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Literatura/Libros

Una dama y media: dos controvertidas novelas

Aparecieron en un momento histórico importante para las mujeres, y hoy siguen tan frescas como cuando salieron a la luz en medio del escándalo. Ellas son Lady Chatterley y Lolita, dos damas, qué duda cabe, de cuidado

ABRIL, 2011. Resulta poco casual que dos de las damas más controvertidas de la literatura mundial hayan aparecido en el momento en que lo hicieron. Si Lady Chatterley hubiera tenido la edad en que la novela apareció por primera vez, tendría menos de 30 años y habría nacido el mismo año en que la Reina Victoria abandonaba este mundo luego de casi sesenta años de un gobierno regido por una moralina bastante cuestionable. En el caso de Lolita, la chiquilla tiene 13 años en la novela de Nabokov, a lo cual si recordamos que este libro fue publicado por primera vez en 1957, asumiríamos que nació en la última etapa de la segunda guerra cuando se percibía ya un nuevo orden mundial. Asimismo, ambos personajes fueron concebidos en momentos que se manifestaba un movimiento donde ellas exigían dejar de ser empleadas del hogar para dedicarse a ser, bueno, libres, especialmente en el terreno sexual.

Ha habido otras mujeres en la literatura que tratan de ejercer su sexualidad libremente, pero ninguna rebasa a Lady Chatterley ni a Lolita, y en el mejor de los casos, han terminado por ser caricaturas de sí mismas o acabaron convertidas en vampiresas o prostitutas. Fue el caso, el primero, de Barbarella, personaje que antes de irse al cine había sido un cómic underground, o de Emmanuelle en el segundo, quien fue en los setenta el sueño húmedo para miles de caballeros en todo el mundo. En cambio, tanto Chatterley como Lolita fueron capaces de mantener su identidad propia gracias a la pericia de sus autores, los cuales supieron esquivar con éxito a una censura que amenazaba con devorar sus creaciones.

Al leer hoy ambos libros es inevitable que se nos cruce una sonrisa. En Internet hoy flota material que haría sonrojar por ingenuas a la señora Chatterley y a la jovencísima Lolita, y quizá por ello mismo no veremos en un largo futuro a dos personajes literarios que se les acerquen en controversia. He aquí un breve vistazo a ambos libros.

LADY CHATTERLEY'S LOVER (1928) - Constance Reid era una dama proveniente de una familia de clase alta y algo interesada en el quehacer intelectual de los años 20 cuando se casa con Clifford Chatterley, un noble inglés de finos modales que sin embargo queda paralizado de la cintura para abajo lo que le resulta en impotencia sexual. Constance --convertida ya en Lady Chatterley-- aguanta con estoicismo su abstinencia aunque en fondo ello la está convirtiendo en una mujer amargada. Todo cambia cuando conoce a Oliver Mellors, el encargado de administrar la propiedad de su marido. La espontánea plática entre los llevará más tarde a la intimidad. Pero si bien ella ha encontrado en Mellors su satisfacción sexual, tanto así que llegan a concebir un hijo, sus necesidades emocionales la hacen abandonar a Clifford e iniciar una nueva vida.

Pareciera ser una historia que hemos visto repetidamente en el cine y la literatura. Pero debemos asumir que la primera gran edición de Lady Chatterley's Lover apareció en 1928 cuando aún quedaban fuertes resabios del puritanismo inglés. Esta relación extramarital no era lo más escandaloso en sí sino la descripción del acto que incluía sexo oral, anal, masturbación y lenguaje considerado "procaz" para los estándares de la época. La novela fue llevada a juicio y prohibida en varios países: en la Gran Bretaña no se reimprimió sino hasta 1960.

Esta historia difícilmente podría ser hoy tachada de "indecente" y sería considerada una novela porno-light, de esas que se pueden adquirir por unos pesos en los puestos de revistas. Ello ha hecho, por otro lado, que a Lady Chatterley se la relacione más con las versiones XXX que se han hecho de ella, así como de un par de películas infumables, en una de las cuales aparece el ex Batman Adam West, ya en absoluta decadencia. Hasta el momento ninguna película ha podido reflejar lo narrado por DH Lawrence en su novela, la cual aún estremece pese a haber sido escrita hace más de 80 años.

LOLITA - Cuando Lolita fue publicada por primera vez en 1955, el escándalo fue enorme y las protestas afuera de las librerías abundantes. Incluso en varias ciudades norteamericanas la novela estuvo prohibida aun hasta principios de los setenta. Hoy esas medidas nos parecerían exageradas aunque aún perturba un poco saber que el libro en cuestión narraba la historia de amor de un cuarentón y una niña que no llegaba a los 15 años de edad. Era la hoy inmortal Lolita, de Vladimir Nabokov.

Nabokov, un políglota y exiliado ruso, escribió primero la novela al francés y luego la tradujo a su idioma natal para más tarde supervisar la traducción al inglés. Nabokov estaba lejos de ser un pederasta o un pervertido; era, según afirmaba, "un escritor que desarrolla ideas imaginarias", aunque bastante reales para miles de lectores a quienes daba un escozor sentirse como Humbert Humbert, el protagonista, a quien atormentaba el aguijoneo sexual de tener relaciones con una niña que está en proceso de brincar a la adolescencia, edad a la que Nabokov llama "ninfeta", o pequeña ninfa.

Humbert es un hombre respetable quien literalmente pierde al coco al conocer a la niña Lolita. Para estar cerca de ella contrae matrimonio con la madre de ella. Algunas descripciones que en su tiempo recibieron el título de obscenas son las siguientes "sentir sus frescos muslos de leche" hicieron que miles de jóvenes con la hormona alborotada adquirieran la novela, que está lejos de ser un catálogo pornográfico. La relación entre Humbert y Lolita, que desde el principio es incongruente, termina por destruir a ambos. Desde entonces el nombre Lolita pasó a convertirse en adjetivo pues hoy describe a una mujer sexualmente precoz que chupa una paletita y que viste prendas con cierto toque infantil, imagen que aparece frecuentemente en las historietas manga japonesas.

Lolita ha sido llevada al cine en dos ocasiones. La primera en 1962, dirigida por Stanley Kubrick, y la segunda en 1997, en una cinta dirigida por Adrian Lyne. Ambas producciones fracasaron en taquilla, quizá porque la historia, en apariencia tan simple, es difícil de reflejar en la pantalla grande.