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NACIONAL
Y dale, ahí viene
otra vez lo de la cédula de identidad
Apenas acaba e
concluir un nuevo proceso de credencialización y el gobierno federal
saca otra propuesta, la de un documento que nos identifique a todos,
algo que representa un problema, el de un derroche burocrático más, y
otro, el riesgo que termine convertido en instrumento de control del
Estado
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Por Roberto Rojas M.
OCTUBRE, 2014. Ya lo sabemos, cuando el presidente "da instrucciones" a sus subalternos,
en realidad les está dando órdenes, Así pues, hace unos días Peña
Nieto "dio instrucciones" a Miguel Osorio Chong, su secretario de Gobernación, con el fin de "iniciar la implementación de la cédula de identidad para todos los mexicanos". El mandatario advirtió que primero se haría una "viabilidad presupuestal" para llevarla a cabo --es decir, que no le salga muy onerosa al erario, o al menos eso queremos pensar-- de modo que para fines de sexenio todos contemos con este "necesario" documento de identificación.
Las últimas comillas no son casuales: tan "necesaria" es la cédula de identidad que no hemos tenido urgencia alguna de poseerla durante muchas décadas. Pero para el Estado le parece que los ciudadanos tengan su cédula es de vitalidad tanto o más importante del que cumplan sus obligaciones fiscales. Está lejos de ser el primer intento, por cierto. Cada sexenio enarbola la posibilidad de implementar la citada cédula para que, "ahora sí", todos contemos con un documento de identificación.
La nota pareciera haber salido del sitio satírico Eldeforma.com porque luego de haberse gastado millonadas de millonadas de pesos en el IFE, y luego otra millonada en
cambiarle el nombre a INE, se piense que aún debamos
poseer otra tarjetita con una fotografía que incluya nuestros datos generales.
(Por supuesto, y en caso de aplicarse, se derrochará otra millonada en spots publicitarios, como si a nuestros gobernantes les sobrara el dinero y todas las escuelas del país contaran con instalaciones de primer nivel cuando decenas de ellas ni vidrios tienen, aspecto nimio ante la urgentísima cédula de
identidad).
La credencial de elector (o "para votar", nuestros burócratas creen que con estar cambiándole el nombre a las cosas se diversificará su propósito) ha sido el documento "a chaleco" para identificarnos, cobrar cheques o, para fines prácticos, como forma de mostrar que supuestamente ya somos mayorcitos de edad que no necesitamos que se nos remache lo importante que es votar. ¿Qué pasará con esa credencial en caso que la cédula de identidad se convierta en documento obligatorio? ¿La primera únicamente será "para votar", y la otra para dejar en claro quiénes somos, o quiénes debemos ser ante los ojos del Estado?
El intento más reciente por implementar la cédula de identidad se dio en el 2009 durante el sexenio de Felipe Calderón. En cuestión de horas el IFE y varios senadores priístas se opusieron a la medida, los primeros porque la credencial de elector ya cumplía ese propósito y los segundos porque, alegaron, ese documento podría esconder tintes totalitarios. Ambos argumentos son ciertos, pero en aquel entonces un panista estaba en el poder y debemos recordar que cuando se es oposición las cosas que eran malas súbitamente pasan a ser buenas cuando se es gobierno, de ahí que preocupe hasta el momento el silencio de ese organismo y de los legisladores tricolores en torno a este nuevo anuncio por parte del presidente Peña Nieto.
Y es que si el asunto fuera solamente de derroche de recursos sería en exclusiva irritante, aunque el propósito que la cédula de identidad ha tenido en otros países debe servirnos de advertencia. Durante las dictaduras sudamericanas de los setenta, el no llevar el documento era motivo de arresto; quienes participaban en protestas y eran detenidos se les tomaban fotografías que al ser comparadas con la cédula representaban motivo inmediato de cárcel. De hecho y como escribió Carlos Alberto Montaner, la ley de esos países señalaba sin sitio para dudas que era ilegal salir a la calle sin la cédula.
Los defensores del documento alegarán que países totalmente democráticos, como Estados Unidos, Canadá y los miembros de la Unión Europea la piden a sus ciudadanos. Pero en México y en buena parte de América
latina donde los límites de un Estado rara vez están claramente delimitados, la cédula de identidad adquiere la modalidad de ser un instrumento de control hacia potenciales disidentes. De hecho, uno de los objetivos para constituir la credencial de elector en los ochenta se dio ante la necesidad de contar con un órgano ciudadano representado en esa credencial frente a las inclinaciones totalitarias de otro gobierno, en aquel tiempo de
Miguel de la Madrid (o más bien, de quien la promovió ampliamente, el entonces secretario de Gobernación Manuel Bartlett Díaz).
Bastante cara nos ha salido la credencial para votar como para que se haga otra erogación multimillonaria con una cédula de identidad. Es de esperarse que, de nuevo, se apague esa intentona y el Ejecutivo mejor "dé instrucciones" para atender otros asuntos más ingentes.
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Los
Informes de Gobierno, qué tiempos señor don Jolopo
Hace décadas usted podía
ser amonestado si no se encontraba en casa encerrado viendo lo que el
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pasarela al ego, al show mediático y a su asfixiante confeti tricolor.
Por fortuna todo eso es hoy, lo que debió ser desde el principio, un mero
Informe de Gobierno
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4 Comentarios
juan_carvajal_moreno escribe 24.10.14
De qué sirve tener una cédula de identidad si con todo y la del IFE, los registros que lleva la Secretaría de Hacienda para perseguir y encontrar a los morosos o el alcalde de Iguala que se peló? Puros gastos idiotas en un país con tanta violencia y tanta impunidad
luisfabian75 escribe 06.10.14
Muy cierto lo que dice luisfabian75, mejor pónganle cédula de identidad a las ratas que se roban nuestros impuestos para identificarlos o a los parásitos aviadores que viven del gobierno sin trabajar, los ciudadanos honrados
no necesitamos esas mamadas fascistoides
jose78 escribe 06.10.14
La cédula de identidad se va a empalmar con la credencial de elector
por lo que se duplicarán funciones, se nos obligará a llevar la dos y
esto provocará una corrupción monstruosa peor a la que ya tenemos, por qué diablos el gobierno no se da cuenta que con estas
imposiciones y tramitería lo único que se logra es que se siga violando la ley y aumenten los moches? Pobre país, tan jodido y se le siguen metiendo más trámites, la cédula de identidad es totalmente
innecesaria a menos que quieran que pronto estemos todos igual que con Augusto Pinochet
permanazo79 escribe 01.10.14
Qué irónico que la estructura del gobierno mexicano sea un desastre podrido en la corrupción y que insista en querernos controlar con cédulas de
identidad y demás aditamentos fascistoides. Mejor debiera ponerle cédula de identidad a los parásitos que cobran por los muertos en el SNTE y a quienes viven del presupuesto público sin trabajar en vea de fastidiarnos la vida con este tipo de documentos
jose78 escribe 02.10.14
Qué risa!! y el güey que aparece en la foto del texto de Nacional quien es?? Pensé que era Tattoo el de la isla de la fantasía, el avioon el
aviooon!! |