Capítulo Tercero
Algo de Historia
Contenido:
-
"Las divisiones son un asunto difícil"
-
¿Multiplicamos Bien?
-
Método Ruso de Multiplicación
-
Del País de las Pirámides
-
Curiosidades Aritméticas
1. "Las divisiones son un asunto difícil"
Hemos visto que la división en general es más complicada que la
multiplicación y aunque ahora podemos resolverla con gran facilidad, no
siempre fue así.
En la antigüedad se consideraba "sabio" a quien hacia correctamente y con
rapidez las divisiones; cada "maestro en división" (algo así como
especialista) debía comunicar a los demás el resultado de
determinados casos de esta operación.
Algunas veces, encendiendo un cerillo con un movimiento habitual,
todavía reflexionamos sobre cuánto trabajo costó a nuestro
antecesores, inclusive no muy remoto, la obtención del fuego. Empero
pocos sospechan que a los actuales métodos de realización de las
operaciones aritméticas tampoco fueron, en su origen, así de
sencillos y cómodos para que en forma tan rápida y directa
condujeran al resultado.
Nuestros antepasados emplearon métodos mucho más lentos y
engorrosos, y si un escolar del siglo XX pudiera trasladares tres o cuatro
siglos atrás, sorprendería a nuestros antecesores por la rapidez
y exactitud de sus cálculos aritméticos. El rumor acerca de
él recorrería las escuelas y monasterios de los alrededores,
eclipsando la gloria de los más hábiles contadores de esa
época, y de todos lados llegarían gentes a aprender del nuevo
gran maestro el arte de calcular.
Particularmente difíciles y complejas eran en la antigüedad las
operaciones de la multiplicación y la división: esta
última en mayor escala. "La multiplicación es mi martirio, y con
la división es la desgracia" decían entonces. Pero aún no
existía, como ahora, un método práctico elaborado para
cada operación. Por el contrario, estaba en uso simultáneamente
casi una docena de diferentes métodos de multiplicación y
división con tales complicaciones que su firme memorización
sobrepasaba a las posibilidades del hombre medio. Cada "maestro de la
división" exaltaba su método particular al respecto.
En el libro de V. Belustino: "Cómo llegó la gente gradualmente a
la aritmética actual" (1911), aparecen 27 métodos de
multiplicación, y el autor advierte: "es muy posible que existan
todavía métodos ocultos en lugares secretos de bibliotecas,
diseminados fundamentalmente en colecciones manuscritas" : y todos estos
métodos de multiplicación : "ajedrecístico o por
organización", "por inclinamiento", "por partes", "por cruz
pequeña", "por red", "al revés", "por rombo", "por
triángulo", "por cubo o copa", "por diamante", y otros, así como
todos los métodos de división, que tenían nombres no menos
ingeniosos, competían uno con otro tanto en voluminosidad como en
complejidad. Dichos métodos se asimilaban con gran trabajo y solamente
después de una prolongada práctica. Inclusive se consideraba que
para poder dominar la multiplicación y la división de
números de varias cifras significativas con rapidez y exactitud, era
necesario un talento natural especial, capacidad excepcional: sabiduría
que para los hombres sencillos era inaccesible.
"Asunto difícil es la división"(dura cosa e la partida)
decía un antiguo refrán italiano; acertado refrán si se
toman en cuenta los agotadores métodos con que se realizaban entonces:
no importa que estos métodos llevaran a veces nombres demasiado
festivos: bajo ellos se ocultaba una larguísima serie de complicadas
manipulaciones. Así, en el siglo XVI se consideraba el método
más corto y cómodo el de división por "lancha o galera".
El ilustre matemático italiano de esa época. Nicolás
Tartaglia (siglo XVI), escribió en su extenso manual de
aritmética lo siguiente respecto a dicho método:
|
Figura 22. División de números a la manera antigua, por el
método de "galera"
|
"El segundo método de división se llama en Venecia, por lancha o
galera, debido a que en la división de ciertas clases de números
se forma (ver fig. 22) una figura parecida a una lancha, y en la de otras, a
una galera que a veces se obtiene tan bien terminada, que se muestra provista
de todos sus elementos principales tales como popa y proa, mástil, velas
y remos".
Esto parece muy divertido, pero aunque el antiguo matemático recomienda
precisamente dicho método como "elegante, fácil, exacto, usual y
el más general de los existentes, útil para la división de
todos los números posibles", yo no me decido a desarrollarlo aquí
por el temor de que hasta un lector paciente cierre el libro en ese aburrido
lugar y no lea más adelante. Sin embargo, este agotador método
fue, efectivamente, el mejor en esa época.
|
Figura 23. Grabado de la "Aritmética" de Magnitski (editada en
el año 1703). El dibujo representa el Templo de la Sabiduría. La
Sabiduría está sentada en el trono de la Aritmética y en
los escalones están los nombres de las operaciones aritméticas
(división, multiplicación, sustracción, adición,
cálculo). Las columnas son las ciencias en que la aritmética
encuentra aplicación: geometría, estereometría,
astronomía, óptica (conocimientos adquiridos por
"vanidad"), mercatoria (es decir cartografía),
geografía, fortificación, arquitectura (conocimientos adquiridos
por "estudio"). Bajo las columnas dice, también en eslavo
antiguo: "La Aritmética que se apoya en las columnas, lo abarca
todo"
|
En Rusia, se usó hasta la mitad del siglo XVIII: entre los seis
métodos que presenta León Magnitski en su "Aritmética" (de
los cuales ninguno es semejante al contemporáneo) el autor describe
éste, y lo recomienda especialmente; a lo largo de su voluminoso libro
(640 páginas de gran formato) Magnitski se sirve exclusivamente del
"método de galera", no empleando, por otra parte, esta
denominación.
Por último, mostramos al lector la siguiente "galera" numérica,
aprovechando un ejemplo del mencionado libro de Tartaglia:
Llegando después, de múltiples trabajos al final de una
operación aritmética, nuestros antecesores consideraron
absolutamente necesario comprobar este total obtenido con el sudor de su
frente, ya que los métodos voluminosos provocaron, como es
lógico, desconfianza hacia sus resultados; es muy fácil perderse
en un camino, lardo y sinuoso que en el recto camino de los métodos
modernos. Naturalmente, de aquí surge la antigua costumbre de comprobar
toda operación aritmética efectuada, encomiable regla que
aún hoy se practica.
El método favorito de comprobación era el llamado "método
del nueve", el cual frecuentemente se describe en algunos manuales
contemporáneos de aritmética.
La comprobación por el nueve se basa en la "regla de los residuos" que
dice: el residuo de la división de una suma entre cualquier
número, es igual a la suma de los residuos de la división de cada
sumado entre el mismo número. En la misma forma, el residuo de un
producto es igual al producto de los residuos que al dividir entre 9 la suma de
las cifras del mismo número. Por ejemplo, 758 entre 9 da como residuo 2:
el mismo 2 se obtiene como residuo de la división de 7 + 5 + 8 entre 9.
Comparando ambas propiedades indicadas, llegamos al método de
comprobación por nueve, es decir, por división entre 9.
Mostraremos con un ejemplo en qué consiste dicho método.
Se desea comprobar la justeza de la adición de la siguiente columna:
38932
|
7
|
1096
|
7
|
+ 4710043
|
1
|
589106
|
2
|
5339177
|
8
|
Realicemos la suma de las cifras de cada sumando y al mismo tiempo, en los
números de dos cifras obtenidas, sumemos también las cifras (esto
se hace en el proceso mismo de adición de las cifras de cada sumando),
hasta obtener en el resultado final un número de una cifra. Estos
resultados (residuos de la división entre nueve), los escribimos como se
indica en el ejemplo, al lado del correspondiente sumando. A1 sumar todos los
residuos (7 + 7 + 1 + 2 = 17; 1 + 7 = 8), obtenemos 8. Igual deberá ser
la suma de las cifras del total (5339177) si la operación está
efectuada correctamente: 5 + 3 + 3 + 9 + 1 + 7 + 7, después de todas las
simplificaciones resulta igual a 8.
La comprobación de la substracción se realiza en la misma forma
si se considera al minuendo como suma, y al substraendo y la diferencia como
sumandos. Por ejemplo:
4 + 6 = 10;
1 + 0 = 0
Este método es en especial conveniente si se aplica para comprobar la
operación de multiplicación, como lo vemos en el siguiente
ejemplo:
8713
´
264
34852
52278
0
17426
00
2300232
|
1
´
3
3
|
Si en tal comprobación fuera descubierto un error del resultado,
entonces, para determinar precisamente dónde tiene lugar dicho error, se
puede verificar por el método del nueve cada producto parcial por
separado; y si el error no se encuentra aquí, queda solamente comprobar
la adición de los productos parciales.
¿Cómo se puede comprobar la división conforme a este
método?. Si tenemos el caso de una división sin residuo, el
dividendo se considera como el producto del divisor por el cociente. En el caso
de una división con residuos se aprovecha la circunstancia de que
dividendo = divisor x cociente + residuo.
Por ejemplo:
De la "Aritmética" de Magnitski cito una disposición conveniente
para la comprobación por el nueve:
Para la Multiplicación
:
365
´
24
1460
730
0
8760
|
5
´
6
30
|
Para la División
-
del cociente 8
-
del dividendo 1
-
del divisor 2
-
del residuo 3
2
´
8 + 3 = 19
1 + 9 = 10
1 + 0 = 1
Semejante comprobación de las operaciones sin duda no deja que desear en
cuanto a rapidez y como comodidad. Pero en lo referente a su seguridad, no es
posible señalar lo mismo: el error no es, inevitable en dicho
comprobación. En efecto, una y la misma suma de cifras puede tener
diferentes números; no solamente la disposición de las cifras,
sino algunas veces también la substitución de unas cifras por
otras quedan encubierta en dicha comprobación. Escapan también al
control los ceros y nueves superfluos, porque ellos no influyen sobre la suma
de las cifras. Nuestros antecesores reconocían lo anterior, y no se
limitaban a una sola comprobación por medio del nueve, sino que
efectuaban inclusive una comprobación complementaria por medio del
siete. Este método está basado en la "regla de los residuos",
pero no ea tan conveniente como el método del nueve, porque la
división entre 7 se tiene que efectuar completamente, para así
hallar los residuos (y además son polos errores, en la, operaciones del
propio método).
Las dos comprobaciones, por nueve y por siete--, resultan ya un control mucho
más seguro: lo que escapa a una, será captado por la otra. El
error queda oculto solamente en el caso de que la diferencia entre el resultado
verdadero y el obtenido sea el número 7 x 9 = 63 o uno de sus
múltiplos. Puesto que semejante casualidad siempre es posible, tampoco
la doble verificación proporciona una seguridad total en la veracidad
del resultado.
Además, para cálculos ordinarios, donde se yerra frecuentemente
en 1 ó 2 unidades, basta con la comprobación por el nueve. La
verificación complementaria del siete es demasiado abrumadora. Tengamos
en cuenta que solamente es bueno aquel control que no obstaculiza el trabajo.
Sin embargo, efectuando un cálculo importante se procura, con objeto de
tener seguridad, realizar una doble corrección, para lo cual, en lugar
del divisor 7 es mejor hacer uso del divisor 11. Además, la
cuestión se puede simplificar en gran medida, aplicando la siguiente
prueba conveniente de la divisibilidad entre 11: el número se descompone
en partes, de derecha a izquierda, cada una con dos cifras (la parte izquierda
extrema puede incluir sólo una cifra) ; las partes se suman y la suma
obtenida será "congruente" con el número examinado conforme al
divisor 11: la suma de las partes da en la división entre 11, el mismo
residuo que el número examinado.
Aclaremos lo indicado con un ejemplo. Se desea hallar el residuo de la
división 24716 entre 11. Descompongamos el número en partes y
sumémoslas:
2 + 47 + 16 = 65
Puesto que 65 en la división entre 11 como residuo da 10, también
el número 24716, en la división entre 11, da el mismo residuo. La
fundamentación de este método se proporciona en mi libro
"Matemáticas Recreativas".
Yo propongo este método porque, simultáneamente, da justo el
número congruente con el examinado, también conforme al divisor
9. De esta manera, tenemos la posibilidad de realizar en forma conveniente la
comprobación por medio de dos divisores: 9 y 11. A tal
comprobación puede escapar solamente un error, múltiple de 99, lo
que lo hace muy poco probable.
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2. ¿Multiplicamos Bien?
Los antiguos métodos de multiplicación eran torpes e inadecuados,
¿pero acaso es tan bueno nuestro actual método como para que ya no le
sea posible ninguna clase
le mejora posterior? No cabe duda que nuestro método no es perfecto; se
pueden inventar todavía más rápidos o aun más
seguros. De varias mejoras propuestas indique en tanto, sólo una que
aumenta, no la rapidez de la realización de la operación, sino su
seguridad; consiste en que, teniendo un multiplicador de varias cifras, se
comienza la multiplicación triplicación no con la última
cifra, sino con la primera cifra del multiplicador. La multiplicación
8713
´
264, efectuada anteriormente, además adopta la forma:
8713
´
264
17426
00
52278
0
34852
2300232
|
Como vemos, la última cifra de cada producto parcial se escribe debajo
de aquella cifra del multiplicador, por la cual se multiplica.
La ventaja de semejante disposición consiste en que las primeras cifras
de los productos parciales , que determinan las cifras más importantes
del resultado, se obtienen al principio de la operación, cuando la
atención todavía no se pierde y, por consiguiente disminuye la
probabilidad de cometer un error. (Además, este método simplifica
la aplicación de la llamada multiplicación "abreviada", sobre la
cual no podemos extendernos).
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3. Método Ruso de Multiplicación
No se pueden realizar multiplicaciones de números de varias cifras,
así sean de dos cifras, si no se recuerdan de memoria todos los
resultados de la multiplicación de los dígitos, es decir, lo que
es la tabla de multiplicación. En la antigua "Aritmética" de
Magnitski, que ya hemos mencionado, la necesidad de un conocimiento
sólido de la tabla de multiplicación está expresada en los
versos (extraños para el oído moderno) siguientes:
Aún no ha existido quien,
ignorando las tablas de multiplicación,
quede exento de tropiezos
que finalmente lo derroten
en todas las ciencias.
Y aún más, sí habiéndolas
aprendido las olvida,
no habrá obtenido ningún beneficio.
|
El autor de estos versos, evidentemente, no sabía o no tomaba en
consideración que existe un método de multiplicar números
en que no es necesario el conocimiento de la tabla de multiplicar. Este
método, que no es semejante a nuestros métodos escolares, fue
heredado y empleado corrientemente por el pueblo ruso desde la remota
antigüedad. Fundamentalmente consiste en que la multiplicación de
dos números cualesquiera, lleva a una serie de divisiones consecutivas
de un número por la mitad y, a un duplicamiento del otro número.
He aquí un ejemplo:
32
´
113
16
´
26
8
´
52
4
´
104
2
´
208
1
´
416
|
La división por la mitad se prosigue hasta que en el cociente se obtenga
1, duplicando paralelamente el otro número. El número
último duplicado da precisamente el resultado buscado. No es
difícil comprender sobre qué está basado este
método: el producto no varia si uno de los factores disminuye a la
mitad, y el otro aumenta al doble. Es claro, por tal razón, que en el
resultado de la repetición múltiple de esta operación se
obtiene el producto buscado:
32 x 13 = 1 x 416
Sin embargo ¿cómo proceder cuando se requiera dividir un número
impar por la mitad?
El método popular fácilmente sale de esta dificultad.
La regla dice que es necesario, en el caso de un número impar, restarle
una unidad y dividir el resto por la mitad; pero en compensación,
será necesario sumar el último número de la columna
derecha, con todos los números de dicha columna que se hallan en el
mismo renglón de un número impar de la columna izquierda: esta
suma nos dará el producto buscado. Cuando se lleva a la práctica
este método, se acostumbra tachar todos los renglones con números
pares a la izquierda, quedando únicamente los renglones que contienen un
número impar a la izquierda. Proporcionemos un ejemplo:
19
´
17
9
´
34
4
´
68
2
´
136
1
´
272
|
Sumando los números no tachados, obtenemos el resultado preciso:
17 + 34 + 272 = 323.
¿En qué está fundado este método?
La justeza del método se torna evidente, si se toma en cuenta que
19
´
17 = (18 + 1)
´
17 = 18
´
17 + 17,
9
´
34 = ( 8 + 1)
´
34 = 8
´
34 + 34, etc.
Es claro que los números 17, 34, etc., perdidos en la división
del número impar por la mitad, se necesitan, sumar al resultado de la
última multiplicación, para obtener el producto.
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4. Del País de las Pirámides
Es muy probable que el método anteriormente descrito llegará
hasta nosotros desde la más remota antigüedad y de un lejano
país: Egipto. Poco sabemos acerca de cómo realizaban las
operaciones aritméticas los habitantes del antiguo país de las
pirámides, pero se conserva un interesante documento: un papiro donde
están escritos ejercicios aritméticos de un alumno de una de las
escuelas de agrimensura del Egipto antiguo; es el llamado "Papiro de Rhind que
pertenece a una época entre los años 2000 y 1700 antes de nuestra
era, y que representa, en si, una copia de un manuscrito todavía
más antiguo, transcrito por un tal Ajmes. El escriba Ajmes, al encontrar
"el cuaderno del escolar" de esta lejanísima época,
transcribió cuidadosamente todos los ejercicios aritméticos del
futuro agrimensor, incluyendo sus errores y las correciones del profesor, y
dió a su copia un título solemne, que ha llegado hasta nosotros
en la siguiente forma incompleta:
Precepto para, cómo alcanzar el conocimiento de todas las cosas
desconocidas ... de todos los secretos ocultos en las cosas.
Elaborado por el escriba Ajmes durante la época del faraón Ra,
para uso del Alto y Bajo Egipto, conforme a los cánones de las obras
antiguas del tiempo del faraón "Ra - en - mata ".
El papiro de Rhind terminaba con consejos muy originales:
"Cazadores de reptiles y ratones, hagan fuego contra la mala yerba; cobren
abundantes presas. Rueguen al Dios Ra del calor, del viento y de la alta agua".
Uno de los papiros matemáticos egipcios se encuentra en Moscú, en
el Museo de Bellas Artes A. S. Pushkin. El académico B. A. Turaiev lo
empezó a descifrar en 1914, tarea concluida por el académico V.
V. Struve en el año 1927.
En el, papiro de Rhind, ese interesante documento que ha perdurado cerca de 40
siglos, y que testimonia sobre una antigüedad aún más,
remota, encontramos cuatro ejemplos de multiplicación efectuados
conforme a un método que hace recordar vivamente al método
popular ruso. He aquí estos ejemplos (los puntos delante de los
números simbolizan el número de unidades del multiplicador; con
el signo +, señalamos los números que están sujetos a la
adición):
(8
´
8)
. 8
.. 16
.... 32
:::: 64
|
(9
´
9)
. 9
.. 18
.... 36
:::: 72
Total 81
|
+
+
|
(8
´
365)
. 365
.. 730
.... 1460
:::: 2920
|
(7
´
2801)
. 2801
.. 5602
.... 11201
Total 19607
|
+
+
+
|
Como se ve de estos ejemplos, ya varios milenios antes de nuestra era, los
egipcios empleaban un método de multiplicación muy semejante al
popular ruso (fig. 24), y que por caminos desconocidos fue trasladado del
antiguo país de las pirámides a la época moderna.
|
Figura 24. El razonamiento de las operaciones aritméticas llegó a
Rusia del antiguo Egipto
|
Si a un habitante de la tierra de los faraones se le propusiera multiplicar,
por ejemplo. 19
´
17, efectuaría estas operación en la siguiente forma:
escribiría una serie de duplicaciones sucesivas del número 17:
1
®
17
2
®
34
4
®
68
8
®
136
16
®
272
|
+
+
+
|
y después sumaría los números que están seguidos
por el signo +, es decir, 17 + 34 + 272. Obtendría, finalmente el
resultado correcto:
17 + (2 x 17) + (16 x 17) = 19 x 17.
Es fácil ver que semejante método, en esencia, es muy afín
al popular ruso (la substitución de la multiplicación por una
serie de duplicaciones sucesivas).
Es difícil decir si alguno de nuestros campesinos participaron en el
traspaso de este antiguo método de multiplicación; los autores
ingleses lo denominan precisamente "método campesino ruso"; en Alemania,
en alguna parte, aunque los campesinos se aprovechan de él, sin embargo
lo llaman "ruso".
Sería sumamente interesante obtener, por parte de los lectores,
informaciones sobre lugares donde se emplea hoy día este antiguo
método de multiplicación que ha tenido tan largo y original
pasado.
En general, se ha seguido con gran atención lo referente a la
matemática popular: penetrar en los métodos de cálculo y
de medición empleados por el pueblo, recopilar y registrar estas
memorias de la creación matemática popular, que han llegado hasta
nuestra época desde las profundidades de la más remota
antigüedad.
Sobre esto, hace tiempo, llamó la atención el historiador de la
matemática, V. V. Bobynin, quien inclusive propuso un breve programa de
recopilación de las memorias de la matemática popular.
Quizás no esté de más proporcionar aquí la
enumeración por él compuesta, para saber con precisión lo
que conviene recopilar y registrar:
-
Numeración y cálculo.
-
Métodos de medida y de peso.
-
Conocimientos geométricos y sus expresiones en las edificaciones y
ornamentos.
-
Métodos de agrimensora.
-
Problemas populares.
-
Proverbios, enigmas, y en general, producciones de la filología popular
que tienen, relación con los conocimientos matemáticos.
-
Memorias de la matemática popular antigua, que se encuentran en
manuscritos, museos, colecciones, o hallados en excavaciones de túmulos,
tumbas o vestigios de una ciudad.
En resumen, proporcionó una breve información acerca de
cuándo aparecieron por vez primera los signos, ahora generalmente
empleados, de las operaciones aritméticas, la notación de la
fracción, del exponente etc:
+ y –
´
. y :
a/b
an
=
> y <
() y []
|
en los manuscritos de Leonardo da Vinci (1452-1519)
en la obra de Guillermo Oughtred (1631)
en la obra de Godofredo W. Leibniz (1046-1716)
en la obra de Leonardo Pisano (Fibonacci) (1202)
en la obra de Nicolás Chuquet (1484)
en la obra de Roberto Recorde (1557)
en la obra de Tomás Harriot (1631)
en la obra de Alberto Girard (1629)
|
Si el lector está interesado en profundizar sobre la historia de la
aritmética, conviene que consulte el libro de V. Belustino "Cómo
llegó la gente gradualmente hasta la aritmética actual" (1914),
que puede ser encontrado en las bibliotecas o librerías de libros
antiguos.
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5. Curiosidades Aritméticas
100 = 123 + 45 – 67 + 8 – 9
100 = 123 – 45 – 67 + 89
100 = (1 + 2 – 3 – 4)
´
(5 – 6 – 7 – 8 –9)
|
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