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TEORIA GENERAL DE PSICOLOGIA


LIBRO:
LAS LEYES DEL PSIQUISMO

Alberto E. Fresina


CAPITULO 4
-(páginas 47 a 50 del libro de 426)


Indice del capítulo:

CONSIDERACIONES METODOLOGICAS
1. Los niveles del psiquismo




CAPITULO 4


CONSIDERACIONES METODOLOGICAS


1. Los niveles del psiquismo


El accionar de la ley general, como esencia de la intencionalidad, tendría cuatro niveles cualitativos en el hombre, donde el nivel de los impulsos es uno de ellos. Para explicar lo que debe entenderse por "niveles cualitativos" en la organización de la materia, y en este caso en lo que hace a la estructura motivacional humana, tomaremos como ejemplo la fisiología y la organización en niveles de los componentes anatómicos del organismo.

Un primer nivel que encontramos aquí es el celular. Las células rellenan todo el organismo. Si queremos ver la composición estricta de un organismo, sin contar ciertas sustancias accesorias, sólo encontraremos células. Sin embargo, aunque "todo" es célula, "no todo" es célula. Todo es célula porque podemos recorrer con microscopios la totalidad del organismo y no encontraremos otra cosa que células. A la vez, no todo es célula porque también están los órganos.

El órgano no es más que la organización de las células que lo componen, es el conjunto organizado de células. Del mismo modo, cada célula es el conjunto organizado de los organoides celulares, y éstos de las moléculas que los forman, y así sucesivamente.

Lo que importa por ahora es atender el hecho de que el órgano sigue siendo células, y que los mismos átomos que forman a las células son los que forman al órgano. Tenemos así, dos niveles cualitativos: el celular y el de los órganos.

Si pretendemos explicar el funcionamiento del organismo y lo enfocamos sólo desde el nivel celular, quizás demos explicación a muchos fenómenos. Pero llegará un momento en que ya nada más podremos decir. Aparecerá una barrera que nos impedirá progresar en la explicación del funcionamiento del organismo. Esa barrera es la que separa el nivel de las leyes celulares del nivel de los órganos y sus leyes. Una vez que pasamos al nivel de los órganos estaremos ante un mundo nuevo. Aparecerán muchos fenómenos y relaciones que estaban vedados al enfoque citológico, por ejemplo: los mecanismos del funcionamiento global del hígado, del páncreas, de los riñones, etc., que son imposibles de entender si sólo enfocamos la actividad de cada célula aislada.

En el psiquismo, el nivel equivalente al celular es el nivel reflejo. En esencia todo es reflejo. No puede haber fenómeno psíquico que no se base en la actividad refleja del sistema nervioso. Luego, los impulsos son los "órganos psíquicos"; es decir, los reflejos se hallan organizados en su secuencia y relaciones, dando forma a una configuración global como por ejemplo: el impulso alimenticio. El funcionamiento de dicho impulso no es más que el producto del funcionamiento organizado y coherente de los reflejos que lo sustentan.

Los reflejos pasan a integrar la base del movimiento de los impulsos cuando caen bajo el orden de la ley general. En el nivel reflejo, el funcionamiento de la ley general radicaría en mecanismos de facilitación y obstaculización selectivas de vías nerviosas, que orientarían a los reflejos en forma coherente, dando como producto global la T.D. (tendencia dirigida) de un impulso.

Los reflejos del sistema nervioso, desde el enfoque que traemos, se pueden dividir en dos clases: 1- los que subyacen la actividad intencional, a los que daremos el nombre de reflejos dirigidos. 2- los ajenos a la intencionalidad, o reflejos autónomos. Los dirigidos son los que caen bajo el orden de la ley general. Esta funcionaría en el nivel reflejo valiéndose de un mecanismo selectivo que facilita o dificulta la activación o excitación de reflejos, según el placer-displacer con que se asocia cada vía nerviosa. De esa forma, se produciría la secuencia refleja coherente que aparece en lo psicológico global como la T.D. de una conducta igualmente coherente.

Ese "mecanismo selectivo" nadie lo ha visto nunca. Pero como en última instancia todo acto psicológico es producto de los reflejos del sistema nervioso, y dado que los reflejos sólo se mueven en su propia contradicción: excitación-inhibición, y como además sabemos que existe la ley general, no puede haber duda sobre la existencia de aquel mecanismo selectivo, que va determinando el curso de las vías reflejas.

Estos problemas del nivel reflejo serán tratados más adelante (cap.5). Por el momento la intención es solamente transmitir la noción de los niveles o "estratos" del funcionamiento psíquico. En este caso, recalcar que los impulsos son producto de la organización de la actividad refleja. No pueden existir flotando en la nada, al igual que los órganos respecto a las células.

Siguiendo con la analogía fisiológica, habíamos pasado desde el nivel celular al de los órganos, acompañando el pasaje cualitativo de uno a otro nivel de la materia orgánica. Así, comenzábamos a explicar la fisiología del organismo desde el nivel de los órganos, pero sin olvidar lo visto en el nivel celular. Una vez que conocemos todo lo que nos ofrece el nivel de los órganos, y cuando creíamos que con éste ya estaba todo dicho, encontramos una nueva barrera que nos obliga a pasar a otro nivel cualitativo de mayor complejidad: el de los aparatos, ejemplo: el aparato digestivo, respiratorio, reproductor, etc. Los datos que nos ofrece el tratamiento del nivel de los aparatos es algo que no podríamos lograr desde el enfoque de cada órgano particular.

En el psiquismo también pasaremos del nivel de los impulsos u "órganos psíquicos" al de los "aparatos". Así como los aparatos fisiológicos no son más que grupos de órganos integrados coherentemente en una o más funciones globales, los "aparatos" del psiquismo surgen de la organización y combinación de los impulsos. A modo de ejemplo tenemos la función moral; esto es, la doble tendencia a hacer lo bueno y evitar lo malo. Tal mecanismo se forma de varios impulsos, pero los dos "cabecera" son los impulsos de aprobación y de conservación. El primero motiva al sujeto a hacer lo bueno para lograr la aprobación social (y/o la autoaprobación). Por otro lado, como la conducta mala produce el displacer del rechazo social (y/o autorrechazo), aparece el temor de hacer algo malo. Entonces, el impulso de aprobación empuja a hacer lo bueno, y el de conservación (temor - T.D. - tranquilidad) motiva a evitar lo malo. El acople de esos impulsos da forma al mecanismo moral. Aunque dicho mecanismo no sea más que impulsos organizados, tiene no obstante autonomía funcional y de leyes. Por ello es de un nivel cualitativo superior en relación a los impulsos.

Lo de "superior" no es en este caso una valoración subjetiva. Se trata de algo auténticamente superior en cuanto al nivel de complejidad en la organización de la materia. Cuando se dice que las tendencias superiores no existen, afirmando que "en realidad" son sólo las tendencias primarias, esto es incorrecto, ya que del mismo modo tampoco existirían las tendencias primarias, porque son sólo reflejos, y éstos tampoco porque son sólo átomos en movimiento. Así como no podemos decir que el aparato respiratorio no existe, con el argumento de que "en realidad" se trata de un grupo de órganos, tampoco podemos hacer eso con las funciones superiores del psiquismo humano. Cada nivel cualitativo que resulta de la organización de la materia tiene su propia existencia objetiva y sus leyes exclusivas.

Otro ejemplo de mecanismos superiores es la función estética: bello-feo. Tales valores reúnen, entre otros elementos, a los placeres y displaceres de orientación. También está la función intelectual: entender - no entender. Sobre estas funciones o mecanismos hablaremos luego en detalle (cap. 8).

Hasta ahora hemos visto tres de los cuatro niveles de la estructura y el funcionamiento psíquicos: 1- reflejo. 2- impulsos. 3- mecanismos superiores. Cada uno de los niveles en los que actúa la ley general tiene su contradicción fundamental, o sus pares de contrarios organizadores. En el nivel reflejo los contrarios son: excitación-inhibición; en el de los impulsos: nec.- satisfacción; y en el siguiente: valor positivo - valor negativo o disvalor. El cuarto y último nivel de la estructura motivacional humana sería, en la analogía, el equivalente a los grandes sistemas fisiológicos, como por ejemplo: el sistema nervioso, endócrino, inmunológico, etc. Los elementos contrarios organizadores son los valores virtuales positivo y negativo. Este es el nivel de los ideales y los más altos intereses. Los valores virtuales se refieren a situaciones estables en el tiempo. Son condiciones que se busca o evita ser, poseer, o que "haya", ejemplo: poseer virtudes o defectos personales, condiciones de bienestar o malestar sociales, etc. Este nivel del funcionamiento de la intencionalidad y de la ley general, que es el más elevado, se forma con la organización compleja, pero específica y definida, de los impulsos y mecanismos del tercer nivel.

Desde un enfoque más general, los niveles vistos serían subniveles, cuyo conjunto forma el nivel psicológico. Porque cuando enfocamos un grupo de individuos "psicológicos" en sus interrelaciones funcionales, estamos en presencia de un orden superior de fenómenos, que es el nivel social o sociológico.

Esta analogía con la fisiología no es algo meramente metafórico, ni tampoco un "modelo fisiológico" del psiquismo. Se trata de las mismas leyes universales de la relación entre los niveles cualitativos de la organización de la materia. Tales relaciones son comunes en todos los órdenes de fenómenos.


© Autor: Alberto E. Fresina
Título: Las Leyes del Psiquismo
Editorial Fundar
Impreso en Mendoza, Argentina

I.S.B.N. 987-97020-9-3
Registrado el derecho de autor en la Dirección Nacional del Derecho de Autor en el año 1988, y en la Cámara Argentina del Libro en 1999, año de su publicación.
Características del ejemplar: Número de páginas: 426; medidas: 15 x 21 x 2,50 cm.; peso: 550 gs.


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