mirando a DIOS, lo triste que está por estas almas del
mundo hijo mío.
Aunque hoy sea un día especial para mi Hijo, EL no os
ignora por tantos errores y confusiones como hay en el mundo, por tantas
maldades e ingratitudes y ofensas. Y así, hijo mío, muchas cosas más. DIOS está triste. Para vosotros es muy fácil escucharlo hijos míos,
Yo lo veo: EL está triste.
Hijo mío, hoy es un día especial, muy
especial. Hoy es el día del Cuerpo de Cristo hijo mío, el cual en la Santa Misa, se
ofrece a Dios, hijo mío, convirtiéndose el pan en
CARNE, y el vino en
SANGRE.
Ese es el Gran Milagro, que muchos no saben ni lo que
toman hijo mío:
«Ese
es el CUERPO de vuestro Maestro.»
¡Sí hijos míos! Muchos de
vosotros no sabéis ni lo que tomáis. Y otros se atreven hasta a cogerlo
con sus manos.
Y el alma consagrada no es capaz de decir: "Señor, sólo
somos dignos de cogerlo las almas consagradas".
Pero otras almas
como tú, se arrodillan ante EL, hijo mío... Porque ante Dios se arrodillarán los
Cielos y la Tierra. Está dicho y escrito hijo mio.Y muchas almas que vienen a este lugar hijo mío, cumpliendo cada
mandato que DIOS ha puesto en este Santo Lugar.
Pero allí, en la
iglesia, también deben de cumplirlo: "La mujer
como mujer y el hombre como hombre". Ya nadie escucha hijo mío. ¿Qué se piensan..., que por no escuchar a
DIOS, se va a olvidar de vosotros? ¡No hijos míos!
Aunque vosotros no
escuchéis, DIOS no se olvida de vosotros. Es al contrario, se acuerda
más, porque vosotros, muchos, le negáis tristemente. ¡Cuántas almas hay que te quieren hacer daño hijo mío...!
Tú dirás
hijo mío, como muchos otros, que siempre repito lo mismo: Lo mismo hay
que repetirlo una y otra vez, para que esas almas que escuchan, para que
esas almas que te quieren dañar, se den cuenta hijo mío, de que no van
a poder hacer nada contigo. Son débiles, muy débiles.
Ni Satán se
atrevería a hacerlo hijo mío, porque él mismo sabe que nunca te podría
vencer.
Solo intentaría acercar su maldad junto a tí, para cambiarte. Y también
sabe que así tampoco te puede vencer. Ciegos están y sordos están.
Hijo mío: Que la tristeza no invada tu corazón. Sufre como Yo, pero
sonríele al mundo; que vea que aunque a tu DIOS le hace daño, tú sonríes
para tu DIOS.
¡Pedidme hijos míos!
PUBLICO: ¡Madre!
La Madre: ¡Díme!
PUBLICO: Como Tú sabes bien, todos los días rezo el Santo Rosario, y los
domingos me voy a Alagón del Caudillo, donde está tu imagen puesta en la
encina. Domingo y su familia ya no van a allí..., ¿devo continuar yendo
Madre mía?
La Madre: ¡Si es
para bien de tu alma no lo dudes! ¡Seguid pidiendo!
PUBLICO: ¡Madre!
La Madre: ¡Díme!
PUBLICO: La otra noche se presentó un alma que va a El Escorial, y cree en Tí,
y me dijo que había dicho Amparo, que aquí estaba Satanás, y que no
viniera. ¡Tuvimos una pelea en casa con ella...!
La Madre: Hija mía: Amparo, nunca hablaría mal, ni
de aquí, ni de ningún lugar, porque ella sabe lo que Yo muchas veces le
digo a mi Guerrero:
"No juzguéis y no seréis juzgados". Las
almas que están con ella..., la están dañando a ella,
y están apuñalando
mi Corazón. Son ellos. Seguid pidiendo.
PUBLICO: ¡Madre!
La Madre: ¡Díme!
PUBLICO: Yo no sé, Madre mía, si hice bien o no, el tomar la Comunión a
las doce de la noche.
La Madre:
¡Ten mucho cuidado hija mía...! Hay que
estar siempre atento a lo que se hace. Yo sé que tú estás también
preocupada hija mía, por muchas almas que han dicho lo contrario. No te
preocupes, pronto se verá la verdad.
¡Que DIOS quede con vuestras almas
hijos míos!
PUBLICO: ¡Que así sea Madre!
La Madre:
Que la
voluntad del Señor se cumpla sobre vuestras almas hijos míos..., que
vuestra fé nunca decaiga y que siempre me recordéis. Adiós
hijos.
PUBLICO: ¡Adiós Madre!
Padre Eterno: Adiós
hijos.
PUBLICO: Adiós Padre.
El
Hermano: Adiós
hijos.
PUBLICO: Adiós Maestro.
El
Hermano: Adiós
hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.
El
Hermano: Que
la Paz del Todopoderoso, con la voluntad del Guerrero y su fuerza, quede
con vuestras almas.
PUBLICO: ¡Que así sea Hermano!
El
Hermano: Ave
María Purísima
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El
Hermano: Adiós
hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.___