DISEÑO
Y REALIZACIÓN DEL EXPERIMENTO
Una
vez decidido sobre qué íbamos a investigar
fuimos a bibliotecas en donde nos atendieron muy amablemente
y nos proporcionaron abundante documentación
(íbamos con una carta de la empresa ECOEMBES
que gestiona el proyecto del Ecoparlamento Europeo para
Jóvenes). Especialmente interesante fue un cuaderno
sobre consumo de agua, que con motivo de una campaña
de ahorro de agua, había editado el ayuntamiento
de nuestra ciudad. Fundamentalmente con la información
de este cuaderno se elaboró el cuestionario
que constituyó la base de toda la investigación.
Su redacción llevó su tiempo ya que hubo
que decidir qué acciones poner y cómo
se redactaban para que las entendieran tanto los jóvenes
como sus padres. Redactamos 10 acciones que debían
calificar de 0 a 4 tanto los propios compañeros
como los padres y madres de estos.
Se
fotocopiaron 200 cuestionarios para compañeros
y otros tantos para padres y madres.
El cuestionario
se escribió en Microsoft Word haciendo que nos
salieran 2 cuestionarios por cara, lo que supuso reducir
el número de fotocopias a 100 (también
hay que pensar en la economía)
Los
cuestionarios que debían rellenar los alumnos
y el que debían rellenar los progenitores venían
por distinta cara de la hoja, por lo que los padres
no veían lo que habían puesto sus hijos
cuando los rellenaban. Se trataba de que las calificaciones
de los primeros no influyeran en las calificaciones
de los segundos.
La
verificación de las hipótesis exigía
la comparación de la suma total de las puntuaciones
de todas las acciones de los hijos con la de los padres
y madres. También la comparación entre
sexos, tanto entre los hijos e hijas como entre los
padres y madres y la comparación por edades de
los hijos. Y comparar las puntuaciones de las distintas
acciones para averiguar cuáles se consideraban
las más adecuadas y cuáles las menos,
tanto en hijos como en progenitores.
Se
pasaron 50 cuestionarios a cuatro niveles educativos,
3º y 4º de E.S.O. y 1º y 2º de bachillerato.
En el reparto de los cuestionarios se pidió la
colaboración de distintos profesores, para asegurarnos
de que los compañeros se lo tomaban en serio.
Los compañeros llenaban en clase el cuestionario
y luego lo tenían que llevar a casa para que
fuera rellenado por sus padres y madres. Se daban las
indicaciones de que no olvidaran poner la edad y el
sexo correspondiente al hijo/a y de que los padres debían
llenarlo sin mirar lo que habían puesto anteriormente
los hijos (después de rellenarlo si que podían
hacerlo y discutirlo entre ellos si querían).
Si en alguna casa faltaba algún progenitor, bastaba
un abuelo/a, hermano/a mayor o persona semejante pero
con cierta responsabilidad en la casa. Para asegurarnos
la participación seria, antes de repartir los
cuestionarios y después de la explicación
de lo que pretendíamos, indicábamos que
la participación era voluntaria y que si alguien
no quería rellenar su cuestionario
y llevarlo a casa para que lo rellenaran los padres
y madres no pasaba absolutamente nada. Hubo aceptación
mayoritaria, pero en todas clases hubo algunos que declinaron
su participación.
Se
fueron recogiendo los distintos cuestionarios a lo largo
de dos semanas y se iban metiendo los datos en un archivo
de Microsoft Excel para su posterior procesamiento.
Entre los cuestionarios recogidos se desecharon algunos
por incompletos.