La caza en Meso América, además de tener un sentido religioso, de abastecimiento alimentario y derecho comercial entre los pueblos, era en sí mismo un deporte que practicaban los señores para su pasatiempo.

Los avios utilizados en esta práctica eran el átl o lanzador de jabalinas de bajo peso, arpones y dardos, el arco y la flecha, redes lazos hondas y cerbatanas.

Por lo regular la caza se practicaba de manera grupal en conjuntos de 50 o más personas y se competía a favor de obtener las mejores piezas. Los jaguares y águilas, eran las presas mas codiciadas.

Dentro de las variantes existentes se encontraba un tipo local de cetrería utilizando aves de rapiña amaestradas (muy parecida a la Cetrería Europea) y el capturar vivas, piezas importantes que eran exhibidas en zoológicos y parques como el narrado por Bernal Díaz del Castillo que fue mostrado por Moctezuma Ilhuicamina a los españoles en su estancia en la gran Tenochtitlan. También sabemos por los cronistas, que al igual que otros gobernantes, Moctezuma, tenía cotos de caza privados.

En el Códice Maya Troiano, se destacan varias escenas de caza de venado, en las cuales, se aprecia a un señor recobrar su pieza, con la ayuda de un criado. Así mismo, en los Códices Dresdre, Vindobonesis y Nuttal, se observan escenas en las que se usan, las herramientas mencionadas para esta actividad.

Herrera, nos describe de manera detallada, el método de la caza del venado, en el que por medio del uso de antorchas, se le ahuyenta y acorrala, a donde se le remata a flechazos. Sahagún, por su parte, nos comenta, el método de cacería del jaguar, con arcos y saetas, en el que el cazador, por razones de índoles religioso, no podía emplear mas de 4, para su caza, y en caso de fallar, de dejaba deborar por el animal.

Así mismo por las crónicas de Durán, sabemos que "en este oficio si eran en él vventurosos, cobraban renombre de senadores y caballeros, cuyos dictados eran Amiztlatoque y Amiztoquihuaque, que quiere decir, prepósitos y señores de caza y capitanes de ella". Sabemos igualmente, que antes de empezar las jornadas de cacería, se realizaban rituales para honrar a los dioses benefactores de la caza, con grandes ofertas, prerrogativas y oraciones. Estos dioses, variaban según el grupo indígena; así pues para los Zapotecas era Pitao-cozzoana; entre los mixtecos Ohuav; entre los tarascos Angamucurach; para los mayas Acanum, Suhui Dzip, Tabai Ah Coh, Zip, etc.

No sólo se cazaban animales, sino que también se les capturaba vivos, para enriquecer los cotos de aves y fieras, de los gobernantes.