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NACIONAL/Deportes

Una crónica y el sempiterno ya merito de todo un país

Primero fueron las ilusiones, muchas de ellas desmedidas, luego la esperanza, la caída y la frustración seguida de una pegunta que podría ser válida para todo el país: ¿por qué todo se cae cuando más cerca de está de una victoria? Un relato del día del juego y una teoría sicológica 

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I. Del gozo al pozo en 97 minutos

JULIO, 2014. Desde que uno despierta, el día se percibe como diferente, y pese a ser domingo se siente un aire distinto, algo invisible que flota y contagia a la gente que ve uno en las banquetas, en la tienda donde se surte de leche, de panecillos y del periódico del día. A las 11 de la mañana inició el juego y la ciudad pareció entrar en estado de sitio. Al medio tiempo algunas personas salen a la calle, sin alejarse mucho; algo que también sucede en los restaurantes que a esa hora en vez de las carnitas asadas ofrecían sus desayunos, naturalmente muy mexicanos.


Cae el gol compatriota y súbitamente, por la gritería alrededor, se siente uno en un estadio aunque los aficionados son invisibles, pues están todos metidos en las salas de sus hogares. Pasa el tiempo y un silencio tétrico se deja sentir cuando los del tulipán empatan el marcador y, tragedia nacional, al seleccionado le marcan un clavado que el árbitro interpretó como penalty. Por primera vez Holanda toma la delantera y ya no la soltaría en lo que quedó del partido. Y aunque uno no ha salido de la habitación, el ambiente que se respira ya es otro, más pesado y denso, de decepción, muy diferente al de dos horas antes, tanto así que toda ese optimismo, esa felicidad, ese anhelo de que "ahora sí" nos iríamos a tercera ronda parece haber ocurrido en otro momento, en otra dimensión, en una fecha distinta.

De vuelta en la tienda, las caras son otras, los bigotes caídos, la cabeza agachada. Entra una señora con los ojos llorosos y pregunta a todos y a nadie la obviedad de "¿ya supieron lo que pasó?" y se limpia las lágrimas con un pañuelo.

"No modo, lo de siempre", repone alguien quien luego se voltea a mí y exclama "¡qué poca madre del holandés pelón ése! ¡no era penalty!". En otras circunstancias a ese tipo, quien jamás me había dirigido la palabra, le seguiría siendo un desconocido. Primero a todos nos unía el futbol y, ahora, lo mismo provoca el sentimiento de la eliminación mundialista.

Curiosamente, en el televisor colocado en una esquina superior de la tiendita aparece el técnico Herrera en una entrevista televisiva donde culpa al árbitro por, dijo, "varias faltas que no marcó y la que sí marcó, que fue la que nos eliminó".

"¡Ya no quieras arreglarle, Piojo, te perdonamos...!", exclama un tipo con cachucha azul ante la exposición de excusas del técnico, que ya es parte de nuestra idiosincrasia nacional, el decir que si las cosas no salieron como se esperaba, fue por culpa de alguien más. Con todo, Herrera pueda considerarse a salvo de las mentadas y los insultos que le han caído antes a Aguirre, a Lavolpe, a Mejía Barón y a los demás. Nadie ha dicho, hasta el momento, "pinche piojo" con todo y que, ya con la frialdad analítica del juego, sí tuvo algo de culpa al querer encerrarse frente al equipo más ofensivo de este Mundial 2014.

Salgo de la tienda y me topó con un primo cercano, tanto en lo consanguíneo como en su residencia. "¿Sabes cómo me siento? Cómo cuando estás a punto de conquistar a la mujer más bella que hayas conocido, le dices algo, metes la pata y ella se va con alguien más"

Más tarde y en otra conversación alguien sale conque "el pelón de Holanda" (Robber) ya aceptó que no fue penalty". Corroboramos el twitter y, efectivamente, el jugador dice que fue un "piscinazo"... lo del primer intento dentro del área que no fue marcado. Alguien más pregunta "¿y si la FIFA ve que es un clavado y deciden repetir el juego...?"

Ahhh, sííí, los buenazos de la FIFA. La bronca en la que se meterían de aprobar semejante fantasía. ¿Por qué mejor no repetir todo el Mundial? "Eso salió en una página web, no es cierto...", le responde un tipo que durante el resto de la semana trabaja en una sucursal que vende aparatos celulares.

"Pos otra vez, ya merito, como otras tantas veces...", filosofa.

II. El temor al triunfo desconocido...

Horas más tarde pasamos a revisar el asunto del ya merito desde la perspectiva sicológica, y para el efecto platicamos con la licenciada Verónica Celis después de la eliminación de México y cuando en su casa se suspendió la carne asada que se tenía programada para celebrar el triunfo. "Ahora mi esposo y mis hijos iremos a comer a un restaurant y donde trataremos de despejarnos de todo este asunto del futbol, sí es que podemos...", refiere.

--Otro ya merito y un triunfo que ya se veía en la bolsa. En términos sicológicos ¿qué ocurre, es una maldición...?
--Yo no sé mucho de futbol, claro que me apasiono y celebro los goles como me entristeció la derrota. Pero sí hubiéramos que explicar el fenómeno del ya merito que sigue teniendo agarrados del cogote a los jugadores mexicanos, lo explicaría como un temor al triunfo desconocido, el temor al que hay más allá del anhelado quinto juego. Por el otro lado veo en los seleccionados el adelantar vísperas, como lo llamamos comúnmente, el soñar despiertos con la siguiente ronda cuando aún estás en la cancha...

--Algo parecido nos dijo un aficionado al futbol con el que acabamos de hablar...
--(Risas) El soñar despierto en un partido equivale a utilizar un celular cuando estés manejando. Ya habrá tiempo para la celebración, para los mariachis, cuando llegues a tu destino, no antes...

--En un artículo dábamos como ejemplo clásico del adelantar vísperas a los niños trikis ¡ya hasta andan de gira en Barcelona! ¿No sería preferible que siguieran preparándose para mejorar en vez de traerlos para todos lados como atracciones de circo?
--Somos un país donde el triunfo sigue siendo visto como algo desconocido, misterioso, incluso maligno, qué te causa temor al pensar en cuánto te va a afectar. Cuando alguien en México es exitoso queremos derribarlo, lo criticamos, le decimos que su éxito lo obtuvo a costa de los demás...

--¿No tendremos la idea de que el éxito equivale a tener más dinero que los demás y por eso quien lo consigue pasa a ser detestado por los demás?
--Más que estrictamente al tener dinero, es la sumisión, es al oprimirte para que ni se te ocurriera pensar en ser exitoso, algo que en muchos sentidos te ofrece un espacio de libertad. Es parte de nuestra mezcla cultural entre lo indígena y lo español, dos formas de ver la vida que no estaban enfocadas precisamente a ser mejores cada día sino a como dijo cierto virrey "a callar y a obedecer".

--Pero a los jugadores y al técnico se les paga muy bien y no se les odia...
--Porque esta vez la mayoría de nosotros percibimos que sí desquitaron lo que ganan. Cuando pierden o hacen el ridículo --lo que incluye a nuestros atletas olímpicos-- el odio y las recriminaciones se van contra los manejadores, los directivos, es decir, los que sacan la mayor tajada de dinero, no tanto contra el atleta fracasado...

--¿Crees tu que esta selección marque una tendencia para muchos mexicanos en el sentido de que sí es posible superarnos, que no tenemos que estar atados a ese sentimiento atávico de impotencia...?
--Este técnico ha impuesto una nueva forma de hacer las cosas, es un maestro de la motivación; se le percibe más auténtico, celebra los goles como cualquier aficionado y su apariencia es bastante ordinaria, lo cual en ningún momento tiene intención de faltarle al respeto, quiero aclarar. Con lo ordinario me refiero a que transmite la idea de que cualquier ciudadano tiene derecho a pensar en grande, a que no hay que atemorizarnos por el historial del equipo contrario, o el tamaño del reto que tenemos, ya hablando en términos generales...

--En otras ocasiones ocurría, que la jerarquía del contrario terminaba por inhibir a los seleccionados. ¿Qué fue lo que pasó esta vez?
--Lo que ya dije, comenzaron a soñar despiertos, a pensar qué es lo que iban a decirle a los medios, a cómo iban a festejar, y el juego todavía no acababa. Tuvimos una señal de eso en el juego contra Croacia cuando pusieron a flotar la imaginación y Croacia les anotó un gol, ya muy tardío para que consiguieran el empate. Desafortunadamente, en este último juego sí creo que les pegó la jerarquía del contrario.

--¿Crees que esta mentalidad diferente presentada por la selección mexicana llegue a reflejarse en nuestro comportamiento cotidiano?
--El país apenas está saliendo de una terrible situación de violencia que estuvo a punto de llevarnos a una guerra civil. Dice el lugar común, y dice bien, que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve amenazado o perdido. Aún tenemos muchísimos problemas pendientes pero queda claro que tras atravesar por una situación de violencia en un país te obliga a repensar tu existencia y a concluir que el siguiente y único paso es hacia adelante. ¿Quién quiere voltear la vista hacia las masacres, los desaparecidos, la trágica pérdida de amigos y seres queridos? Nadie. Antes de la segunda guerra Alemania era un país que no había destacado en lo futbolístico como lo haría años después, o Argentina, que sufrió una dictadura brutal. Los países que han conquistado el Mundial, y podía agregar los que arrasan con las medallas en los olímpicos, han sufrido mucho. "No concibo a un ganador que desconozca el sufrimiento", dijo Fromm.

--Sería magnífico que esa mentalidad contagiara al resto de nuestras actividades y objetivos...
--Esa es la magia del deporte, que te hace ver cómo los humanos somos competitivos y somos valiosos cuando lo practicamos. Nos enseña a ser grandes, a unirnos como un solo país pese a nuestras diferencias. Por eso habría sido maravillosa la posibilidad de un quinto juego para un pueblo ansioso de victorias. Esto me da confianza en que el ya merito sea pronto extirpado de nuestra mentalidad y echado a la basura. Aunque también me asustan los desmanes en las calles que habrían ocurrido en caso de haber calificado... ¡el temor al triunfo desconocido! (risas)

--En estos días no hubo ni priístas, ni perredistas, ni panistas, solo hubo aficionados a la selección...
--¿Te das cuenta? Por unas horas hicimos desaparecer a los partidos políticos. ¿Quién no quisiera extender tan feliz sensación?

 

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3 Comentarios

felipillovox escribe 11.07.14

Ahora que ya eliminaron a Holanda ya es hora que los mexicanos maduremos y dejemos atrás el #noerapenal. Robben hizo lo que habría hecho cualquier otro jugador, esto es, aventarse un clavado al área chica para ver si el arbitro se traga el anzuelo. Si el clavado se lo hubiera echado Claudio Suárez en perjuicio de Holanda hoy sería considerado héroe nacional. En lugar de quejarnos de que no era penal debemos presionar a la FIFA para que se utilice la repetición instantánea en los juegos y así se le quite el enorme poder a los árbitros que tanto perjudican o ayudan injustamente a los equipos.

juan_carvajal_moreno escribe 09.07.14

Bien por la sicóloga Celis, creo que tiene razón a que los mexicanos le tememos al éxito y por eso inconscientemente bajamos la guardia cuando más cerca nos encontramos del triunfo. Recordemos que el clavado de Robben se dio cuando Holanda ya nos había empatado y que a partir de ese momento la selección del Piojo ya estaba desconfigurada. 

belton.situs escribe 06.07.14

Dice la psicóloga Verónica Celis que ella que no sabe mucho de futbol sin embargo sabe que Alemania empezó realmente a ser un equipazo después de la segunda guerra mundial, yo soy un fanático del futbol y ni siquiera sabía eso! Ahora si no supiera?

Nota de la redacción: Nuestra entrevistada revisó una tabla de los mundiales previo o a la charla que tuvimos con ella.

 

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