Constructores de Mundos Nuevos
En el medio espiritual y del conocimiento existe gran cantidad de grupos que plantean conceptos y verdades diferentes. Muchas veces, son mas las cosas que nos unen que las que nos separan; pero esas pequeñas diferencias a veces se tornan tan profundas que se convierten en barreras infranqueables. ¿Quién tiene la razón?
El hecho de que pertenezcamos a una religión, grupo o corriente de conocimiento, no garantiza en ningún momento nuestra propia salvación; los logros y triunfos espirituales solo se dan a través del trabajo interno y personal.
Los caminos de Dios son inescrutables y diversos, requieren de tal amplitud mental, comprensión y entendimiento que exigen de nuestra total transformación. Un ser nuevo debe surgir y solo nace cuando el hombre "común " se hace consciente de una vez por todas, de que Dios, el Infinito, reside en él.
Solo a través del deseo sincero se asciende a Dios, el camino está abierto para todos. Por lo tanto, ¿Qué nos separa?. A veces nos vemos lejos y distantes, pero por nuestras venas corre la misma sangre y reside la misma Presencia interna. Que dolorosos son los conflictos que ocurren actualmente, pueblos enteros, niegan la presencia y el derecho a existir de otros, como si tuvieran el don de la aniquilación del prójimo; y la religión, que es lo que más debiera unirnos, es lo que más nos separa.
Afanosamente le pedimos explicaciones a Dios o lo culpamos por lo que sucede, acaso la violencia, ¿no es producto del hombre mismo?, ¿no seremos nosotros los que tendremos que darle explicaciones?, más aún, cuando ya somos conscientes de lo que sucede y no emprendemos caminos de cambio verdaderos?
Cada uno de nosotros encarna un aspecto distinto de Dios, somos únicos y en apariencia diferentes pero iguales por proceder de la misma fuente. ¿Él autentico respeto por el otro, no debería de nacer de este hecho?
De la diversidad e infinitud humanas, podrían nacer las soluciones que tanto necesita nuestro mundo, acaso, ¿no es responsabilidad nuestra, sacar este planeta adelante?, ¿qué mas experiencias deseamos?, ¿a que extremos tenemos llegar para ser conmovidos interiormente y tomar la decisión de unirnos?
Tomemos las decisiones que tomemos, nuestro planeta para mal o para bien sigue su marcha, ¿somos creadores de futuros claros?, ¿vislumbramos horizontes nuevos? o ¿hemos cedido nuestro poder de elección y libre albedrío a otros?
El universo demanda nuestra presencia y nos requiere en posesión de todas nuestras facultades. Demanda hombres felices, sanos y conscientes, seres que utilizando la experiencia adquirida en este mundo y su sabiduría y capacidad internas, se conviertan en los forjadores de una nueva civilización, en los constructores de la futura humanidad.
Algún día, en un futuro, tendremos que aportar el conocimiento adquirido en la Tierra a otras causas en el universo, causas, que por ahora no vemos y que son un misterio pero que obedecen a los designios de la más pura y elevada voluntad divina; a los designios de Dios... ¿Qué futuro más prometedor podría aguardarnos...?